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El despertador Sonó tan fuerte en aquella habitación, Keisuke abrió sus ojos con pesadez y se sento con pereza en el borde de la cama.

— Son las seis de la mañana, aún es temprano — Suspiro y se levantó, encaminandose hacia la ventana.

Hecho un vistazo hacia la calle, todo lucia tranquilo, algunos ruidos que caracterizaban la ciudad, ya empezaban a escucharse.

Keisuke bostezo y estiro sus brazos.

— No tiene caso seguir durmiendo— Dijo para si mismo.

Para luego disponerse a ejercitarse.

Al terminar de hacer ejercicio, tomó una ducha, salió y se vistió, para después desayunar y darle de comer a sus gatos antes de salir.

— Nos vemos luego señores gatos— Se despidió y acaricio las cabezas a sus mininos

Emprendió su rumbo hacia una pequeña biblioteca ubicada en el centro de la ciudad, era su nuevo trabajo.

Mientras iba en su auto, solo pensaba en como rayos termino trabajando como bibliotecario, atendiendo a estudiantes y personas fastidiosas, cuando sabía perfectamente que era un tipo amargado e impaciente.

Pero suponía que la necesidad de pagar sus gastos básicos, lo habían orillado a aceptar ese empleo, cuyo pago era bueno, pero los clientes eran por momentos detestables...

Varias horas habían pasado, la biblioteca estaba tranquila, habían pocas personas, ese día no había sido tan abarrotado por los estudiantes, seguramente porque andaban por la ciudad disfrutando el Otoño que recién había caído.

Keisuke estaba aburrido, así que decidió irse al fondo a sacudir el polvo de algunos estantes de aquella librería.

En ese momento, la campanita que daba aviso que un cliente había llegado se escucho, Baji solo blanqueo los ojos y fue a ver que deseaba el cliente.

— ¿Qué haces aquí?— Pregunto, mientras le miraba serio al chico.

— ¡Hola!— Alegre sonaba aquella voz  — Vine a ver como estabas— Le sonrió ameno.

Baji salió del mostrador y fue hacia él.

— Solo mírame, Chifuyu, estoy tan feliz en mi nuevo trabajo— Dijo irónico, abriendo sus brazos y rió con falsedad.

El pelinegro solo alzo ambas cejas y rió burlesco.

— ¡Dios!— Suspiro — Puedo notar tu alegría desbordando por los poros— Dijo Sarcástico entre risas.

Baji alzo una ceja y le miro un tanto serio

— ¿Necesitas algo?— Pregunto, cruzándose de brazos.

Chifuyu negó y le sonrió — No, solo iba a hacer unas compras, pero recordé que trabajas cerca, entonces decidí pasar...— Sonrió el de corto cabello.

Keisuke solo lo observaba atento.

Chifuyu a menudo pasaba a la librería a visitar a Keisuke, aunque fuera sólo por unos minutos para ver si este estaba bien.

🌼Los ojos de Emma🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora