Cap 39

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-Rebeca Konoe, ¿quién sino?- respondía con una sonrisa victoriosa.

-Pues la verdad que Rebeca Konoe sabe cómo ponerme- respondió Ran riendo.

-¡Ran!- le llamó la atención la mujer soltándose de su agarre y caminando a la salida- anda dejaos de cochinadas y vamos, tenemos cosas que hablar con Mikey.

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-No te pongas así, no es nada que no hayas hecho antes- dijo palmeando su trasero y saliendo delante de ella, Beca maldijo entre sonrisas y miró a Rin que iba a su lado, este solo le guiñó un ojo mientras sonreía ladinamente.

Bajaron a la recepción y Rebeca llamó a Mikey para que se vieran en su casa y hablar sobre los pagos del mes, así que estaba yendo allí junto con Ran y Rin quienes iban en los asientos delanteros.

-¿Qué tal lo pasasteis anoche?- preguntó Ran mirando a Beca por el retrovisor.

-¿Qué?¿A une te refieres?- dijo haciéndose la loca.

-A las marcas de tu cuello- dijo Ran sonriente- y qué ayer te llevaste a mi hermano después de provocarlo toda la noche.

-Yo no intentaba provocar a nadie- mintió.

-Que mal mientes niña- habló Rin.

Beca rió, era obvio que la habían descubierto- Bueno, vosotros tampoco me quitabais el ojo.

-No hay motivos para perderte de vista linda- le respondió Rin- tu cuerpo es simplemente maravilloso.

Ran asentía ante lo que había dicho su hermano. Ambos se dedicaron una mirada cómplice. Pero ya habían llegado.

-¿Qué estáis tramando?- decía mirando a Ran una vez se había bajado puesto que este le había abierto su puerta caballerosamente.

-Nada nada, simplemente cuando necesites algo llámanos- le respondió Rin extendiendo una tarjeta.

-¿Llamanos?- cuestionó Beca el plural.

-Hasta luego preciosa- fue lo último que dijo Ran antes de arrancar y marcharse.

-Malditos cabrones- maldijo Beca por haberla dejado con la palabra en la boca. Las insinuaciones con los hermanos la habían dejado algo descolocada o tal vez más intrigada.

Se apresuró a entrar a casa y buscar a su gato, este estaba tumbado boca abajo en la cama que le había comprado pero en cuanto la vió entrar se apresuró a saludarle y frotarse contra sus piernas mientras ronroneaba.-Mi precioso- dijo cogiéndolo en brazos, este solo maulló.- Mami también se alegra de verte- le decía hablándole como a un niño y cogiéndolo contra su pecho.- Venga ahora vamos a ver que están haciendo estos señores.- Decía saliendo del vestíbulo, en su sala habían dos caballeros terminando de rodar un mueble.

-Señorita Konoe, no la habíamos escuchado llegar, nos queda rodar esto y todo estaría listo.- Miró su casa había dando un giro de 360 grados, ahora si parecía suya y no de un hombre de sesenta años.- Si nos hace el favor de firmar por aquí.

-Claro- dijo cogiendo el papel y empezando a leer, no era nada raro, era el contrato con la empresa y demás, solo le quedaba firmar puesto que había pagado por adelantado.

Pasó una hora y ya estaba todo listo y limpio, su nueva vajilla, sus nuevos muebles de salón, sus cuadros y... y una pedazo de cocina que no estaba dentro ni del contrato.- Perdone señor Akaashi, pero esta cocina no era lo que habíamos hablado.

-Ah ya, verá señorita Konoe, el señor Haitani nos llamó esta mañana para que cambiáramos algunos muebles, nos dijo que le gustaría y que él se encargaría de pagar el resto.

Los hombres de traje (Boten x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora