-Rebeca Konoe, ¿quién sino?- respondía con una sonrisa victoriosa.
-Pues la verdad que Rebeca Konoe sabe cómo ponerme- respondió Ran riendo.
-¡Ran!- le llamó la atención la mujer soltándose de su agarre y caminando a la salida- anda dejaos de cochinadas y vamos, tenemos cosas que hablar con Mikey.
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-No te pongas así, no es nada que no hayas hecho antes- dijo palmeando su trasero y saliendo delante de ella, Beca maldijo entre sonrisas y miró a Rin que iba a su lado, este solo le guiñó un ojo mientras sonreía ladinamente.
Bajaron a la recepción y Rebeca llamó a Mikey para que se vieran en su casa y hablar sobre los pagos del mes, así que estaba yendo allí junto con Ran y Rin quienes iban en los asientos delanteros.
-¿Qué tal lo pasasteis anoche?- preguntó Ran mirando a Beca por el retrovisor.
-¿Qué?¿A une te refieres?- dijo haciéndose la loca.
-A las marcas de tu cuello- dijo Ran sonriente- y qué ayer te llevaste a mi hermano después de provocarlo toda la noche.
-Yo no intentaba provocar a nadie- mintió.
-Que mal mientes niña- habló Rin.
Beca rió, era obvio que la habían descubierto- Bueno, vosotros tampoco me quitabais el ojo.
-No hay motivos para perderte de vista linda- le respondió Rin- tu cuerpo es simplemente maravilloso.
Ran asentía ante lo que había dicho su hermano. Ambos se dedicaron una mirada cómplice. Pero ya habían llegado.
-¿Qué estáis tramando?- decía mirando a Ran una vez se había bajado puesto que este le había abierto su puerta caballerosamente.
-Nada nada, simplemente cuando necesites algo llámanos- le respondió Rin extendiendo una tarjeta.
-¿Llamanos?- cuestionó Beca el plural.
-Hasta luego preciosa- fue lo último que dijo Ran antes de arrancar y marcharse.
-Malditos cabrones- maldijo Beca por haberla dejado con la palabra en la boca. Las insinuaciones con los hermanos la habían dejado algo descolocada o tal vez más intrigada.
Se apresuró a entrar a casa y buscar a su gato, este estaba tumbado boca abajo en la cama que le había comprado pero en cuanto la vió entrar se apresuró a saludarle y frotarse contra sus piernas mientras ronroneaba.-Mi precioso- dijo cogiéndolo en brazos, este solo maulló.- Mami también se alegra de verte- le decía hablándole como a un niño y cogiéndolo contra su pecho.- Venga ahora vamos a ver que están haciendo estos señores.- Decía saliendo del vestíbulo, en su sala habían dos caballeros terminando de rodar un mueble.
-Señorita Konoe, no la habíamos escuchado llegar, nos queda rodar esto y todo estaría listo.- Miró su casa había dando un giro de 360 grados, ahora si parecía suya y no de un hombre de sesenta años.- Si nos hace el favor de firmar por aquí.
-Claro- dijo cogiendo el papel y empezando a leer, no era nada raro, era el contrato con la empresa y demás, solo le quedaba firmar puesto que había pagado por adelantado.
Pasó una hora y ya estaba todo listo y limpio, su nueva vajilla, sus nuevos muebles de salón, sus cuadros y... y una pedazo de cocina que no estaba dentro ni del contrato.- Perdone señor Akaashi, pero esta cocina no era lo que habíamos hablado.
-Ah ya, verá señorita Konoe, el señor Haitani nos llamó esta mañana para que cambiáramos algunos muebles, nos dijo que le gustaría y que él se encargaría de pagar el resto.
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Los hombres de traje (Boten x TN)
RandomUn día aparecen en tu cafetería unos hombres de traje a los que no habías visto en tu vida por la ciudad, con la extraña coincidencia de que ahora parece que están en todas partes, pero quién estuvo donde no debía fue Beca la noche en la que escuchó...