Capítulo 38 Aún sigue viva

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Feliz cumpleaños a mí, cumplir veinticuatro es algo sorprendente, la verdad después de algunos conflictos que tuve, me imaginé morir a los veintidós.

—¡Feliz cumpleaños, mi vida! — me despertó con un desayuno en la cama.

—Solo es un día más.

—No, es el día especial de mi amada esposa. ¿Qué harás hoy?

—Hacer cosas de reyes, claro.

—Oh, poder ver nuestra boda.

—Tal vez. Tengo que firmar algunos documentos para que los campesinos extranjeros puedan entrar y dar frutas, verduras, carnes y que ellos también reciban su paga.

—Mmm, suena interesante.

—Debes de volver a tu reino. — puso un gesto de desagrado. —¿Hay algo que no me has dicho? — me acomodé bien.

—Nada tan importante. — golpee la cama para que viniera. —Solo que está ocurriendo una crisis en mi reino, mi mano derecha me está ayudando, junto con la reina madre.

—Tu madre aún sigue viva. Eso es sorpréndete, pensé que murió tras el bombardeo que lancé accidentalmente.

—Gracias a Dios vivió. Como rey, debo de estar ahí en mi reino, pero no me quiero ir en tu cumpleaños.

—Mi regalo será que vayas a tu reino a resolver la crisis, cualquier cosa me puedes decir.

—Y si te dijera que necesito dinero..., para ayudar a los pueblerinos.

—Te diría, ¿cuánto necesitas?

—Veinte mil.

—¿Qué tal si te doy quince, ¿ayudaría en algo?

—Sí. Te lo agradezco.

—En el amor no se agradecen las cosas. Además, seremos pareja próximamente.

—Lo sé. Entonces creo que volveré para cena. — me dio un beso. —Nos vemos. — y salió de mi reino.

Desayune en el gran comedor, sola.

—Quiero que llamen a mi mano derecha, ahora. — hicieron una reverencia los guardias y luego se fueron a buscarla. Y ahí estaba. —Pensé que me ibas a felicitar tú primero. Toma asiento.

—Bueno, las cosas han cambiado. — y es cuando recuerdo que jamás me disculpe con ella.

—Mónica, lo siento, por no contarte mi relación con Ashley, pero todo acabo.

—No confiabas en mí, ese es el problema. ¿Por qué nunca me dijiste?

—Tenía miedo a que me juzgarás.

—¿Quiere que empiece a traer el desayuno? — un mayordomo comentó, a lo que asentí y de inmediato se fue.

—Te hubiera dado consejos..., pero preferiste no contármelo, preferiste guardar ese oscuro secreto.

—¡Oye! Es mi cumpleaños ya no me reproches, sabes que no se me dan bien las disculpas. Pero, lo siento, en serio. Jamás te cambiaría por nadie, no habrá otra persona que sea mi mejor amiga y mi mano derecha. — se acomodó bien en su silla.

—Está bien, no podía obligarte a que me contarás. — hubo un silencio. —Feliz cumpleaños, Romina. — a lo que hizo que sonriera naturalmente. —Tengo hambreeeee. — reprochó.

—El desayuno vendrá en camino.

—¿Y qué harás en tu gran día?

—Ver algunos documentos, papeles por firmar o por quemar, ya sabes.

—Y... — creo que sabía lo que me iba a decir. —¿Ashley ya te felicitó?

—Aún no, pero lo entiendo, nuestra aventura se acabó, necesita tiempo.

—Al igual que tú.

—Veinticuatro estoy cumpliendo y no tengo herederos, así que tiempo es lo que me falta.

—Algún día debes de salir tú sola, para no asfixiarte de todas tus obligaciones.

—Algún día, por hoy solo quiero pasar tiempo con los papeles e informes y con las personas que aprecio.

—El desayuno está servido. — pusieron un banquete en medio de la mesa y empezamos a comer como si no hubiera un mañana.

[...]

Estaba revisando algunos documentos del reino, un dato importante del reino, es que somos muy propenso en oro, así que casi todos me piden un poco, pero debo de ser sutilmente cuidadosa, pues me puede generar conflictos, enemigos nuevos, otra vez. Estaba moviendo el anillo de compromiso, para concentrarme más. Pero llaman a mi puerta.

—¡Adelante! — y la vi. Ashley, entrando con una rebanada de pastel y arriba una vela de cumpleaños.

—Feliz cumpleaños, mi reina.

—No tendrías que llamarme así.

—Para empezar a tener un poco de formalidad. Sople antes de que se apague la vela, pero antes pida un deseo. — y por alguna razón le hice caso. —Es de vainilla el pastel, me dijeron que es su favorito.

—Y acertaste. — embarre mi dedo en el delicioso pastel y lo probe. —Delicioso, gracias Ashley.

—Veinticuatro, es un milagro que aún siga viva.

—¿Por qué lo dices?

—Como dama de honor me debo de enterar todo, al parecer el consejo ha estado impaciente por su boda fallida, oí rumores de que la culpen de algo falso para después ejecutarla. — mi mano derecha no me comento eso. —Es lo que me dijo, Mónica. — ah.

—Me mantendré informada. Gracias, Ashley.

—De nada mi reina. — hizo una reverencia. —Que se la pase espectacular en su cumpleaños. — y se fue.

Eran las once de la noche y Augustus aún no ha regresado y la verdad me preocupa, el cariño que desvaneció empezó a florecer y el amor que desapareció y se volvió gris, ahora es un rojo viviente, latiendo rápidamente.

Me quede dormida en mis aposentos, no quería dormir en los aposentos en donde comparto con Augustus, sin él. Vi una sombra sentada en mi cama.

—¿Augustus? — la sombra se acercó más, hasta que lo vi.

—Perdón por llegar a estas horas, ¿por qué no estás en nuestros aposentos?

—Porque no estabas tú.

—Te traje un regalo. — me dio una caja de regalo. —Ábrela. — dijo feliz y lo hice.

—Es un collar...

—de diamantes. — a completo por mí. —Te mereces aún más, así que mientras arreglaba lo de mi reino. Elegí el collar más hermoso para su hermosa dueña. Te compré tu propio castillo. — comentó rápidamente.

—Pero, somos pareja. No deberías de hacer eso.

—Me preocupa que, si estás conmigo, haya más enemigos. Te compre un castillo solo para ti, por si me pasa algo, tú ya estes a salvo.

—No pasará y si eso pasa te acompañare en todas tus luchas. — vi una sonrisa tranquila. —Primero yo antes que tú.

—Primero yo antes que tú. — repitió. —Que nuestro amor no sea tan efímero.

—Debes de estar cansado.

—Poquito, pero tu voz hace que me relaje aún más.

—Duerme conmigo.

—No me lo tienes que pedir dos veces. — se quitó sus botas, se retiró su chaleco y se desabotono su camisa. De inmediato paso a lado mío. Me abrazo, subiendo su pierna delicadamente encima de mí. —Que descanses, Romina.

—Igual tú, Augustus.

La vida perfecta de RominaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora