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Un nuevo día, el sol brillante y abrazador se alzaba por los cielos, alumbrando la ajetreada ciudad, que a penas empezaba a tener aquel movimiento ajetreado que la caracterizaba.


Mientras el pavimento se veía húmedo debido a que cada día lo templado y congelado se desvanecía, dando paso a una nueva estación.

A tales horas de la mañana, aquel azabache de ojos ámbar, se encontraba tendiendo su cama, mientras luchaba para que sus mininos no desarreglaran lo que él ya había acomodado.

Termino de ordenar su habitación y sacó el cesto de ropa sucia, pues más tarde bajaría a lavandería y luego iría a pagar los recibos del mes que se habían acumulado.

— No es tanto un día de descanso — Dijo frustrado, comiendo desganado aquel cereal.

Miró a sus gatos, quienes dormían plácidamente otra vez en el sofá.

— Qué envidia de ustedes, ojalá ser un gato — Suspiró.

Termino de desayunar y dejo limpio todo, antes de salir e ir a pagar los recibos que habían llegado. Tomó una ducha y se preparo para salir, ya que también había quedado de ir a dar una vuelta con Matsuno y Kazutora.

Quería despejar su mente luego del suceso con Emma y que esta lo haya rechazado de una manera tan gentil que dolía, así que prefería darle su espacio a la chica y no molestarla.


<< No hay que forzar las cosas, solo deben fluir >> Pensó.


Tomó su chaqueta y las llaves, dejando así su apartamento por unas horas.

Mientras bajaba las escaleras, solo podía pensar en que la presión lo hizo actuar de esa manera y que a pesar de que seguían siendo amigos, no dejaba de sentirse incómodo tratarla así, cuando el quería más y ella lo sabía.

Había pasado solo un día, así que probablemente los demás días irían desvaneciendo esa acción y pasaría a ser solo un recuerdo, eso era lo que Keisuke pedía.

Al salir de aquel condominio, miró el cielo y supo que haría un buen día, trataría de ser optimista.

Al terminar de pagar aquellos recibos y demás pendientes, se reunió con Chifuyu y Hanemiya, quienes lo esperaban en un bar.

Al entrar, notó que estaba algo vacío, no le dio importancia, así que se fue directo hasta la mesa donde sus amigos estaban, quienes al verlo le saludaron desde lejos.

Los tres se saludaron, charlaron de algunas cosas y bromearon en todo lo que los atendían.

—¿Cómo va tu situación con Emma?— Indagó Kazutora, mientras bebía de aquel tarro de cerveza.

Keisuke guardo silencio e hizo una mueca con sus labios hacia abajo.

— Ehhh, normal, no ha cambiado mucho — Contesto sin más y comió algunas botanas.

Chifuyu y Kazutora se miraron entre ellos y luego al pelinegro, que seguía comiendo aquella botana.

— ¿Es bueno o malo?— esta vez Chifuyu preguntó.

🌼Los ojos de Emma🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora