18. EL ENGAÑO

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El resto del viaje en moto estuvo envuelto en un aura incómoda.

Alice agarró a FP para no caerse de la moto y llevaba su chaqueta de cuero, pero a penas tenía ganas de dirigirle la palabra. Le había prometido a Vera que no se rendiría con él y no quería hacerlo, pero después de cómo la había tratado, se le hacía difícil perdonarlo y estar cerca de él. Comprendía el instinto que tenía FP de hacer las cosas bien, pues había entrenado durante años para seguir las normas, pero pensaba que sus sentimientos serían más fuertes que el deber y estaría dispuesto a arriesgarse por ellos al igual que ella. Estaba harta de aparentar y no le importaba lo que diría Hal o la sociedad, sólo quería ser feliz y libre de poder tomar sus propias decisiones por una vez en la vida y sin pensar en el resto del mundo.

FP no podía dejar de darle vueltas a la cabeza. Había sido un completo idiota y ni siquiera se atrevía a dirigirle la palabra a Alice. Sabía que la había herido y, aunque creía que lo mejor era que estuvieran separados, no pudo evitar pensar en la posibilidad de que funcionara y lo insensible que había sido después de su noche juntos. ¿Y si realmente lo intentaban?, ¿y si dejaba de pensar en lo que es o no correcto y le decía que la amaba?, ¿y si se escaparan juntos? Sonaba loco, pero ya la echaba de menos y, si podía mirar sus ojos azules y besarla todos los días de su vida, quizás no sería tan malo. Siempre se había preocupado más por los demás que por sí mismo y siempre había seguido las normas, pero tal vez era el momento de pensar en su propia felicidad y aceptar que Alice lo quería a él.

Ambos siguieron perdidos en sus pensamientos.

Alice trataba de entender a FP y meditaba la manera de hacerle abrirse a la posibilidad de estar juntos, mientras que FP luchaba consigo mismo para dejarse ser feliz, no preocuparse por el que dirán los demás y buscar la mejor manera de disculparse.

Alice- dijo FP demasiado bajito y sorprendiendo a los dos. No sabía que se había apoderado de él, pero sólo necesitaba que lo supiera lo antes posible.

Alice se tensó, expectante a lo que diría y notando lo nervioso que estaba por el ritmo de su respiración.

Lo siento- expresó FP sin poder decir más. Lo siguiente sería confesarle que la amaba, pero se le estaba formando un nudo en la garganta. ¿Por qué era tan difícil para él decirle que la ama?

¿Qué?- cuestionó Alice, demasiado perpleja para darse cuenta de que estaban llegando a su destino. ¿FP se estaba disculpando con ella o estaba sintiendo pena por la situación? No lo tenía claro.

Lo siento. He sido un idiota antes y no te lo mereces- aclaró FP, mientras visualizaba la gran mansión Blossom, escondida entre las montañas y rodeada de una muralla reforzada. Era más fácil disculparse primero, que confesarle sus sentimientos.

Alice sonrió inconscientemente. No se lo esperaba y no se iba a olvidar tan rápido de lo que habían discutido, pero este paso era un soplo de aire fresco y la hizo recobrar la esperanza.

¿Me perdonas?- preguntó FP seguidamente.

Depende. ¿Vas a huir de nuevo o te atreverás a hablar sobre nosotros?- soltó Alice sin darle tregua. Era una especialista en hacerse la dura y la ocasión lo requería.

Hablaremos- contestó FP sin dudar. Había terminado de evadir el tema y era el momento de enfrentarse a ello.

Bien, pues hablaremos más tarde- dijo Alice, conforme con la respuesta y abrazándolo.

FP respiró más tranquilo al notar que se volvía a aferrar a él como antes, y lo tomó como una buena señal.

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