𝑴𝑨𝑬𝑽𝑬
Cuando la maestra Nancy dijo que Owen jamás había llegado a clases no pude evitar llenarme de miedo e incertidumbre, pero en el momento en que Joseph dijo aquel nombre esos sentimientos se intensificaron, sé que Isaiah no fue la única victima de Jhon y aunque Owen es su hijo corre gran peligro estando al lado de un hombre sin escrúpulos.
Joseph no quiso darme detalles sobre el encuentro, sé que lo hizo para cuidarme, pero no pienso quedarme aquí, así que con sigilo salgo detrás de él.
El pavimento está completamente mojado debido a que la lluvia no se ha detenido desde que el día inició, enciendo el auto y después activo los limpiaparabrisas, la distancia entre mi auto y el de Joseph es de unos trescientos metros aproximadamente, intento que esta no se haga más grande pero es difícil pues va a toda velocidad.
Se detiene en el estacionamiento de la empresa, observo como abandona el auto y luego corre a la caseta, está hablando con el personal de seguridad quién lo deja pasar sin problema, después de largos minutos cruza la puerta principal, trae consigo una pequeña mochila de color negro.
Vuelve a subir al auto y rápido sale del estacionamiento, espero unos segundos y hago lo mismo, la lluvia se intensifica pero ninguno de los dos nos vamos a detener, toma un camino que conduce a las afueras de la ciudad, tomo mi teléfono y sin importarme la hora llamo a Gill.
—Perdón por la hora —
—No te preocupes, ¿tienen noticias de Owen? —suelto un suspiro pesado.
—Sí... pero no son buenas, está con Jhon, en unos momentos Joseph va a encontrarse con él, le dará dinero a cambió de nuestro pequeño, pero tengo miedo Gill —
—Te entiendo, sé que es peligroso pero debemos dar parte a las autoridades, ¿sabes en dónde será el encuentro? —
—Estoy siguiendo a Joseph —
—Bien, cuando lleguen me envías la ubicación, yo me haré cargo, Maeve... todo va a salir bien —
—Eso espero —
El kilometraje del auto está aumentando y al mismo tiempo mi ansiedad se dispara, tengo un mal presentimiento y me aterra la idea de perder lo más valioso que tengo; mi familia.
El auto de Joseph sale del camino, disminuyo la velocidad al observar como se estaciona frente a una pequeña bodega abandonada, sale deprisa sin olvidar la mochila, tomo mi teléfono y le envío la ubicación a Gill, bajo del auto y empiezo a acercarme sin hacer ruido.
Justo al lado de la entrada encuentro una rendija, me acerco y cuando al fin logro observar hacía el interior mi corazón se hace pedazos, mi piel se ha erizado y la impotencia se adueña de cada parte de mi cuerpo.
Jhon tiene entre sus brazos a mi pequeño, sujetándolo como si su cuerpo fuera resistente e inmune al dolor, las mejillas de Owen están completamente humedecidas, su mirada que suele ser dulce está llena de terror, ladea su cabecita para evitar tener contacto con el arma que su propio padre mantiene en su cien.
—Suéltalo, por favor —suplica Joseph.
—Dame el dinero, lanza la mochila —dice con autoridad e inmediatamente Joe obedece, la mochila ha caído justo al lado de Jhon, miro atenta esperando el momento en que suelte a Owen pero parece que no tiene intenciones de hacerlo.
—Debes soltarlo, ahora —dice Joseph con voz temblorosa pero su versión oscura niega con la cabeza y esboza una sonrisa malvada.
—¡No, estoy harto de todo esto! —grita ocasionando que un escalofrío recorra mi espalda, Owen comienza a llorar y eso me está matando.
—Ya tienes lo que querías, entrégame a Owen —Joseph insiste pero solo logra que Jhon haga más presión sobre el pequeño cuerpecito de Owen, no puedo reprimir por más tiempo mis lágrimas, me siento tan estúpida al no poder hacer algo.
—¡No tienes idea de lo que dices!, ¿acaso sabes lo que es vivir bajo la sombra de tu propio hermano? —Joseph no responde. —¡Es una mierda, nunca comprendí porque a pesar de ser iguales todos te preferían, siempre! —
—No, eso no es cierto —responde Joe.
—¡Claro que lo es, mis padres, mis amigos, las chicas, hasta mi hijo! —
—¡Yo no soy tu hijo, me abandonaste con la abuela! —exclama Owen.
—¡Cállate! —el idiota emplea más fuerza sobre Owen.
—¡No lo lastimes, él no tiene nada que ver! —
—Tiene mucho que ver, ahora forma parte de todo lo que me has arrebatado, ¿no es así? —
—Por favor Jhon, solo toma el dinero y vete, sigue con tu vida —suplica Joseph.
—No, si mi vida es una mierda también lo será la tuya —un sonido escapa de su arma, la ha cargado, mi corazón comienza a latir sin control alguno.
—Perdóname Owen —retira el arma de la cabecita de Owen y la dirige al frente, mis ojos se cierran por un microsegundo al escuchar la detonación y mi vida comienza a desmoronarse al observar como Joseph se va desvaneciendo.
—No, no, no, no, no —sin importarme nada entro y corro hacía él.
Jhon se queda inmóvil mirando lo que ha hecho, suelta a Owen, toma la maleta y sale huyendo, aún aturdida reconozco las sirenas de la policía, llegaron demasiado tarde.
Las luces rojas y azules entran por los orificios de la bodega, tomo a Joseph entre mis temblorosos brazos, Owen está en shock mientras que inútilmente mis manos intentan detener la sangre que brota de su pecho.
—Amor, oye, mírame... ¡ayúdenme por favor! —digo entre sollozos, poco a poco los ojos de Joseph van perdiendo ese brillo y su piel se vuelve más blanca, casi transparente.
—Tío Joseph, no cierres los ojos por favor —dice Owen desconsolado, su llanto es desgarrador.
—Amor, oye, no, no, por favor, no te vayas, ¡Joseph mírame! —tomo su rostro, me mira y ligeramente me sonríe.
—Los amo, ángel, mucho —sus lágrimas escapan por la comisura de sus ojos perdiéndose detrás de sus orejas.
—¡No... quédate conmigo, no nos dejes! —entrelazo mi mano a la suya y la aprieta con fuerza mientras su rostro refleja dolor, pero mi respiración se detiene al notar como su agarre va perdiendo fuerza.
La presencia de los paramédicos me saca del trance, mis manos están temblando, solo observo con atención lo que hacen.
—¡Aún tiene pulso, debemos llevarlo al hospital! —lo que acaban de decir trae de regreso mis esperanzas, con cuidado lo suben a una camilla y luego a la ambulancia, sin consultar Owen y yo también subimos.
En mi mente solo se repite el sonido que emitió aquella arma, en como pasó todo tan rápido, recuerdo la manera en la que Joseph me tenia arropada esta mañana y pienso que quizá no debí dejar que me soltara.
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𝑺 𝑬 𝑹 𝑬 𝑵 𝑫 𝑰 𝑷 𝑰 𝑨
FanficJoseph esconde un secreto; tan grande, que si es descubierto, puede perderlo todo... Y entre todo eso, está ella, su serendipia.