8. Luna Nueva

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El viento susurraba, golpeado las ventanas, congelando los bordes, Jongho giro en su cama tratando de volver a dormir.

Todo se volvió silencioso de repente, el viento dejó de pelear y las ventanas dejaron de temblar, así que cerró los ojos para dormir. 

El silencio se rompió por cuatro fuertes golpes en la puerta principal.

Espero, pensando que solo era un lugar animal o algo, pero los golpes se repitieron, cuatro golpes exactos.

Eso significaba que había alguien esperando, se levantó con un poco de duda.

Prendió su lámpara ya que la cabaña era demasiado oscura como para ver siquiera sus manos. Bajo las escaleras escuchando el crujido de la madera.

Al llegar a la puerta escucho otro suave golpe, este fue apenas audible, pero fue suficiente para que girara la perilla.

Lento y con cuidado abrió la puerta, el viento acarició sus mejillas, enfriándolas al instante, sintió un escalofrío recorrer su columna al ver que no había nadie ahí.

Se asomo esperando ver algo, pero no había nada, estaba por cerrar la puerta, pero al dirigir su linterna al suelo descubrió una pluma negra.

La recogió, era extraña, no parecía una pluma común, era suave, pero había algo raro.

Jongho lo sabía.

Pero dejó de darle tantas vueltas y volvió a la cama, dejando la pluma en su cómoda, tal vez con la luz de la mañana podría ver mejor.

Y así fue, en la mañana Jongho volvió a tomar la pluma, era suave aunque la punta era demasiado áspera, por otro lado, con la luz pudo distinguir el color azul plateado combinado con el negro.

Entonces escucho dos golpes en su puerta.

Otro escalofrío.

Guardo la pluma en un cajón y fue a abrir la puerta, esta vez con un poco más de temor.

Al ver el exterior se sorprendió, aunque cambió su mueca bastante rápido por una sonrisa.

—Buenos días —saludó el otro.

—Pensé que vendrías más tarde —admitió haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

—Hoy es un día especial —sonrió Yunho mostrando sus dientes.

—Tienes razón, apenas pude dormir anoche —Jongho pensó que era extraño, pero decidió ignorar la sensación. 

Sin darse cuenta de las sombras que acompañaban a Yunho, sombras que se retorcían debajo de este... Sin dudarlo lo dejó entrar

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Yeosang estacionó su carro en la estación Velo Silente ya que necesitaba un poco de gasolina para poder continuar.

—¿Hola? —miró a sus alrededores tratando de encontrar a alguien más, pero no había nadie.

Dejo su carro acomodado, ahora solo faltaba que el personal de este lugar, espero un poco tratando de pensar en opciones, una de ellas fue rellenar él su propio tanque y ya vería donde pagar.

Después de lo que pareció una eternidad se bajó del carro y se dispuso a rellenar el tanque, aunque debe admitir que no sabe cómo hacerlo, en la ciudad siempre están los de la gasolinera para repostar.

Intento sacar la manguera, pero esta parecía atorada, formó una mueca antes de buscar con la mirada a cualquier ser viviente, pero la estación parecía una fantasma.

Veía los asientos, la estación del tren que no estaba tan lejos y la de los autobuses, le sorprendía bastante que todo estuviera tan cerca, pero supuso que habían intentado hacer todo mas ¿Lindo? No estaba seguro de que era lo que habían buscado.

Death Or FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora