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Un par de semanas habían transcurrido, aquel de hebras negras despertó de mal humor debido a un fuerte ruido en la cocina.

— ¡Agh! Otra vez ustedes, me dejaran sin platos en que comer.

Resongo, mientras veía a sus dos gatos haciendo caos en la cocina, Baji resoplo y solo les dio unas palmaditas en la cabeza a los mininos que solo ronronearon y se bajaron de la alacena.

— Al menos no fueron los platos que mamá me dio.

Dijo, se agacho para levantar los platos rotos del piso, aún estaba agachado cuando escucho el timbre sonar, esto lo hizo respingar y golpearse la cabeza en el cajón que tenía abierto.

—¡Mierda! — Exclamó molesto y adolorido.

Se llevó una mano a la coronilla de la cabeza, ya que eso había dolido, abrió la puerta de un solo, sin importar que solo anduviera en pijama.

— ¡¿Qué?!— Grito con irritación.

Era su día de descanso, tenía planeado dormir hasta tarde y después ir al supermercado, pero su día se había arruinado.

— Buenos...días —

Se escucho la voz femenina un tanto arrepentida, pues al ver a Baji como un oso malhumorado, supo que no había llegado en buen momento.

— ¡Ah! Eres tu, ¿Qué quieres?— Dijo un poco más tranquilo.

— Lamento molestarte...

Hablo la joven, mientras Movió sus ojos a todas direcciones menos a él.

— Solo dime a que viniste, Emma.

Se cruzo de brazos y se recosto en el marco de la puerta, mirándola de pies  a cabeza.

— Solo queria hablar con alguien — Le sonrió incomoda.

Un enorme silencio reino, Emma desvio su mirada y apreto los labios.

— Traje un poco de pan — Hablo apenada.

La chica alzo una pequeña caja ante la vista de Baji — Pero como estás de mal humor... me voy~ — Alargo todo lo mencionado.

Baji solo enarco una ceja y se aparto del marco de la puerta, Emma le había llevado pan que además olía delicioso.

— Bien, pasa — Se aparto un poco.

Emma le sonrió y entró, para después sentarse en el sofá, desvio su vista hacia la ventana notando a los gatos echados en el balcón.

— ¿Cómo se llaman?— Pregunto, dirigiéndose hacia los mininos.

Baji se encaminó hacia ella y cargo a uno de los gatos.

— Este es:"No preguntes" y este es: "No molestes" —

Dijo sonriente. Emma lo miro con seriedad, para después darle un puñetazo en el hombro al pelinegro, que le sonrió fingido.

— ¡Solo era una broma!— informó, tratando de aguantarse la risa.

— Jaja, que buena broma — Dijo con ironía y rodó los ojos.

Baji solo la observo caminar por el apartamento,  la chica se veía molesta y le causaba un poco de gracia.

—Andas muy gracioso ¿Trabajas en un circo?—

Pregunto la rubia y se giro a ver al pelinegro, quien pasó de estar sonriendo a poner una cara de desconcierto.

El pelinegro se quedo callado — ¿A caso parezco un estúpido payaso?— Ladeo su cabeza, mientras tomó un panecillo.

— Con tus bromas infantiles pareces uno.

🌼Los ojos de Emma🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora