Cap 15

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"Toc, toc" se escuchó en la puerta, Beca se preguntaba quién sería, no esperaba a nadie y no tenía a nadie en mente, sin embargo cuando abrió la puerta soltó una amplia sonrisa ante la imagen que tenía en frente.
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-Hola monedita- decía Koko al otro lado de la puerta mientras sujetaba una serie de bolsas.

-Hola Kokonoi¿Qué haces por aquí?

-Puedo pasar, esto pesa- dijo moviendo las manos con las bolsas.

-Ah claro, adelante- dijo dejándole pasar.

-¿Dónde está la cocina?

-Ahí- dijo señalando- pero aún no me has dicho qué haces aquí- dijo riendo.

-Bueno hacerle compañía a una Beca triste y cansada.

-¿Por qué crees que estoy triste?- dijo mirándole.

-Tienes parte del rímel corrido- dijo acercándose a ella para quitárselo con el dedo.

Sí bien Beca había llorado un poco al llegar a casa no estaba excesivamente triste, solo necesitaba algo de tiempo. Aún así se preguntaba muchas cosas, ¿Cómo sabía dónde está su casa? "Se lo habrá dicho Kaku" se respondió a ella misma ¿Y que hacía ahí?¿Por qué la había llamado "monedita"? Y más cosas.

-Bueno, no sabía qué comida te gustaría más,osea que he traído un poco de todo, chino, pollo, pizza, ya sabes- dijo riendo mientras la miraba.

-No tenías por qué Kokonoi- dijo Beca ayudándole a sacar la comida de las bolsas.

-Ah, eso es un regalo de los Haitani- dijo señalando una bolsa- no sé qué será pero no te asustes.

-¿Asustarme?- dijo cogiendo la bolsa y mirándola- bueno ya me asustaré luego- dijo dejando la bolsa en el salón.

Kokonoi río ante su respuesta. Pasaron un rato colocando parte de la comida en platos, comerían algunos tallarines chinos, con arroz tres delicias y pollo. Al tenerlo todo listo lo llevaron a la mesa del salón y se sentaron en el sillón.

-¿Por qué hacéis esto Kokonoi?- dijo Beca mirándole.

-Llamame Koko y porque hasta que pase lo de Kisaki el miércoles, no estás muy segura a solas, además órdenes de Mikey, ya sabes- dijo para coger un trozo de comida.

-¿Hay segundas intenciones detrás de lo de Kisaki?- le preguntó Beca.

-Eres una chica lista eh- dijo riendo- ahora mismo eres nuestra llave para saber que es lo que trama Kisaki.

-Buenos ahora todo tiene sentido, que kakucho estuviera casualmente donde estaba yo, que tú estés aquí, la insistencia en vernos de los Haitani.

-Puede ser, salvo la insistencia de los Haitani, eso es por capricho- dijo riendo- pero lo importante es que mientras tanto, no te pasará nada.

-Hombre no me quejaré, si me llevan al trabajo y me traen comida a casa.

-Es una oferta muy apetecible- dijo beca riendo- además esto está de muerte- dijo mientras comía.

-Normal, es de uno de los restaurantes más caros de la ciudad.

-¿Qué?- Beca se atragantó con la comida y Koko río.

-Solo me gusta lo mejor de lo mejor monedita- le respondió Koko pasándole una servilleta.

La noche pasaba tranquila en casa de Beca, sin embargo en Roppongi la noche era ajetreada, hombres de traje miraban desde el palco de un bar, esperando a que llegara su hombre.

-¿Crees que vendrá?- preguntó Ran a Rindou.

-Kisaki siempre ha sido una sabandija- respondió Rin.

-Eso está claro, si sabe que sabemos algo de lo que trama no dudará en huir- añadió Kakucho.

-Solo nos queda esperar- finalizó Mikey.

La noche pasaba lenta, eran las dos de la mañana y Kisaki no llegaba aún, mientras que en casa de Beca, veían una película a la par que Beca se quedaba dormida. Esta no tenía ni idea de lo que tramaban los muchachos ni de que Koko era una distracción para que no saliera de su casa.

-Mirad ahí está- dijo Kakucho al resto.

-Y no viene mal acompañado- observó Ran al ver a tres hombres más detrás de él.

Al Kisaki entrar se encontró con Sanzu quien hizo que dejara atrás a los guardaespaldas que traía y le acompañó hasta el palco donde se encontraban todos.

-Pero si es nuestro hombre de negocios- dijo Ran extendiendo sus brazos en el cabezal del sillón.

-¿Por qué mejor no te sientas Kisaki?- preguntó Mikey en un tono de orden claramente.

-¿Qué queréis?

-Nada solo queríamos hablar- le dijo Rin.

Los hombres de traje (Boten x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora