Capítulo 6

2.8K 168 8
                                    

Estefanía Mendoza

08 de julio de 2023

Llego a la empresa pasadas las 6 de la tarde, se que aún está mi jefe aquí ya que se mata trabajando como burro cuando no tiene que cuidar de su hijo, los padres de el se llevaron al pequeño a dormir con ellos, porque ellos mismo lo fueron a traer a la empresa. Solo espero poder encontrar mi celular, si no tendré que comprar otro, llego al piso donde trabajo y voy a mi escritorio, rebusco por todos los cajones pero no hay nada.

Suelto un suspiro de exasperación, donde diablos lo habré dejado, estoy por irme cuando escucho como un vaso se rompe, alguien lo tiro muy duro y ese alguien fue mi jefe. Toco la puerta de su oficina pero no me responde, así que me tomo el atrevimiento de entrar, lo veo tirado en el piso con su espalda recostada contra su escritorio, mientras toma de su botella de vodka, veo que la botella ya está completamente vacía y la tira contra la pared, los vidrios salen volando por todas partes.

Me asusto cuando veo como empieza a golpearse las piernas con los puños, lo hace con tanto odio.

-Señor Anderson, deténgase, se hará daño.

Trato de ir hacia el, pero paro en seco cuando me mira con sus ojos llenos de ira y resentimiento.

-Dígame cómo me haré daño si no siento nada, mis piernas no sirven, no siento ni el golpe más fuerte.

Mi corazón se encoge al verlo así, podremos odiarnos la mayor parte del tiempo pero no significa que me gusta verlo mal.

-Por favor no siga.

-Lárguese, quiero estar solo.

-No lo haré.

-Largo de mi oficina o considérese despedida.

-Sabe que no puede despedirme, nos caemos mal, pero hoy no lo dejaré solo.

Me acerco con cautela hacia el, me hinco a su lado y quito los rizos de su pelo que caen en su frente.

-¿Dígame qué gana tomando tanto?

Suelta una risa ahogada, me mira de reojo, su cabeza cae hacia delante.

-Tratar de olvidar lo patética que es mi vida.

-No es patética, que usted la vea así es otra cosa, todos somos capaces de tener una vida estable, feliz o una vida triste, eso ya depende de uno mismo de cómo quiere vivir.

-¿Como puedo tener una vida completamente feliz, si no puedo caminar?

Sus ojos furiosos se dirigen a mi.

-¿No ha visto personas que pierden sus piernas o sus brazos y han encontrado la manera de ser felices? También hay personas que pierden su vista, su voz, pero luchan por adaptarse para sobrevivir. No se cómo se ha de sentir señor Anderson, pero no gana nada en ponerse a beber y lastimarse.

Sus ojos ahora me ven con curiosidad, no dice nada por un rato, poniéndome nerviosa.

-Tiene razón ¿como una niña puede ser más sabia que yo?

Bufo con diversión.

-Bueno dicen que ya con cierta edad cuesta pensar bien, viejo.

Ámame a tú Manera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora