🥀•;;𝒯𝑒𝓃𝓉𝒶𝒸𝒾ó𝓃 2 «ᴊᴇᴏɴ ʜɪʙᴏᴜ»🎇 [𝙺𝚘𝚘𝚔𝚖𝚒𝚗] {𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎}

CAPÍTULO 5. No me culpes

Un día mas pasó y la noche se presentó, hoy fue cansado para Jihyo pero afortunadamente logró vender demasiado, mientras cocinaba se percató de que ya no tenía cebollas así que apagó la mecha en la estufa y después salió a su huerto buscándolas, una vez afuera observó al cielo, era luna roja ¿hace ya 5 años que había encontrado al joven que aún no despertaba del coma? Pasó mucho tiempo, desde entonces nunca se volvió a encontrar con el joven de cabellos de oro y piel blanca como la nieve.

Una vez concluyó de buscar las cebollas entró a su casa de nueva cuenta terminando de cocinar, luego comió un poco antes de finalmente irse a dormir, mañana sería un nuevo día, gracias a la diosa luna que todo estaba marchando de maravilla.

—Descansa... mañana viene Chanyeol para darme los resultados de sangre que te hizo, espero todo esté bien...—Dijo preocupada viendo el hermoso rostro del alfa pelinegro.

Jihyo se levantó con cuidado poniendo todo en orden, apagó las luces y dejó encendidas dos lámparas en la recámara del alfa, ella se fue feliz a dormir y al instante terminó totalmente rendida en la cama.

La luna roja brillaba con intensidad, si bien... se presentaba cada tres años esta vez había ocurrido algo inusual haciendo que el día rojo se adelantara mostrándose ante el mundo un año antes para así la diosa... conceder un deseo que hace mucho un joven puro le hizo con desesperación.

"¡Regrésamelo Luna!"

Lo haría... por supuesto que si, pero los deseos del corazón llevaban tiempo.

En la habitación donde estaba Jungkook todo tenía una tenue iluminación, la luna estaba pintada de sangre tan fuerte como nunca antes, en la cama suave se encontraba postrado Jeon en estado vegetativo, su cabello del mismo tono en el que estaba hoy la noche, su aroma irresistible de menta con chocolate inundando la recámara... lentamente los ojos del alfa se fueron abriendo mostrando sus luceros color miel, Jeon Jungkook el diablo había despertado y... era hora de que el mundo volviera a temblar con solo escuchar su nombre.

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Tomó todas sus cosas y con la respiración agitada miró a todos lados, él venía... ¡lo iba a matar! En primer lugar no debió haber hablado ¡mierda! Su corazón le latía a más no poder, las manos le temblaban del miedo y después salió corriendo cuando de repente cuchillas le llegaron a sus piernas haciendo que terminara cayendo de rodillas, al instante grandes chorros de sangre salieron de sus piernas, soltó un gemido y asustado intentó quitárselas, al tomar una notó como pesaban un poco...

Las cuchillas eran de plata...

Jeon Hibou ya había llegado...

Jadeó gritando poco después, luego se percató del aroma de vainilla y chocolate blanco, sus lágrimas comenzaron a salir así que con desesperación comenzó a llorar viéndolo llegar.