Después de que Augustus se fue todo empeoró, mi sistema inmunológico recayó y la verdad no sé por qué o tal vez sí, pero no quiero saberlo.
He sospechado de mis alimentos, de mis bebidas e incluso de mi vestimenta, envenenar o hacer que se enferme un rey o reina es fácil, pero no moriré así.
Incluso reviso la biblia. —si la leo, necesito un poco de mi Dios todo poderoso.— Toco el libro viendo algo, algo inusual, algo extraño, pero no.
Hasta que vi mi té y recuerdo lo que le dije a Mónica.
—¿Cómo sabes que contiene veneno?
—Siempre pido el mismo té, veo la diferencia cuando cambia de color.
Mi té ha cambiado de color y no me di cuenta hasta ahora.
Salgo y me dirijo a los aposentos, a esos aposentos. Entro bruscamente y ahí estaba.
—¿Por qué?
—¿Qué? — me miró.
—¿Por qué lo haces?
—¿Hacer qué?
—Envenenarme. — enderezó su espalda. —Crees que no me daría cuenta.
—Romina..., me estás acusando.
—Siempre me traes el té, siempre tú.
—Romina, relájate.
—No. Ashley. ¿Por qué lo estás haciendo?
—No he hecho nada en contra de tu salud.
—Mentirosa. Ahora todo tiene sentido, querías que nos vieran para que me matarán, querías que me quedara contigo en la cama para no salir y no hacer mis deberes. ¿Qué más querías hacer? ¿Me ibas a matar en tu cama o en la mía?
—Lo siento Romina.
—Es verdad.
—Sí.
—Te di — corregí —, te doy privilegios.
—Después de golpearme, de insultarme, de humillarme, de usarme. — es extraño que no alcé la voz o se ponga a llorar. —¿Crees que así de fácil te perdonaría?
—Me dijiste que sí.
—Hace mucho, Romina. Las cosas cambian.
—¿Por qué ahora? ¿Por qué no cuándo te humillaba?
—Porque ahora fuiste vulnerable ante mí, porque si lo hacía antes te darías cuenta fácilmente, eras una reina con intuición, lo sabrías y me matarías, pero... si fueras lo contrario, vulnerable, sentimental no te darías cuenta y no sospecharías.
—Ahora te podría mandar a la guillotina.
—¿Lo harás? — se acercó a mí y tomo de mi cabello dulcemente. —¿Me mandarás a matar? — quise decir que sí, pero mi respuesta fue...
—No. No lo haré. — su fragancia me hechiza, sus ojos me dominan.
—No lo harás porque me amas y yo te domino, pero te amo. Ves que tan fácil es entrar a tu corazón. — y me di cuenta que esto solo era una ilusión, que, aunque sea bonito, me matara.
—Ashley...
—No era mi intención envenenarte, solo que..., quería que pagaras por la muerte de mi padre. — nunca se alejó porque quería venganza. —Perdóname, a veces no sé que es lo que hago.
—Está bien. — ella sonrió, me encanta su sonrisa.
—A veces no sé que es lo que soy.
—Eres la persona a la que amo.
—Romina, estoy mal. — luego vi en sus ojos temor, pero no por mí. —Hace mucho tiempo que no me controlo, algunos días soy yo y otros soy esto. — se alejo y descubrió el espejo que nunca lo vi, era... —Son conjuraciones de hechizos, venenos, brujería en sí.
—¿Qué? — me acerque a ella. —¿Desde cuándo empezó todo esto?
—Va para un año.
—¿Un año? Y no me dijiste nada.
—Pensé que lo iba a controlar.
—Entonces... tienes cambios de humor.
—Es más que eso, creo que me hicieron brujería. — me eche a reír.
—Brujería — las lágrimas de la risa me salían y me dolía la barriga por el esfuerzo. —, eres chistosilla.
—Es en serio. — me tomó por desprevenida, pues no se río.
—Bueno, si fuera brujería, quién crees que te hubiera hecho eso.
—Un ente. — y volví a reír. —Romina, es en serio.
—Es que, ja... jam... jamás nadie me ha dicho esto. — pare. —¿Qué ente?
—Una anciana. Desde que llegue aquí, ella me ha hablado y dicho muchas cosas.
—No me digas. — dije irónicamente y lo notó.
—No sé por qué te digo esto, quieres que te siga envenenando bien.
—Prefiero un dulce veneno de tus labios. — me acerqué y la besé ferozmente. Me encantaba sus besos, sincronizaban perfectamente con los míos, extrañaba esto, demasiado. La tome del cuello. —Prefiero envenenarme por esto. — y la volví a besar.
Después de estar desnuda en su cama la vi, nos veíamos.
—Es en serio lo que te digo. Mi intensión nunca era hacerte daño.
—Tranquila. — dije suavemente. —Mañana vere al padre y le diré. — me dio una sonrisa cálida.
—Gracias.
—No lo agradezcas, Ashley. — y la vi dormir. Dije que si me lastimaría la perdonaría y siempre lo haré.
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La vida perfecta de Romina
Teen FictionGobernadora de Filliph. Romina una reina joven con un gran poder y que de seguro quiere más. Romina solo le importa, la corona, el poder, y sus habitantes. ¿Qué tiene a alguien? Puff, por favor, ella y solo ella, y claro su mano derecha. Pero en el...