𝑺 𝑬 𝑹 𝑬 𝑵 𝑫 𝑰 𝑷 𝑰 𝑨

𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑰𝑰𝑰

𝑱𝑶𝑺𝑬𝑷𝑯

Desde aquella noche no he vuelto a saber de Maeve, voy con más frecuencia a ese bar pero no aparece, a veces creo que sólo fue producto de mi imaginación, si no tuviera a Mark y Sebastian como testigos pensaría que estoy enloqueciendo.

Hoy es la convención a la que Owen, mi sobrino de tan sólo seis años quiere ir, durante estas tres semanas estuvo insistiendo tanto que no me quedó otra opción que aceptar acompañarlo.

—¡Owen te espero en el auto! —

Después de unos minutos aparece el pequeño, en su rostro hay una gran sonrisa y eso me hace sentir bien, había pasado bastante tiempo sin verlo sonreír de esa manera.

Sebastian nos deja en la entrada, hay demasiadas personas desde niños hasta adultos mayores, no creo que salgamos pronto de aquí y necesitaré la bebida de los dioses.

—Voy a la cafetería, está a una cuadra, no te muevas de aquí —asiente con la cabeza, está tan emocionado que ni siquiera va a darse cuenta que no estoy.

𝑴𝑨𝑬𝑽𝑬

Este lugar es una locura pero sé que vale completamente la pena, muero por ver a Joe Keery, Isaiah creía que sólo me gustaba por su manera de cuidar a los niños pero no, es guapísimo.

Delante de mí hay un niño que se ha robado mi atención, está tratando de sostener varias cajitas de Funko y cuando al fin logra tomarlas todas, alguna cae por debajo o por un lado y las personas que están junto a él parecen ignorarlo.

—¿Quieres que te ayude? —me agacho para levantar uno de los juguetes y al levantar la cabeza sus ojos me atrapan.

—Gracias —responde con inocencia pero sigo perdida en su mirada.

—De nada, ¿vienes solo? —frunce el entrecejo, soy una completa desconocida preguntándole si está solo.

—No, vengo con mi tío pero se fue a comprar café —ruedo los ojos, quiero darle un pellizco a ese tonto.
—Dijo que no tardaba pero ya casi es mi turno —estira su cuello tratando de encontrar a su familiar irresponsable pero parece que aún no ha regresado.

—Si quieres podemos pasar juntos, no tengo ningún problema, pero sólo si tú quieres... —arruga la nariz, lo está pensando.

—Está bien, si quiero —me regala una sonrisa y puedo notar sus huecos dentales.

—Bueno, ya que vamos a lograr un sueño juntos me presento, soy Maeve —estiro mi brazo frente a él.

—Yo me llamo Owen y tengo seis años —suspiro, tiene la misma edad de Isaiah.

—Bien Owen, faltan sólo dos personas, ¿listo? —levanto ambas cejas.

—Listo —se le escapa una carcajada.

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Nos tomamos fotos con cada uno de los actores y después firmaron los juguetes de Owen, yo sólo le entregué a “Will Byers” un dibujo que Isaiah hizo para él, siempre tuvo esa ilusión.

—Gracias por ayudarme pero tengo que esperar a mi tío —se encoge de hombros.

—No puedo dejarte solo, lo esperamos juntos ¿si? —asiente y me sonríe.

Mientras el tío del año aparece, Owen me enseña con entusiasmo las fotografías que minutos antes le tomaron.

—Owen, vamos a qué te firmen tus Funkos —levanto mi mirada y ahí está el hombre de aquella noche, al darse cuenta de mi presencia me sonríe.