𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑿𝑿𝑰𝑰𝑰

40 8 7
                                    

𝑱𝑶𝑺𝑬𝑷𝑯

Estar en este lugar es deprimente, las paredes blancas y el asqueroso olor que está estancado hace que constantemente se revuelva mi estómago, no sé cuánto tiempo vaya a estar aquí pero supongo que tendré que acostumbrarme.

Escucho que alguien se acerca, es un guardia que viene acompañado de Mark y de una mujer.

—Tienes visitas —dice el guardia.

En cuanto Mark pone un pie dentro se lanza sobre mí y me enreda con sus brazos, lo disfruto ya que es lo más cálido que he sentido en todos estos días, se siente bien que mi mejor amigo no me deje solo en estos momentos.

—¿Cómo estás? —pregunta Mark.

—Bien —es lo único que se me ocurre.

—Te presento a Gill Wallace, nos ayudará a sacarte de aquí lo más pronto posible —

—Un placer señor Quinn —extiende su mano y sin dudarlo la estrecho.

—Solo Joseph —sonrío apretando los labios.

—Bien Joseph, estaré viniendo varios días a la semana ya que necesito reunir la mayor cantidad de información, cómo dice Mark, mi trabajo es ayudarte —asiento con la cabeza pero realmente no le tomo importancia, no merezco ni siquiera que alguien me defienda.

—Gill es la mano derecha de mi padre, estarás bien hermano —Mark aprieta mi hombro.

—Tengo que ir a solucionar un asunto, no tardo —el guardia abre la rejilla y Gill desaparece.

—¿Sabes algo de Maeve? —pregunto.

—Alex fue a verla —

—¿Y cómo está? —levanto ambas cejas, me desespera que no responda nada.

—Alex está preocupada por ella, pero también confundida —frunzo el entrecejo.

—¿Por qué? —

—Al parecer la prueba que les entregaste... desapareció —me doy cuenta de qué quiere agregar algo más así que guardo silencio.
—Según Alex, Maeve la está escondiendo —llevo las manos a mi cabeza, no entiendo nada.

—No creo que sea así, debiste estar ahí ese maldito día, no hizo falta que dijera nada, su mirada fue suficiente —

—Tal vez le pasa lo mismo que a mí —

—¿A qué te refieres? —

—No creo que el Joseph que conozco haya hecho tal cosa —

Quiero sonreírle y agradecerle el hecho de que siga confiando en mí pero si fui yo, me duele admitirlo pero esa es la realidad.

Se escuchan los tacones de Gill chocar contra el piso grisáceo y en segundos aparece otra vez.

Hizo preguntas rápidas y muy sencillas, pero a pesar de eso me costó mucho responder algunas de ellas ya que no recuerdo mucho de aquel día y después de aproximadamente cuarenta minutos ambos se despiden.

—Seguiré viniendo al igual que Gill, no estás solo —dice Mark.

—Hasta luego Joseph —agrega la abogada Wallace.

—Hasta luego Gill —avanzan junto con el guardia.

—Olvidé algo, Owen me pidió darte esto —me entrega un pequeño sobre luego de que el guardia lo revisara.

—Gracias.

Los sigo con la mirada hasta que es imposible seguir haciéndolo.

Me siento en la cama con los pies cruzados, abro rápidamente el sobre cuidando no romper el contenido, son dos hojas, puedo percibir que una de ellas es un dibujo mientras que en la otra hay un texto y decido leer primero.

Sonrío porque hay un revoltijo de letras mayúsculas y minúsculas, manchones y algunas marcas de borrador, en mi habitación hay una caja repleta de dibujos y notas del pequeño Owen, pero esta no sé si pueda conservarla.

Querido tío Joseph:

Te extraño mucho y eso que casi nunca estabas en casa, la abuela llora todo el tiempo desde que te fuiste y el abuelo no ha regado su jardín.
He visto algunas películas pero no es lo mismo sin ti, las palomitas no saben igual ni aunque les ponga extra mantequilla o caramelo.
La abuela me contó lo que pasó y estoy muy triste, si mis ojos no se hubieran echado a perder nada de esto estaría pasando.
Escuché a Mark hablando con el abuelo y dicen que será muy difícil que regreses pronto.
Desde que desapareciste Maeve también lo hizo, no responde mis llamadas ni tampoco está en casa.
¿Sabes algo tío Joseph?
Hubiera sido mejor seguir viendo negro pero sentirte, que despertar todos los días y que no estés aquí.
Te quiero mucho tío Joseph, mucho.

Owen Quinn

Mis mejillas están húmedas  como algunas partes de la hoja, Owen es la persona más importante en mi vida, desde que Jhon nos contó sobre el embarazo de Samara no pude evitar sentirme feliz.

Desde pequeño ha sido muy inteligente, amoroso y amable con todas las personas, por eso cuando ocurrió su accidente toda la familia se vino abajo, el no merecía algo así y aunque nunca estuvo en mis planes ayudarlo de esa manera, lo hice, sin importarme nada más.

Ahora observo el dibujo y siento como mi corazón se parte en mil pedazos, soy yo, con una playera blanca y pantalón de mezclilla, también está Owen, lleva una pijama de dinosaurio y junto a él está Maeve, con un conjunto deportivo, no sé porqué motivo los tres llevamos lentes oscuros pero luego de ver todo el dibujo ahora lo sé, estamos en lo que parece ser un cine, haciendo lo que más disfrutábamos hacer juntos, los tres, éramos como una familia y me encargué de romperla.

¿Cómo le explico eso a Owen?

¿Cómo le digo que soy el culpable de que Maeve no responda a sus llamados?

Debajo del dibujo hay algo escrito...

No importa cuánto tiempo pase, algún día volveremos a ver películas juntos, los tres.

Tal vez pase mucho tiempo o sólo unos meses pero como sea, Maeve nunca me va a perdonar.

No volveré a tenerla entre mis brazos, ni a probar sus labios y mucho menos a tocar su piel.

¿Pero así se siente no?

Sientes que tu vida se desmorona a cada segundo cuando pierdes a la mejor persona que pudiste conocer en tu vida, cuando ya no tienes su atención, ni su amor, cuando abres los ojos y te das cuenta que solo fue un sueño, el único que tuviste entre tantas pesadillas y al despertar parece que moriste, te sientes vacío, algo te hace falta y sabes que es, pero nunca podrás tenerlo dos veces, no creo que funcione así.

❀•°•═════๑♡๑═════•°•❀

Si te gustó el capítulo no olvides votar ❤️✨

Agradezco infinitamente a AthenasTheories por permitirme usar su increíble personaje (Gill Wallace) en esta historia.

𝑺 𝑬 𝑹 𝑬 𝑵 𝑫 𝑰 𝑷 𝑰 𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora