Cap 12

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¿Qué era eso? ¿Cómo podía pasar de ser un hombre violento a un niño en cuestión de segundos?¿Cómo cambiaban tan rápido de personalidad? Es como si algo dentro de él se desbloqueara y fuera una persona distinta. Beca se sentó en el suelo asimilando la situación. No era una chica con cero contacto masculino en cuestión, pero todo este de repente, todos estos hombres hacían temblar sus piernas con solo imaginarse a solas, y no tan a solas, con ellos. "En qué estás pensando imbécil" dijo sacudiendo la cabeza, son criminales "cri-mi-na-les Beca"
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-Buenos días- interrumpió sus pensamientos don José, aquel señor llevaba años yendo a su cafetería, desde que se mudó al país en cuestión.

Beca sirvió lo que le pidió y pasó el día tranquila en la cafetería, a las tres de la tarde cerró, tenía que reunirse con su madre para el juicio y hablar un poco antes de ir a las seis, normalmente son por la mañana, pero imagino que son las ventajas de su padre al tener contactos.

Salió de la cafetería y se dirigía hacia su casa necesitaba ducharse, era un día de mucho calor y había sudado bastante.

"Pip,pip" escuchó la pita de un coche de fondo.

-Sube preciosa- dijo aquel chico encantador de la cicatriz.

-¿Vas a amenazarme, presionarme o acorralarme para besarme?- preguntó riendo por lo último.

-No, no y ¿Qué?- dijo desconcertado- sube anda y te llevo a donde vayas.

Beca subió a aquel lujoso carro y se amarró el cinturón.

-¿A qué ha venido eso último?- preguntó mirándola-¿Y a dónde vamos?

-Pregúntale a Mikey y a mi casa.

-Mejor pregunto en otro momento- dijo riendo- y si quieres llegar a tu casa tendrás que darme alguna dirección guapa.

-Ah claro- dijo Beca riendo y diciéndole la dirección.

Cuando llegaron Beca dejó el bolso y le indicó a Kakucho donde podría dejar su chaqueta de traje que llevaba. Al quitársela observó su tatuaje, ya que llevaba su camisa de botones medio desabrochada. Beca lo miro por unos segundos, su pecho al descubierto, su pelo peinado de una manera alborotada y aquella cicatriz que recorría su cara a parte de su heterocromía.

-¿Pasa algo?- pregunto sonriente.

"Que me encantaría montarte en ese mismo sillón"- pensó de manera lasciva.

-No no, nada- dijo volviendo en sí-¿Querías hablar de algo?

-No, la verdad solo te acompañaba para verte- dijo Kakucho- seguro que una compañía mejor que los hermanos y un loquito de la cabeza te viene bien.

-"loquito de la cabeza"- repitió beca mientras se reía-Sanzu imagino.

-No, Mikey, Sanzu es loco a secas- respondió bromeando con ella y rieron juntos.

-¿Quieres tomar algo?- le dijo Beca.

-Agua estaría bien,¿Me puedo sentar?- dijo mirando el sillón.

-Claro, aunque me tengo que duchar, tengo un asunto a las cinco.

-Te puedo llevar si quieres- dijo Kakucho.

-Kaku es abusar mucho de ti- dijo Beca sonriéndole- no hace falta.

-Abusa todo lo que quieras linda- dijo sentándose y en un tono coqueto.

-Ya te gustaría- dijo siguiéndole la broma.

-Pues ya lo sabes- respondió riendo.

-¡No te escucho!- gritó haciéndose la loca desde el baño.

Beca entró al baño y cerró con llave, no por aquel hombre sino por costumbre, si alguien entraba a robar al menos le daría tiempo a vestirse, bastante humillación sería que le robaran y encima desnuda.

