8. LA CABAÑA

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Pasaron un par de días más de viaje, parando brevemente en gasolineras y durmiendo en el coche, hasta que llegaron a su destino. Al menos, se habían cambiado a una ropa más cómoda o estarían hechos un desastre aún mayor.

Alice tenía los músculos rígidos y no podía imaginar cómo FP podía aguantar tantas horas conduciendo sin descanso, pero ninguno se atrevió a contraponer sus órdenes. Estaban dejándose guiar por él y creyendo que era la mejor opción ante el peligro al que estaban expuestos.

Durante el viaje, el paisaje fue cambiando, volviéndose cada vez más montañoso y verde. Las colinas se levantaban en el horizonte y los campos de trigo y girasoles se veían a los lados, mientras que la carretera se convirtió en tierra y los árboles parecían llegar hasta las nubes.

Alice contempló la vista, apoyándose contra la ventanilla y teniendo la sensación de conocer aquel lugar, cómo si ya hubiera estado ahí antes.

¿Vamos a parar en algún momento?- preguntó Betty, que quería asearse de nuevo. Le extrañaba que a estas horas aún no hubieran parado y empezó a impacientarse. Estaba acostumbrada a otro tipo de vida con más lujos y el cambio radical que estaba viviendo la volvió un poco loca.

No haremos paradas. Estamos a punto de llegar a nuestro destino- informó FP, girando a la derecha e incorporándose en el camino que se adentraba entre la arboleda y subía hasta una de las colinas.

¿Saldremos del coche por fin? ¡Qué fantástica noticia!- exclamó Betty feliz de dejar su asiento y dar la bienvenida a una cama para dormir por las noches.

¡Estoy de acuerdo!, ¿cuánto queda exactamente? ¡Estoy deseando estirar las piernas!- dijo Archie, que se estiró ligeramente e hizo sonar sus huesos.

Nos quedan unos pocos minutos- calculó FP, mirando sus sonrisas a través del espejo retrovisor del medio.

¿Oíste eso, amigo?, ¡ya llegamos!- expresó Archie, palmeando la rodilla de Jughead, que se desveló de su estado somnoliento, pues aún seguía dormido.

Sí, pero no grites tanto Arch. ¿De dónde sacas tanta energía por la mañana?- se quejó Jughead frotándose los ojos y bostezando.

Alice suprimió una risa, mientras seguía pendiente del paisaje, que cada vez le resultaba más familiar. Estaba deseando llegar a su destino.

¿Y dónde nos vamos a quedar exactamente? Ya que estamos a punto de llegar, podrías decírnoslo- planteó Betty curiosa. FP no les había dicho nada y le ponía nerviosa no saber todo lo que estaba pasando.

Ya lo veréis- contestó FP, manteniendo el misterio.

Vamos, papá, deja el secretismo por un momento y dinos... ¡Espera!, ¡ya sé dónde estamos!- empezó a decir Jughead alegremente y desvelándose por completo al ser consciente de dónde se encontraban.

¡Jughead, ni una palabra!- interrumpió FP haciendo que su hijo se callara al instante.

¡Jug, dínoslo!- pidieron Betty y Archie al unísono.

Lo siento, chicos, mi padre ha hablado, pero os prometo que os gustara- aseguró Jughead con una sonrisa de oreja a oreja.

Mamá, diles que nos lo digan- intentó Betty como último recurso.

Cariño, sé que es difícil, pero ten un poco más de paciencia- dijo Alice, dirigiéndose a su hija con comprensión. Quería saber dónde se iban a quedar desde hace días, pero tuvo que confiar en FP y aguantar las ganas de controlarlo todo.

No sé cómo puedes decirme eso. ¡Eres igual de impaciente que yo!- señaló Betty con las cejas levantadas de indignación.

No soy impaciente- contrapuso Alice, que resopló ante el comentario.

Dones y TalentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora