𝑴𝑨𝑬𝑽𝑬
El auto comienza a avanzar y por segunda ocasión mi corazón ha decidido no acompañarme, miles de pensamientos llegan a mi cabeza en tan poco tiempo, miro a Owen, su rostro está desencajado mientras que Joseph luce confundido, y no es para menos, pues con la plática de ayer y ese beso que nos dimos también creí que podríamos olvidar todo lo que pasó, pero hay algo en mí que no me permite hacerlo.
Lo que va de camino no he dicho ni una sola palabra, solamente observo por la ventanilla, y cuando el sol logra colarse entre la altura de las construcciones cierro los ojos, quizás esa acción y la tristeza han hecho que poco a poco el sueño se vaya adueñando de mi cuerpo.
—Maeve... hemos llegado —escucho a lo lejos la voz de Damián, abro los ojos y enseguida reconozco la avenida que todos los días contemplo desde mi ventana.
—Lo siento, no sé en que momento me quede dormida —sonríe y me extiende su mano para ayudarme a bajar.
—No te preocupes, aunque el viaje fue corto también terminé exhausto —abre la cajuela y saca mi maleta, damos media vuelta y entramos al edificio. —¿Y... pudiste arreglar las cosas con ese hombre? —frunzo el ceño, no esperaba que hiciera preguntas al respecto.
—Hablamos y creo que estamos bien —respondo con simpleza, no quiero entrar en detalles.
—¿Entonces... regresaron? —llegamos a mi departamento, introduzco la llave y abro la puerta.
—No, sólo le di la explicación que debí darle desde hace mucho —asiente con la cabeza. —Pasa, cuéntame de tu sobrino —dejo la maleta en medio de la sala y me siento en uno de los sofás, Damián hace lo mismo.
—Es hermoso, lo tomé en brazos y me sentí la persona más inútil del mundo, creí que se rompería si lo tomaba mal —sonrío, y recuerdo la primera vez que tuve a Isaiah en mis brazos.
—Te entiendo, estás lleno de miedo y luego todo cambia, te das cuenta de que debes dejar de ser inútil sí o sí —asiente mientras me mira, reímos y luego se crea un silencio.
—Maeve... ¿harás algo el viernes? —frunzo el ceño, ni siquiera recordaba que era noche buena.
—Iré a visitar a mi madre, hace mucho que no la veo —intento mostrar seguridad pues no es más que una mentira, una demasiado grande.
—Ah, entiendo, es solo que quería invitarte a cenar a un lugar que acaban de abrir —aprieto los labios.
—Lo siento —me limito a responder solo eso.
—No, no te preocupes, será luego —se levanta y camina hacía la puerta. —Nos vemos mañana en el trabajo —
—Sí, ve con cuidado, y gracias por traerme —me levanto y abro la puerta.
—No fue nada —deposita un beso en mi mejilla y se va, al cerrar la puerta me recargo en ella.
El viernes es noche buena, nunca he tenido interés en esa celebración, cuando Isaiah estaba conmigo me alegraba ver su rostro emocionado por los juguetes que había debajo del árbol, pero realmente nunca he experimentado esa magia que muchos relacionan con esa fecha.
Y está vez no será la excepción, no cenaré con Damián y mucho menos iré a visitar a mi madre.
Voy a la habitación y me coloco una pijama, tomo una manta y regreso al sofá, gotas golpean la ventana, el sonido que ocasionan comienza a arrullarme pero el timbre de mi teléfono termina con esa tranquilidad, Alina está llamando.
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𝑺 𝑬 𝑹 𝑬 𝑵 𝑫 𝑰 𝑷 𝑰 𝑨
FanficJoseph esconde un secreto; tan grande, que si es descubierto, puede perderlo todo... Y entre todo eso, está ella, su serendipia.