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— Bueno, ¿Qué es lo tan importante para que vengan por aquí?— Indagó Emma.

Keisuke parecía tener sellados los labios con pegamento, a penas y desvió su mirar hasta su amigo, sentado a su lado.

La rubia estaba de pie, con los brazos cruzados y una sonrisa amena en su boca, observando atenta a aquel par, que solo se veían entre ellos.

— No tenias que atender a una visita, primero?— Keisuke se mostró preocupado.

— Si, ¿Lo de ustedes es importante?— Se coloco de rodillas en el piso, acercándose a la mesita.

Keisuke hizo un gesto de extrañes al verla tan "contenta" le dio un pellizco a Chifuyu para que se fijará en lo mismo que él.

— No te preocupes, ve y atiende a tu visita, de todos formas llego primero — Hablo Baji, sonriendole incomodo a la chica.

Emma alzo ambas cejas y se puso de pie.

— Está...bien— Balbuceo con extrañes desviando sus ojos hacia el piso.

— Vuelvo en un momento— Aviso, mientras abría la puerta.

Aquellos dos la miraron hasta que la rubia cerró aquella puerta corrediza.

Al cerrarse aquella puerta, Keisuke frunció su cara y dio un fuerte suspiro, lleno de pesadez.

Volteo hasta Chifuyu, quien al verlo con cara de diablillo, inmediatamente se levantó, como si tuviese resortes en sus piernas.

— ¡Yo, iré a pedirle un vaso de agua a Emma!— Habló súbitamente, con una risilla temblorosa.

Keisuke lo agarro de su chaqueta y lo hizo sentado, Matsuno sintió como su trasero impacto con fuerza en el piso duro de madera.

— ¡Auch! ¡mi trasero!— Exclamó adolorido, arrugando su cara.

— ¡Tú! — Lo señaló el azabache — ¡Vas a guardar tu estúpida cámara o te aseguro que tu trasero no será lo único que te dolerá después de irnos de aquí!— Sentenció entre dientes.

— ¡Es una apuesta y la tienes que pagar!— Gruño también el menor.

Ambos se miraron como unos sabuesos problemáticos, gruñendo entre dientes y viéndose con desafío.

Emma caminaba con lentitud por el pasillo, observando por los ventanales del Dojo el jardín.

<< ¿Qué querrá Keisuke?>>

Se preguntó en su mente, suspiro y sonrió para si misma.

Al llegar hasta la puerta que daba al corredor, se detuvo al escuchar lo que parecía ser Yuzuha molesta.

– Dile a Taiju que ya voy en camino, que no coma ansias.

Emma frunció su ceño desconcertada y abrió la puerta, asomando sólo su rostro.

Yuzuha inmediatamente corto la llamada y guardo su celular.

— Lo siento, no quería molestarte— se Pronunció.

— ¡Eh!, ¡No!, está bien, no era importante — Sonrió a fuerzas.

Yuzuha tomó su bolso y gabardina, un poco apresurada.

— ¿Ya te vas?— Pregunto confundida la rubia, mirando a la mayor.

— Si, tengo que atender unos asuntos, de lo que te hable hace un rato— Contesto frustrada.

🌼Los ojos de Emma🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora