—Romina... — Romina estaba enfrente de mí. Se notaba cansada. —¿Qué haces aquí?
—Quería que fueras tú la primera persona en verme. — sin pedir nada, ella entró. —Creo que tú y Mónica han cuidado muy bien del reino sin mi presencia.
—Al parecer las mujeres podemos irritar muy bien a los hombres. — se empezó a reír. —Te notó muy cansada.
—Lo estoy. Estoy cansada, el viaje fue muy duradero y agotador.
—Pero, ¿te divertiste?
—Conocer Grecia fue de lo más maravilloso que he visto.
—Me alegro mucho.
Ya no tenía más que decir, ya no había ningún vínculo para establecer una conversación o algo más. Quería que se fuera y ya estaba lista para decirle que se fuera.
—¿Puedo dormir contigo esta noche?
—¿Qué? — veía que se dirigía a mi cama. —Tus aposentos están del otro lado.
—Pero, quiero dormir contigo.
—¿Qué dirán de esto?
—Nada, solo somos dos amigas. ¿Qué dirán de eso? — se me formo naturalmente una sonrisa.
—Sí. Deberías de irte, tu esposo no aprueba esto.
—Él no está aquí, de hecho, no hay problema, entendió que solo somos amigas y estoy casada con él, no le podría ser infiel.
—Si él está de acuerdo, está bien. Puedes dormir conmigo. — se acostó y se cobijó.
Las dos estábamos viendo el techo hasta que me voltea a ver.
—¿Crees que, si le hubiera dicho no, cambiaría todo?
—Tal vez. Tal vez sería mejor para ti o peor.
—Estuviera contigo.
—Pero a escondidas, no habría ningún futuro. Deberías de dejar de pensar de esas cosas, estás casada y no deberías de pensar en eso.
—Es cierto. Entonces tampoco debería de hacer esto. — se levantó para dirigirse a la puerta. —Es momento de alejarme de ti, aunque será muy difícil. Gracias, Ashley por ayudarme a entender. — salió de la habitación y me quedé sola por un instante quería gritarle y decirle que regrese y que duerma conmigo, pero al final si tengo razón. Esto, todo esto debería de acabar y tratar de ser solo amigas. No quiero ser la causante de arruinar un matrimonio y Romina también debería de comprender que esto en definitiva debe de acabar.
Di un gran suspiro y dejé que mi cuerpo cayera completamente hacía mi cama. Empecé a parpadear pesadamente, pues me estaba quedando dormida, pero no debería dormir, no quiero dormir. Porque..., porque aún veo a la señora en mis sueños que se convierten en pesadillas, esa señora que tomo mi cuerpo y lo poseo. Todo lo que paso está en mi cabeza, a veces recuerdo su voz y me da un gran escalofrío. A veces me veo en el espejo y no me veo, no me veo siendo yo controlando mi cuerpo, a veces veo las paredes y recuerdo las runas, las letras que escribía con sangre animal. Hay algunas runas que recuerdo, pero quiero olvidarlas. Solo olvidar todo.
[...]
Llevamos ya un mes de lo que sucedió.
El reino de Romina estaba tranquilo y relajante, a veces veía al rey Augustus estar con la reina y otras veces la veía sola, pero no estaba triste. Otras veces escuchaba a Romina y Augustus haciendo esas cosas y yo trataba de cubrir mis oídos con mis almohadas.
Podría ser un fantasma pues ando deambulando por todas partes, cuando Romina no estaba aquí me sentía importante pues todos acudían a mí o a Mónica, pero ahora que regreso ya solo le toman importancia a Romina y a Mónica.
—Esta es una infusión de hinojo, deberás tomarlo en treinta minutos o en una hora antes de irse a dormir, Ashley. Exactamente para qué las quiere.
—Bueno, es obvio que es para dormir.
—¿Hay alguna razón?
—Insomnio, no sé por qué. ¿Me las dará? — me dio las hiervas de mala gana. —Gracias. — y salí de esa habitación, incluso dentro del castillo hay una habitación para cada cosa, en este caso hay una habitación de enfermería o de curación.
De inmediato corrí a la cocina para hervir agua.
—Señorita, ¿necesita algo la reina?
—No, yo necesito algo.
—Oh entiendo, ¿qué necesita?
—Agua. Agua caliente, para mi té, solo el agua. — ella asintió y de inmediato puso la tetera. Espere, sentada en la silla y recargada en la mesa, solo esperando.
—¿Por qué está aquí a estas altas horas?
—Necesitaba refrescarme y un té podría hacerlo.
—De hecho, ya está listo su té. — apaga la estufa y saca la tetera para ponerla en la barra. —¿Quiere que le sirva?
—No me gusta que el té este tan caliente como para quemarme la lengua. — dio una diminuta sonrisa.
—Ya somos dos. — hubo un silencio hasta que ella agarro dos tazas y sirvió el agua en ellas. —¿Tienes sobres de té?
—Sí, pero digamos que son especiales...
—Quiero ver. — se las enseñe y vio primero las hierbas y después a mí. —Nunca las he visto, ¿cuál es su función?
—Quedarse dormidos o ayudar a quedarte dormido.
—Creo que necesito de esos.
—¿En serio? — es que miren, yo soy la persona más tímida del mundo, pero hablar con ella me resulta tan fácil. —A todo esto, no nos hemos dicho nuestro nombre.
—El suyo es reconocido por el castillo. Ashley, dama de honor de la reina y la...
—la amante de ella. — a complete. —Nunca fui su amante.
—No iba a decir eso. Iba a decir que también eres la amiga más íntima de Romina, que ella confía ciegamente. — y eso era cierto.
—Y en eso no te equivocas...
—Kat, dime Kat.
—Un placer conocerte.
—Lo mismo digo, señorita Ashley.
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La vida perfecta de Romina
Teen FictionGobernadora de Filliph. Romina una reina joven con un gran poder y que de seguro quiere más. Romina solo le importa, la corona, el poder, y sus habitantes. ¿Qué tiene a alguien? Puff, por favor, ella y solo ella, y claro su mano derecha. Pero en el...