Capítulo 30 Está cerca

7 1 0
                                    

-Romina, ¿me escuchas? - me imaginaba las acciones indebidas que hacía con Ashley.

-¿Qué?

-Romina, por favor pon atención.

-Lo haré, ¿qué necesitas?

-Necesito tu atención. - recargue mi mentón con mi brazo izquierdo, recargado en la mesa. Está conversación me está aburriendo. -¿Ya la tengo?

-Totalmente. - eche un bostezo.

-¿No has dormido? ¿Pues qué haces en las noches? - si tú lo supieras.

-Dímelo, Mónica. ¿Qué pasa?

-Debido a todos los pleitos que hemos tenido, estoy considerando renunciar a ser tu mano derecha. Estoy seis años me las pase increíble contigo, pero ahora sé que no estás cómoda que no sea tu mano derecha. Y antes de irme, quiero decirte que empieces con los preparativos para tu boda.

-Ashley... - me callé de inmediato. -Perdón, perdón, perdón. Mónica, no entiendo por qué ya no quieres ser mi mano derecha.

-Ya te lo dije, además creo que estás mucho mejor que Ashley sea tu mano derecha. - fruncí mi ceño.

-No hay nadie más que reemplace tu lugar como mano derecha y como mi mejor amiga, es normal que nos peleemos, pero no pienses así. Jamás te reemplazaría, aunque lo diga, jamás lo haría. Sabes que, necesito mi té, puedes traer a alguien para que me lo traiga.

-Se lo pediré a Ashley. - asentí rápidamente.

Últimamente me he sentido cansada y no es el hecho de que gaste mi energía en la cama con Ashley, sino que hay algo más, algo que hace que me pulse la cabeza fuertemente, algo que hace que vea doble.

-Ten tu té. - me lo dio Mónica. -Me encontré a Ashley con tu té, ¿quién lo creería? - tomé un sorbo y refresco mi boca que estaba reseca. -Bueno continuemos. Te tienes que casar, para que los protestantes y católicos dejen este conflicto. ¿Aún sigue Augustus aquí?

-Sí, aún sigue aquí. - quiero dormir, me duele mi cabeza. -Habla con él en cuanto lo veas. Dile la situación, aunque ya lo sabe, dile bien los detalles. - me acabe mi té rápidamente. -Después reúnelo conmigo y entre los tres lo checamos. - me levante y me iba a mis aposentos.

-Romina, ¿estás bien? - la escuchaba tan lejana.

-Sí. - y cerré su puerta.

A duras penas pude llegar a mi cama, solo necesito descansar.

-¿A dónde vas mamá?

-Voy a tomar el sol. Estar solas en el castillo es algo estresante.

-Te hago compañía.

-No, quédate aquí.

-Madre, no tengo diez años, ¿qué pasa?

-Una última lección: No debes de confiar en las personas que confías, podrían usar tus palabras en contra tuya, es lo que hicieron conmigo.

-¿Qué usaron?

-Una reina que pierde su virtud para alguien más, es una manzana podrida.

-No. - me quede sin palabras. -¿Qué?

-Ahora que no sirvo como reina.

-Sirves como madre, qué pasará conmigo.

-Les dije que te perdía, pero ellos dijeron que te iban a cuidar, a preparar para ser reina.

-¿Qué? Aún no tengo dieciocho.

-Habrá un regente.

-No solo te pueden matar por perder la virtud, si no...

-Me plantaron una trampa, ahora creen que mate a tu padre, además que hicieron a todos creer que conspire contra el rey de España y por último que tuve un amante.

-No, hablaré con ellos. - tomó de mis manos y se nublaba mis ojos. -Por favor, no me dejes...

-Muñeca, nunca ha sido una opción en dejarte, solo que..., me atrase en desmentir todo eso.

-Por favor... - sentía como mis lágrimas caían y goteaban el piso. -los convenceré, haré que no te maten, conseguiré espías, o...

-Romina, alto. Ya no hay solución, solo hay que adaptarnos a esto. Romina... - limpió mi cara. -sé que saldrás de esto.

-No es justo... por favor, déjame hacer tiempo.

-Otro consejo es que el peor villano del humano es el tiempo. - llegó un guardia.

-¿Está lista mi reina?

-Sí. - me abrazó y me susurró en mi oído. -Sé que saldrás de está muñeca. Larga vida a la reina. - me besó en mi mejilla. -Recuerda que te amo y te amaré, recuerda que te cuidare en dónde quiera que este. Siempre estaré a tu lado. No veas esto.

Se alejó de mí y cuando no la veía en el pasillo, corrí lo más rápido y lo vi todo en una ventana.

-¡REINA MARGOT CONDENADA A TRAICIÓN, POR MATAR AL REY DE FILLIPH, POR LA CONSPIRACIÓN CONTRA EL REY DE ESPAÑA Y SIN OLVIDAR TENER UN AMANTE AÚN CUANDO SU ESPOSO VIVÍA, ¡SE CONDENARÁ A LA GUILLOTINA! - vi que había mucha gente. Ella acomodaba su cabeza.

-Que el collar no este manchado de sangre. - fue lo último antes de que el verdugo le cortará la cabeza. Y en ese momento perdí a mi madre.

Desperté de esa terrible pesadilla, me sentía un poco mejor. Justo antes que tocarán mi puerta.

-¡Adelante!

-Romina. - pensé que sería Ashley, pero me equivoqué.

-Augustus. - cerró la puerta y se acercó a mí, sentándose aún lado mío.

-¿Cómo estás?

-Bien.

-Dicen que te veían mal en el pasillo, ¿estás bien?

-Ya estoy mejor. - puso su mano encima de la mía.

-Serás mi prometida, quiero saber cómo te sientes.

-No te preocupes, este matrimonio será obligado, no hay...

-Sí lo hay. Verte otra vez hizo que surgiera un sentimiento hacía a ti, otra vez. Romina, creo que nunca deje de amarte. Todo esto, el tratado que te di y rechazaste es porque quería protegerte, no quiero pelear contigo.

-Augustus... no puedes decir eso, nos vamos a comprometer por política.

-¿Y ya? ¿No sientes más? Porque yo veo que aún me quieres...

-No, no siento nada por ti. Ahorita no siento nada por nadie. - mentira. -Nos comprometeremos, pero no me enamoraré de ti. De hecho, va a ver unas reglas, si piensas en tener un amante que no esté aquí en MI castillo, en MI reino. En ese caso preferible que sea en el tuyo.

-No creo tener a nadie más...

-Por favor deja de hacer esto, deja de actuar. No puedes decir nada de esto, porque nos alejamos, ya no hay nada, no hay fuego.

-Pero, hay cenizas. Romina créeme que eres la única que me vio por completo y quiero que así sea. Quiero volverte a conquistar. Yo solo quiero que me quieras como yo te quiero, y si no quieres que te quiera tampoco me muero. Dame la oportunidad de volverte a conquistar, de volver a que ames a alguien, siendo más específico que me ames a mí.

-Déjame a solas.

-¿Lo pensarás? - asentí. -Bien. - se acercó y beso mi frente. -Que tengas buenas noches.

La vida perfecta de RominaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora