Stefan Anderson
Corría junto a Sasha en el patio de la escuela, tratando de escapar de Melissa y Amalia que estaban decididas a vengar las hamburguesas que les botamos.
-¡Corre, Sasha, corre! - gritaba mientras ambos intentábamos mantenernos un paso adelante.
No tuvimos suerte; Melissa y Amalia nos atraparon y nos jalaron del pelo, haciéndonos caer al suelo.
-¡Ay! - grité mientras Melissa me tiraba del cabello.
-¡Nos deben unas hamburguesas! - dijo Melissa con cara de enojo.
-¡No fue nuestra intención botarlas! - intenté defendernos mientras trataba de soltarme.
Melissa me estiró el pelo aún más.
-¡Ya, Mel, eso duele! - me quejé.
-Hoy no te vas a escapar con tu carita bonita. Me quedé sin comida por tu culpa - dijo Melissa, todavía molesta.
-¡Te ofrezco mis arepas! - propuse rápidamente. - Tengo de carne, pollo y queso, las hizo mi mamá. Están ricas. Pero, por favor, suelta mi pelo.
Melissa me miró con desconfianza, pero finalmente soltó mi cabello.
-Bien, tenemos un trato. Más te vale que estén buenas.
Suspiré de alivio ambos volteamos hacia donde Amalia y Sasha que estaban en el suelo, todavía enredados jalándose el pelo.
-¡Tonto! - gritaba Amalia mientras tiraba del pelo de Sasha.
-¡Mensa! - respondía Sasha, con cara de enojo.
-¡Burro! - decía Amalia.
-¡Perezosa! - gritaba Sasha.
Finalmente, Melissa y yo nos acercamos para intentar separar a Amalia y Sasha. Con algo de esfuerzo, logramos que se calmaran.
-¡Basta ya, chicos! - exclamé, intentando imponer orden. - Nadie va a ganar nada peleando.
Amalia y Sasha se levantaron, sacudiéndose el polvo de sus uniformes, mientras Melissa cruzaba los brazos.
-Espero que esas arepas estén buenas, o te daré una patada.
Melissa pasa el dedo por su cuello, queriendo hacerme entender que soy niño muerto si no le gusta la comida que le ofrezco.
Y yo que pensaba entre Amalia y Melissa, Melissa era la mas tranquila, pero no, es peor.
Lo peor del día, debo compartir mi almuerzo.
Miré a Sasha, quien parecía más aliviado ahora que Amalia y Melissa estaban calmadas, aunque todavía fruncía el ceño. En cuanto a Amalia, se veía un poco sonrojada, y Melissa tenía una expresión que no auguraba nada bueno si las arepas no estaban a la altura.
—Vamos, mejor vámonos a un rincón para que podamos probar las arepas sin que nos molesten —sugerí, intentando cambiar de tema.
Fuimos hacia una zona más tranquila del patio, saqué la caja de arepas de mi mochila y la abrí con cuidado.
—¿Cuáles quieren? —pregunté, tratando de ser lo más cordial posible mientras Melissa y Amalia se acercaban con expresión de expectación.
—De carne para mí —dijo Melissa, sin apartar la vista de la caja.
—Yo quiero la de pollo —añadió Amalia, que ahora parecía más relajada.
Sasha, que hasta ese momento había estado en silencio, también se acercó.
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Ámame a tú Manera
RomanceUn hombre en silla de ruedas, serio y enfocado solo en su hijo. Una chica con la actitud más loca y divertida, pero con traumas y demonios que la atormentan.. Dos polos completamente opuestos. 16 años de diferencia. Ella cree que el es un viejo am...