Llevaba cinco minutos en la bañera pensando en sus asuntos mientras el agua resbalaba por su cuerpo¿A dónde pretendían llegar estos hombres? Es decir, no sabía lo que pasaría si decía la verdad, igual ya no le haría falta, o peor aún la borrarían del mapa por ser un testigo de un crimen. Sin embargo pese a los encontronazos con Sanzu y Mikey disfrutaba la compañía del resto, no entendía como hombres tan cordiales como los Haitani, Koko y bueno Kaku…Mejor Kaku no, podían ser criminales tan sangrientos como decían, se replanteó lo de Kaku por el encontronazo con el vagabundo, no le tembló la mano para golpearle una y otra vez hasta tal punto que lo tuvieron que separar. En parte ese día Beca se sintió agradecida, pero también un poco inútil al final había sido "una princesa en apuros" que no se pudo salvar sola.

Mientras se lavaba el pelo seguía pensando, ahora en el juicio de su padre, que podría pasar si no entraba a prisión, era obvio que habrían consecuencias para su madre, una vez se acabará el juicio ya no tendría protección si el hombre lo ganaba, porque implicaba que ya no sería un maltratador. Y bueno sabía que la peor parte sería para Beca que fue la que insistió tanto y convenció a su madre para que denunciara.

Agitó su cabeza, no quería pensar en eso ahora, así que se aclaró el cabello y salió de la ducha, menos mal que hoy sí tenía una toalla preparada en el baño. Se secó un poco el pelo con esta y se la enrolló en el cuerpo para salir hacia la secadora.

-Espero que no te importe- le dijo al hombre mientras caminaba hacia la cocina.

-Nono, estás en tu casa- dijo mientras se levantaba del sillón.

-¿Cómo ha ido tu día?- le preguntó Beca para sacar conversación.

-Bueno, por ahora bien- dijo aquel hombre mientras se apoyaba en la encimera de la cocina y pensando en el ajetreo que tenía esa noche- nosotros somos un poco más diurnos sabes.

-¿Quieres decir que solo sois criminales de noche?- dijo Beca riendo, hasta darse cuenta- lo siento, no debería…-

-Tranquila, conozco nuestra reputación, merecida la verdad- dijo Kaku guiñandole un ojo para calmar el ambiente.

-Perdona- dijo sonriendo- ¿Y que te traía por las cercanías de la cafetería?¿Ibas a verme?- pregunto lo último en un coqueteo de broma.

-Puede ser- dijo el azabache mintiendo, lo que él estaba haciendo por allí era terminar con unos cabos sueltos que habían puesto en peligro a la banda.

-No mientas Kakucho- dijo Beca la cual pillaba muy rápido las mentiras de la gente.

-No sabía que esto era un polígrafo- respondió riendo.

-Lo siento- dijo entre risas- se me da bien calar a la gente de primeras.

-¿A sí? ¿Y yo cómo soy?- dijo mientras se recostaba sobre sus hombros al apoyarlos en la pared, con la intención de verse sexy de broma.

-Bueno eres un chico algo agridulce- le dijo Beca riendo y pasando por al lado de él con la ropa que había cogido de la secadora- me voy a cambiar por cierto, dijo dirección al baño.

-¿Agridulce? Que soy algún plato de un restaurante chino acaso- bromeó.

-No pero, en ocasiones eres dulce simpático y carismático, pero el otro día en la fiesta pude ver cómo aquel segurita de la puerta te temía, algo habrás hecho, y los chicos dulces- dijo mirándolo- no hacen cosas de esas.

-Osea que me has catalogado como un plato chino¿Porque hay gente que nos teme?

-No por ello, sino por lo que habréis hecho para eso- dijo Beca, cerrando la puerta del baño para quitarse la toalla y vestirse.

Empezó por el sostén que fue lo primero que vio y luego los calcetines, rebusco entre la ropa pero no encontraba la parte inferior y según ella la había cogido.

"Toc, toc" tocó kakucho en la puerta del baño "creo que te has olvidado algo" le dijo desde el otro lado en un todo juguetón. Beca maldijo el momento porque sabía de qué se trataba. Asomo la cabeza por el baño y lo vio, el pelinegro sujetaba entre sus dedos un tanga de encaje negro que había sacado Beca de la secadora para ponérselo.

Los hombres de traje (Boten x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora