𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑿𝑰𝑰

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𝑴𝑨𝑬𝑽𝑬

—¡Voy! —grito mientras avanzo a la puerta, es la segunda vez que llaman con desesperación.
—¿Franco? —mis ojos se abren, en realidad estoy sorprendida.

—Hola, ¿cómo estás? —relajo los músculos de mi rostro y un suspiro se me escapa.

—Hazme un favor y lárgate —doy un paso hacía atrás e intento cerrar la puerta pero interpone su pierna.

—Sé que fue una pregunta estúpida pero no se me ocurrió otra cosa —niego con la cabeza. —Sólo quiero saber cómo has estado, ayer quedé en libertad y te busqué en nuestra casa pero no estabas, Mary nuestra vecina dijo que te habías mudado aquí —

—Estuviste poco tiempo para el gran daño que ocasionaste —al ver que no deja de empujar me rindo y lo dejo entrar. —¿Qué quieres que te diga?, desde ese día todo se fue al carajo y entre más pasa el tiempo me doy cuenta que nunca voy a superarlo, si sólo querías saber eso puedes irte —extiendo mi mano apuntando hacía la puerta.

—No hay día que no me arrepienta —dice con voz entrecortada.

—Lo imagino, mataste a nuestro hijo —parpadeo rápido para limpiar las lágrimas de mis ojos.

—Lo sé Maeve, sé lo que hice pero no sólo me arrepiento de eso, me arrepiento de haberme portado como un idiota, de no haber valorado a la grandiosa mujer que tuve a mi lado —bajo la mirada y un recuerdo llega a mí, uno de tantos.

𝑱𝑼𝑳𝑰𝑶, 2018

Franco no me molesta que tus amigos vengan pero Isaiah quería dormir desde hace rato y el ruido no se lo permitía, sé que es tu casa porque tú la pagas pero sólo te pedí que bajaras el volumen —estaba sentado en el sillón, ignorando por completo mis palabras.
—Bien, si no quieres hablar está bien —dí media vuelta pero sujetó mi brazo con mucha fuerza.

—Lo que no quiero es discutir, ¡eres tan irritable Maeve, me tienes harto! —se levantó quedando frente a mí. —¿En lugar de estar molestando por qué no vas al patio y haces lo mismo que tú primo? —mi corazón se estrujó porque hace dos meses, Sergio, mi primo, con quién pasé la mayor parte de mi infancia se suicidó en el patio de su casa, no recibí ningún apoyo de Franco durante el proceso de pérdida pero si esta mierda.

𝑭𝑰𝑵 𝑫𝑬𝑳 𝑭𝑳𝑨𝑺𝑯𝑩𝑨𝑪𝑲

—De nada sirve arrepentirse, eso es algo que nunca he comprendido, ¿por qué no elegir cuidar a las personas en lugar de arrepentirse? Franco entre nosotros ya no hay nada porque el único motivo por el que seguía junto a ti era Isaiah —está llorando, nunca lo había visto llorar hasta ahora.

—Pero yo te amo —camino hasta él.

—Cuando amas a alguien no haces cosas para lastimar su corazón, llegué a ti con muchas heridas, con muchas inseguridades y sólo las duplicaste, me lastimaste una y otra vez y aún así —hago una pausa para tomar aire pues el llanto me impide respirar bien. —Aún así tenía la esperanza de que cambiarías, nunca te lo dije pero te di miles de oportunidades, cambié todo de mí porque creí que algo estaba mal conmigo y hasta hace poco descubrí que era lo que no me permitía soltarte, yo no me amaba, ni un poco y ese fue mi error, buscar ese amor en otro lugar y lo peor fue que lo busqué en la persona mas egoísta y miserable, tú —baja la mirada y comienza a sollozar. —Ya no te amo Franco —se levanta, voltea a verme y sale del departamento. 

Corro hacía la puerta y la cierro con fuerza, me recargo en ella y comienzo a llorar.

Sólo yo sé cuánto sufrí a su lado y todo lo que tuve que callar y soportar para que mi pequeño tuviera la familia que yo nunca tuve.

𝑺 𝑬 𝑹 𝑬 𝑵 𝑫 𝑰 𝑷 𝑰 𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora