Un día aparecen en tu cafetería unos hombres de traje a los que no habías visto en tu vida por la ciudad, con la extraña coincidencia de que ahora parece que están en todas partes, pero quién estuvo donde no debía fue Beca la noche en la que escuchó...
Más tarde Beca le envió la ubicación y aproximadamente una media hora después apareció Sanzu con compañía. En esa media hora Beca tuvo tiempo de pensar que no sabía en donde se estaba metiendo, cómo había llegado ahí en menos de 24 horas, aún no se lo creía, pero solo le quedaba apechugar con la situación y con los hombres que se encontraban ahora en su puerta. ..................................................................
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(Amenazas e insinuaciones)
-Hola- dijo Sanzu apoyado en la puerta con Ran y Rin detrás de ellos. -Qué rápido habéis llegado- respondió Beca echándose a un lado para que pasaran.
-Con permiso- dijeron mientras entraban.
-¿Y bien? ¿Sabes quién es ese hombre?- preguntó Ran aunque ya supiera la respuesta.
-No, además llamó por número oculto- respondió Beca.
-Déjame tu teléfono- le pidió Rindou- veremos que se puede hacer.
-Claro- respondió Beca dándoselo- os podéis sentar en el sillón. -Beca- dijo Sanzu.
-Dime.
-¿De dónde sacaste mi número?
-Me lo dio Takemichi- respondió nerviosa- pero no le digáis nada por favor no quiero causarle problemas.
-Claro- respondió para sentarse.
-¿Queréis algo de beber?- dijo Beca.
Los hombres le pidieron la bebida y se quedaron en el sillón charlando mientras que Beca preparaba un café, un té y abría una cerveza. Se sentía raro tener a una banda criminal sentada en su sillón, pero bueno, quién no se sentiría rara en esa situación.
Mientras tanto en el salón los hombres discurrían entre distintas formas para sacarle la información a Beca, ella no daba prenda y se había asegurado una coartada y eso les complicaría las cosas.
-Y si simplemente le decimos que lo sabemos y ya- dijo Sanzu recostándose mientras se cruzaba de brazos.
-Y si no nos lo dice, ahí la tendríamos que llevar con nosotros por narices- dijo Rindou el cual tenía los codos apoyados sobre sus rodillas.
-No creo que se resista tanto- dijo Sanzu.
-Por ahora vamos a seguirle el juego- respondió Ran- al fin y al cabo es lo que acordamos con Mikey.
-Mikey solo quiere evitar problemas ahora que estamos en el punto de mira- respondió Sanzu- ¿por qué no lo hacemos a mi manera? Para algo soy el segundo.
-Sanzu basta, tu manera implica secuestro, chantaje, torturas y vete a saber que más- dijo Ran.
-Nada más no quieres tocarla porque es vuestro nuevo capricho- dijo molesto.
