𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝑽

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𝑫𝑶𝑺 𝑺𝑬𝑴𝑨𝑵𝑨𝑺 𝑫𝑬𝑺𝑷𝑼𝑬𝑺...

𝑱𝑶𝑺𝑬𝑷𝑯

—¡Despierta! ¡Necesito que me hagas un favor! —es el niño más irritante de este mundo.

—¡Owen es sábado y son las siete de la mañana, deja de molestar! —intento cubrir mi cabeza con la almohada pero el pequeño es más rápido y la arrebata de mis manos.

—No es cualquier sábado, ¿acaso lo olvidaste? —golpea mi cabeza con la almohada.

—¿Olvidar qué? ¿Tu cumpleaños? —lo tumbo a la cama y comienzo a hacerle cosquillas.

—¡Basta! ¡Detente por favor, sabes que no me gusta! —dice entre carcajadas.

—¡Eso te pasa por no dejarme dormir! —

—¡Quiero que le digas a Maeve que venga a mi fiesta! —dejo de hacerle cosquillas y mi sonrisa se borra poco a poco.
—¿Puedes ayudarme? —

—No lo sé, tal vez tiene cosas que hacer —me encojo de hombros.

—Sólo inténtalo, ella es muy especial para mí y sé que para ti también —trato de no sonreír pero es imposible.

—Lo haré pero no te pongas triste si no puede venir, ¿está bien? —asiente con la cabeza muy emocionado.

—Bien me voy a seguir durmiendo, gracias tío.

~ 📱 ~
Maeve

👨🏻: Sé que no quieres
saber nada de mí pero
hoy es cumpleaños de
Owen y le gustaría que
vinieras...

👨🏻: Te dejo la ubicación 📍

7:45 am

——————

𝑴𝑨𝑬𝑽𝑬

Ayer no fui a la fiesta de Owen, me siento la persona más mala del mundo pero no quiero encontrarme con Joseph, sé que el pequeño no tiene la culpa e intentaré arreglarlo.

~ 📱 ~
Joseph

👩🏼: Buenos días, ¿puedes traer a Owen a este
lugar?📍
1

0:30 am

👨🏻: Si puedo, pero no sé
si Owen quiera ir, ayer
te estuvo esperando
10:49 am

👩🏼: Le preparé una
sorpresa, estaré
esperándolos a las 4
1

0:51 am

——————

Preparé un pastel, compré una pizza hawaiana y un pequeño obsequio, espero que todo sea de su agrado, no sé su sabor favorito ni conozco mucho de él pero aún así es la personita más especial en mi vida.

Llego al parque y preparo el picnic, ya casi son las cuatro.

Una camioneta se estaciona pero de ella sólo baja Sebastian el guardaespaldas y Owen, Joseph no vino y eso no me hace sentir bien, quería verlo, quería tenerlo cerca.

—¡Maeve! —el pequeño corre hacía mí y abre los brazos.
—¡Te extrañé! ¡Te estuve esperando! —acaricio su cabeza suavemente.

𝑺 𝑬 𝑹 𝑬 𝑵 𝑫 𝑰 𝑷 𝑰 𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora