Capítulo 35

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Stefanía Mendoza.

-Déjame entender, la buscona esa, ¿quiere quitarte a mi sobrino?

-Si, pidió una cita en el juzgado, quiere que evalúen a Stefan y saber si él quiere estar cerca de su ella.

-He, alto ahí, esa no es su madre, tú lo eres. Ella solo lo parió, no lo crió, no lo cuidó, tú apenas llevas un año en sus vidas, pero recibió más amor de ti que de ella, así que ella no es nada.

Mila sigue trenzando mi cabello, ahora lo hace un poco brusco, se le nota la molestia en la cara.

-Es mejor que sueltes mi cabello, me estás lastimando.

-Perdón Fanny, es solo que me enoja esta situación, ¿por qué hay padres que abandonan y luego quieren volver como si nada? El daño ya se hizo, el abandono de un padre duele para toda la vida, es una herida que no termina de sanar. Y ese niño tan precioso que me dice tía, no quiero verlo pasar en los tribunales, de psicólogo en psicólogo para que evalúen si es cierto que él no quiere ver a esa bruja. He visto muchos casos en la tele, algunos jueces se dejan comprar y tengo miedo que esa buscona lo intente hacer y...

Se calla al ver mi cara, sé que tengo una cara de terror.

-Lo siento, solo te estoy preocupando más, ven aquí, te haré mimos.

Termino recostada en sus piernas mientras abrazo una almohada con fuerza, ella pasa sus manos por mi cabello, deshaciendo la trenza que había empezado.

-Ya no sé qué hacer o qué pensar, aparece la madre biológica de Stefan y también mi madre biológica, ambas mujeres solo regresaron a hacer un caos nuestras vidas.

-Hablando de eso, ¿no has pensado hablar con tu padre?

-¿Para qué? Me abandonó.

-¿Tu madre biológica dijo eso? Porque si fue ella quien te lo dijo, Stefanía, ni siquiera le hubieras creído. Solo te ha hecho daño, ¿por qué no te mentiría respecto a tu padre?

-¿Y si no mintió? Tengo miedo de ir a él y descubrir que también quiere hacerme daño.

-¿Y si no es así? No sabes si tal vez te ha buscado, no sabes si será un padre amoroso, lo único que sabes es lo que esa mujer te dijo de él, pero adivina que, esa mujer es mala y manipuladora, lo siento mucho que lo diga, ella te parió y todo...ni siquiera sé cómo algo tan bonito pudo salir de esa vieja podrida.

Sonrió ante lo último.

-Aparte, tu hombre no dejara que te hagan daño, Kiran Anderson te protege, si tu padre te está buscando para algo bueno, bienvenido sea, pero si no, tu familia y yo te cuidaremos, Stefanía.

Sentí cómo el peso de todo lo que estaba pasando se volvía cada vez más abrumador. Las palabras de Mila, aunque reconfortantes, no lograban disipar el miedo que sentía. No solo por Stefan, sino también por lo que significaba tener dos figuras del pasado, tanto en la vida de mi hijo como en la mía, queriendo reaparecer de forma tan violenta y repentina.

-Tienes razón, Mila —murmuré, cerrando los ojos mientras sentía sus dedos deshaciendo la trenza—. Pero no es tan fácil. A veces pienso que si simplemente ignorara todo esto, si dejara que la vida siguiera como hasta ahora, todo se calmaría. Pero luego me doy cuenta de que no podemos ignorar algo tan grande. Aida no se va a detener, y mi madre... ella tampoco.

Ámame a tú Manera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora