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En unos anteojos oscuros, se reflejaba una solitaria carretera.

Quien los portaba como parte de su vestimenta era Baji, llevaba una chaqueta negra de mezclilla, una camiseta blanca normal y unos jeans negros.

Está vez había optado por llevar el cabello atado en una coleta baja de caballo, dejando caer dos mechones sobre su rostro.

— Cielos, ¿Por qué tarda tanto?— Se preguntó impaciente.

Y se arrimó al coche, se cruzo de brazos y decidió esperar.

En ese momento aquella joven apareció de entre un pequeño monte, venía acomodándose aquel vestido.

Baji bajo sus anteojos y enarco una ceja.

— ¿Por qué tardabas tanto?— Cuestiono un poco serio.

Emma solo blanqueo los ojos y gruño.

— Ya no podía soportarlo, por eso te pedí que te detuvieras un momento, es una necesidad básica ¿sabes?—

Dijo esta y entró al auto.

— Cuando estábamos en la gasolinera me hubieras dicho que querías ir al baño— Dijo este y la miró, para luego cerrar la puerta.

— Bebi demasiada agua por los nervios — Dijo y se froto las manos aquella de ojos hazel.

— No es la primera vez que vas a verlo — Dijo Baji, mientras se subía al auto y empezó a arrancar.

— Ya lo sé, pero me pone nerviosa porque no sé para que quiere verme— Dijo un poco dudosa, mordiéndose las uñas.

— Es una visita, solo pregúntale que quiere y ya — Le dio unas palmadas en la espalda a la rubia.

Emma solo apreto los labios y sonrió de esa forma.

<< Tengo miedo>>

Se dijo en su mente aquella chica, mientras siguieron el trayecto hacia aquel reclusorio.

— ¿Me darías algún consejo para tratar con él? — Pidió mientras miraba fijamente al pelinegro.

Keisuke se giro a verla, no supo que responderle, así que miro nuevamente a la carretera.

— Mándalo al carajo — Contesto sin más.

— ¡Baji!, Esto es en serio — Dijo y se cruzo de brazos.

Baji se tiro una carcajada — Pues no sé, no me hagas ese tipo de preguntas, si yo fuera tú...— Volvio a mirarla y le sonrió — lo sacaría de mi vida, después que me ha puesto muchas excusas para tener algo conmigo — Negó y sonrió burlon.

Emma se quedó callada un momento.

— Pero...— Dijo el chico.

Emma lo miro atenta.

— Ambos sienten lo mismo, así que no puedo aconsejarte, porque eres tu la que decidirá eso — Dijo sin mirarla.

La rubia solo parpadeo y sonrió.

Baji siempre era bromista, de niño, ella a veces lo consideraba insoportable, pero sabía que el joven a su lado siempre tenía buenos consejos o razones para dar.



***

Había una fuerte algarabía en aquella cárcel, algunos presos se preparaban para reunirse con sus familias u amigos cercanos.

🌼Los ojos de Emma🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora