Capitulo 21

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Estefanía Mendoza.

29 de noviembre.

Me muevo por el campus de la universidad con muchas carpetas y planos de dibujo en mano, tratando de no votar nada, de repente mi celular suena, pero ahorita no puedo contestar, alguien choca contra mi hombro logrando que se me caigan algunos planos.

-Demonios.

Me agacho para intentar tomarlos, pero obviamente no puedo, unas manos los toman y los pone como puede en mi brazos, volteo a ver a la persona que me ayudó.

-Gracias, con permiso.

-Estefanía ¿cierto?

Me volteo y lo miro con el ceño fruncido ¿de donde me conoce? Yo ni siquiera lo había visto.

-Soy amigo de John, él me ha hablado mucho de ti.

La sonrisa que me da no me gusta para nada y que sea amigo de ese tarado mucho menos.

-Pues el nunca me habló de ti, ahora si me disculpas debo ir a dejar todo esto.

-¿Te gustaría salir conmigo a tomar un café?

-No.

Su sonrisa se borra, veo como sus ojos demuestran su disgusto para mi respuesta.

No espero que diga nada más y me marcho, cuando por fin dejo todo lo que cargaba en el salón que me dijeron, saco mi celular para ver quien me llamo, sonrío al ver de quién se trata, devuelvo la llamada y en menos de dos tonos una voz infantil responde.

-Mamá!!!

Mi corazón palpita rápido, sucede cada vez que ese niño precioso me llama mamá.

-Hola mi corazón.

-Te extraño.

-Pero si hoy nos vimos, pero que conste yo también te extraño.

Suelta una pequeña risa, él sin saberlo ha estado sanando poco a poco mis heridas junto a su padre, pero hay algunas que aún sangran y yo debo aprender a curarlas sola.

-¿Donde está tu papá?

-Hablando con mi tío, al parecer mis primos se quedarán a dormir en nuestra casa todo el fin de semana.

-Así que harás una pijamada.

-Si... yo quería saber si te quieres quedar también, así será más divertido.

Hago un sonido como que lo estoy pensando.

-¿Recibiré muchos abrazos de mi hijo? Si no, entonces no me quedaré.

-Si si si si, te daré muchos, todos los que quieras, pero por favor quédate a dormir también. Hasta me quedo a dormir contigo para que no tengas miedo en las noches.

Me río ante su inocencia, más bien él es el que quiere dormir abrazado a mi, aunque no me quejo, sé que va crecer y en algún momento él ya no querrá dormir conmigo y Kiran.

Ámame a tú Manera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora