CURSED WITCH -klaus mikaelson

11

EMERY SE ENCONTRÓ entrando en la casa de huéspedes de Salvatore con Damon, quien se apresuró a servirles a ambos un vaso de bourbon.

Ella se apoyó contra la pared mientras él le entregaba un vaso con una sonrisa divertida. —Mi último trago.

—Cállate —ella puso los ojos en blanco, agarrando el vaso. —No te vas a morir. No dejaremos que eso suceda.

—Por nosotros —Damon tomó un sorbo. —¿Supongo que te refieres a ti ya Stefan?

—Sí —asintió Emery, imitando su movimiento mientras también tomaba un sorbo. —No vamos a dejar que mueras.

—Bueno... —Damon colocó su vaso ahora vacío sobre la mesa y se giró para mirarla. —Eso no lo decides tú. Ya que no quieres hacer el trabajo... —jugó con su anillo de luz diurna, ignorando la forma en que sus cejas se fruncieron en confusión ante sus palabras. —Lo voy a hacer yo mismo.

En un segundo, se lo quitó, permitiendo que el sol le quemara la piel. Los ojos de Emery se agrandaron y rápidamente sacudió su muñeca, enviándolo a estrellarse contra la pared, donde no había luz solar. —Eres un idiota —recogió su anillo de luz al mismo tiempo que Stefan entraba en la casa.

Sus ojos se abrieron al ver a Damon en el suelo. —¿Qué dem-?

—Se quitó el anillo de luz diurna y trató de... —su voz se desvaneció y observó cómo Stefan aceleraba como un vampiro hacia Damon y lo inmovilizaba contra la pared mientras sus dedos se apretaban alrededor del vaso en sus manos, sintiendo un latido familiar en su cabeza.

Como siempre, lo ignoró y centró su atención en los hermanos Salvatore. Stefan estaba más que enojado con Damon, quien gruñó. —Quítate de encima.

—No vas a hacer esto.

—Acabo de hacerlo —murmuró Damon. —Ya sabes lo que le pasó a Rose, Stefan.

—No me importa —usando su velocidad de vampiro, Stefan arrojó a Damon al sótano y lo encerró allí. —No te vas a morir hoy.

Emery dejó su vaso a un lado y se unió a ellos, de pie cerca de la puerta. Observó a Damon tumbarse en el suelo sobre sus codos mientras miraba a Stefan. —¿Cuál es el plan, Superman?

—Voy a encontrar una manera de salir de esto —respondió Stefan ganándose una burla de Damon.

—Oh, cierto. Una cura milagrosa. Buena suerte con eso.

—Tengo a Bonnie buscando algo, cualquier cosa —dijo Stefan, mirando a Emery. —Como ella dijo, no te dejaremos morir.

—Siempre el héroe, Stefan —dijo Damon. —Solo dime adiós, acaba con esto.

Luego comenzó a toser y rodó sobre su estómago, colocando su mano frente a su boca. Cuando miró hacia abajo, vio sangre.

—Quédate quieto —murmuró Stefan. —Conserva tu fuerza —luego se volvió hacia Emery. —¿Podrías quedarte aquí con él y asegurarte de que no intente otra estupidez?

—Por supuesto —asintiendo, Stefan salió del sótano. Esperó a que se fuera antes de abrir la puerta del sótano y entrar, cerrándola detrás de ella.

Damon levantó las cejas hacia ella. —No es seguro para ti estar adentro conmigo ahora mismo. Voy a... alucinar.

—Lo sé —se sentó en el suelo frente a él, con la espalda apoyada contra la pared mientras miraba a Damon. —Estarás bien.

—No, no lo haré —murmuró, sacudiendo la cabeza. —Que te niegues a aceptar el hecho de que me estoy muriendo no significa que no lo esté. Mira esto —se arremangó para mostrarle la mordedura que había empeorado. —Se ve asqueroso como el infierno y dios —gimió de dolor, cerrando los ojos. —Todo duele, Em.

—Puedo hacer algo por ti —sugirió Emery. —Puedo quitarte algo del dolor...

—No, no lo harás —suspiró, abriendo los ojos para mirarla de nuevo. —Usaste tus poderes antes, para alejarme de la luz del sol. ¿Por qué diablos harías eso, hmm? ¿Quieres ¿morir?

—No, pero no quiero que mueras —se llevó las rodillas al pecho. —Eres la única persona en la que extrañamente realmente confío, ¿sabes?

—¿Estás diciendo eso por las innumerable cantidad de veces que me hiciste obligar a tu terapeuta de que asististe a tu sesión? —preguntó, una risa saliendo de sus labios.

—No... sí —se rio entre dientes. —Tal vez. Está bien, no. Eres mi confidente.

—Tú también eres mi confidente —Damon imitó su tono. —¿Quieres saber algo interesante?

—Habla.

—Estoy enamorado de Elena —espetó, sonriendo cuando Emery soltó una carcajada seguida de un asentimiento.

—Sí, me lo imaginaba.

—Oh, estoy seguro de que lo hiciste —inclinó la cabeza hacia un lado. —Así que, es tu turno.

—¿Mi turno de qué?

—Dime —se interrumpió cuando sintió un dolor agudo a través de todo su cuerpo, su visión se volvió borrosa. —Dime —repitió, tratando de controlar el dolor mientras Emery se enderezaba para mirarlo, preocupada. —¿De quién estás enamorada en este momento?

—Nadie —respondió de inmediato, dejando un suspiro. —Sabes, no puedo permitirme salir con alguien con mi... condición.

—Deja de negarte lo que la vida tiene para ofrecer —murmuró, cerrando los ojos. —Deberías empezar a vivir, Em.

—Estoy viviendo —frunció el ceño ante sus palabras.

Él se rió entre dientes. —No, quiero decir, diviértete y toda esa mierda. Ve a algunos países, haz cosas que te hagan —se detuvo de nuevo, sintiendo como si su cabeza estuviera a punto de explotar. —Feliz... Vete de aquí. Voy a empezar a alucinar y no quiero lastimarte.

Con un asentimiento de comprensión, Emery se levantó del suelo y caminó hacia la puerta. Justo cuando estaba a punto de abrirla, la voz de Damon la detuvo. —¿Oye, Em?

—¿Mmm? —ella lo miró fijamente, encontrando sus ojos abiertos y mirándola con una sonrisa jugando en sus labios.

—Aunque no estamos relacionados con la sangre, debes saber —respiró hondo. —Siempre te he considerado como una hermana pequeña —tratando de no sonar demasiado dulce, se apresuró a agregar. —No importa lo molesta que puedas ser. Yo solo... —suspiró. —Te amo, quiero que lo sepas.

Ella le sonrió. —Yo también te amo, y siempre te he visto como un hermano, sin importar cuán idiota seas.

Él puso los ojos en blanco ante sus palabras, pero no dejó de sonreír mientras asentía hacia la puerta. —Dulce como siempre. Cierra la puerta detrás de ti.

Hola genteee, bueno. Yo se que los capítulos son muy cortos. Quieren que una dos capítulos? Para que sean mas largos o sigo subiendo los cortos??