Los hombres de traje (Boten x TN)

Cap 25

-La operación ha salido bien, pero su amiga se encuentra en coma.

-¿Cómo pero por cuánto tiempo?- preguntó kakucho.

-Indefinido.
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Había pasado un mes, Beca se despertaba sin ningún dolor en la cama y se miraba, sus uñas estaban pintada y su cabello liso y sedoso¿Había sido todo un sueño y ella era una esquizofrénica en un psiquiátrico? Su pregunta se contesto sola cuando vió unas bolsas al lado de la cama y a su madre y Keiko durmiendo en el otro.

-Mamá- dijo beca costosamente.

-Hija mía- se tiro su madre a abrazarla-¿Estás bien?

-¿Y los chicos?

-Te despiertas y lo primero que haces es preguntar por esas sabandijas asquerosas.

-Qué dices mamá, ellos me trajeron aquí ayer.

-Beca- habló Keiko por detrás- llevas tres semanas en coma.

-Qué- Beca miró a su alrededor, miró sus heridas que eran casi cicatrices ya.- Mamá dónde están ellos- preguntó de nuevo.

-Ellos no han venido más desde que te dejaron aquí Beca, deja de preguntar por ellos- replicó Keiko.

La situación se estaba complicando, casi un mes había pasado un mes de su vida dormida, todo por un estúpido mafioso y una pelea de bandas, se preguntaba cómo había llegado a todo esto, cómo había sido tan tonta para caer y que luego ellos no se dignaran ni aparecer, el día paso y tras unas comprobaciones le dieron el alta al día siguiente a Beca, su madre insistió tanto en quedarse con ella, pero era inútil. Todo este tiempo Keiko había abierto la cafetería por ella, hasta realizó la mudanza que Beca iba a hacer. Cuando llegó a su nuevo apartamento sonrió, su amiga sabía cómo le gustaban las cosas. Se tumbó en su cama y llamó repetidas veces al número de aquéllos hombres, Sanzu no contestaba, Ran tampoco, kakucho y Koko menos, en todos le salía que ese número ya no existía. "Dónde cojones estáis" se preguntaba. Su móvil estaba lleno de mensajes, ninguno de ellos, se corrió rápido la voz de que había despertado y solo le preguntaban cómo estaba, contesto un par de mensajes de Takemichi y algunos otros de Takuya y Akkun.

Ahora estaría atada durante un par de meses a la rehabilitación. Pensó en que necesitaría tal vez un cambio de aires, irse lo más lejos posible y respirar.

Los meses pasaron y Beca vendió finalmente la cafetería por el suficiente dinero como para viajar un tiempo por el mundo, cuando acabó la rehabilitación se fue, con una mochila enorme y ganas de vivir la vida que casi había perdido. Estuvo en diferentes países,Italia, España, Noruega, Argentina y Méjico, California sur donde entabló relación con un americano, pero no salió bien, aquella chica no podía olvidar a los mafiosos que en su día le habían robado el corazón. Cuando se le acabó el dinero, no sin dejar un colchón ahorrado, volvió a Japón, donde empezaría a trabajar de abogada en un buffet donde su madre le había conseguido trabajo. Sin embargo aquello era demasiado aburrido para ella, necesitaba emoción, adrenalina, no vivir en un despacho defendiendo criminales.

Por lo que decidió llamar a su amiga a la semana de haber vuelto.

-Keiiikeiii- le dijo por el móvil.

–Mira pero si es la perdida, ni un mensaje has mandado- dijo enfadada su amiga.

-¿No te llegaron las fotos y los paquetes kei?

-Sí, pero me esperaba algún mensaje de vez en cuando y tu madre también.

-Bueno pues vístete guapa está noche y nos vamos a algún antro de los tuyos.

-¿Hola?¿Dónde está beca y que has hecho con ella?

-Está encerrada muy al fondo de mi ser- respondió riendo- a las once paso por ti- le dijo colgando.

Dejó las cosas en su apartamento y salió a dar un paseo, durante su viaje su padre la había llamado repetidas veces, aunque al principio se negaba a contestar terminó haciéndolo, la rehabilitación y el psicólogo o lo que le dieran estaba yendo de maravilla, parecía menos maltratador que nunca, y lo pensaba así porque para ella siempre lo sería, sin embargo era la única persona a la que llamó durante el viaje. Su padre le había dicho que le daría lo que necesitará sin pedir nada a cambio a ella y a su madre, pero aún no había utilizado ese comodín.

Dieron las once y Beca estaba por fuera de la casa de Keiko esperándola en un Cadillac de los antiguos con asuntos de cuero y descapotable, puede que hubiera usado un poquito del comodín al final.

-Pero Beca que coño es esto tía- dijo Keiko sorprendida.

-Un juguete ya sabes- bromeó fanfarronamente.-Sube anda.

-¿Te teñiste de negro?

-Sí¿No te gusta?- preguntó sonriendo.

-Estás divina, bueno y esos tatuajes, esos mafiosos causaron estragos en ti.

-No hago esto por esa panda de malnacidos- hizo una pausa acordándose de ellos- ni siquiera me fueron a ver después de lo que hice por ellos.

-Olvídalos, la noche es nuestra.
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