🌼Los ojos de Emma🌼

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Aquel azabache se había alejado un tanto de aquel pequeño restaurante, para atender la llamada, resultó que Chifuyu le había llamado.

—¿Qué rayos quieres Chifuyu?—Sonó aburrido.

—¿Estás ocupado? Quería pedirte un favor —Dijo Matsuno al otro lado de la línea.

— Si, estoy con Emma ¿Qué necesitas?

—Es que es algo personal, no te lo puedo decir en llamada.

Keisuke gruño y blanqueo los ojos, solo quería cenar e ir a su apartamento, quería dormir.

— Entonces, llámame mañana.

Dijo el pelinegro, mientras alcanzó a ver que un auto se estacionó, pero no le presto importancia.

— Claro, pero avísame cuando salgas del trabajo — Dijo Chifuyu en la otra línea.

— Está bien, yo te diré a donde nos reuniremos — Indico con aburrimiento el azabache.

—Bien, ¡Nos vemos!—Dijo Chifuyu y colgo la llamada.

Baji se dispuso a ir de nuevo hacia el establecimiento, mientras veía la hora en la pantalla. En ese momento alzo su vista y noto a un tipo caminando en dirección hacia él.

—Oye, amigo ¿Tienes fuego?—Pregunto aquel tipo.

Baji se detuvo y lo miro con seriedad, luego noto que había otro sujeto más adelante, ubicado a unos pasos de la puerta del local.

Esto lo puso a pensar.

— No — Contesto tajante y se dispuso a retomar su paso...

—Al menos dame para unos cigarrillos, amigo - Dijo aquel sujeto, plantandose frente al azabache.

Baji gruño molesto y lo miro despectivo.

—Mala suerte, estoy en quiebra — Replicó el azabache.

— Parece que tu cabeza también está por quebrarse — Dijo uno de ellos.

El azabache se giro con rapidez a verlo, pero fue tarde, solo vio a uno de ellos con un bastón irsele encima y golpearlo en la cara con esa cosa.

—¿¡Pero que mier...!?—Sorprendido y abrumado Sonó.

Se sostuvo la nariz con sus manos y noto que estaba sangrando, no le tomo importancia, solo eran dos tipos, sería fácil pensó.

—Par de imbéciles — Gruño y se fue con impulso a uno de ellos y lo golpeó a puño cerrado en la cara.

Y al otro que sostenía el bastón, le dejo ir un codazo al sentir que lo intento asfixiar con el bastón

Inmediatamente se puso de pie y lo miro con el ceño fruncido, dejándolo ir una patada.

— Pensé que era un asalto, pero parece que quieren algo más — Dijo agitado el pelinegro, limpiándose la sangre.

— Vinimos por tu amiga. Nos pidieran que si estaba alguien con ella, nos deshicieramos de esa persona, al parecer eres tú.