12. Sombras

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Hacia más frío que de costumbre, el viento siseaba a través de las ventanas cerradas como si buscara una entrada.

Jongho se levantó de golpe, su respiración entrecortada se mezclaba con el gélido aire de la habitación.

—¿Qué fue lo que soñé? —murmuró, levantándose y tambaleándose hacia el baño, donde se encontró con que sus manos temblaban sin control.

La oscuridad parecía cernirse más densa, un susurro apenas perceptible le hizo sobresaltar otra vez.

Pasados unos eternos segundos, el sonido desapareció, pero la inquietud persistía, clavándose en su piel, negándole el regreso a la cama. En su desesperación, optó por examinar las fotos y videos que había tomado en días pasados.

Y ahí fue cuando lo vio.

Sombras que oscilaban en el borde de su visión. Aunque trató de racionalizarlo, su mente rechazaba cualquier explicación lógica.

Después de todo era sencillo crear fantasmas, aún así... No era posible con la configuración que tenía su cámara. 

Si todos los valores eran correctos, tal vez algo estaba mal configurado, aunque estaba seguro de que tenía todas las unidades en automático, se supondría que la cámara trabaja bastante bien, jamás le había fallado y cuando debía configurarla de manera manual, tampoco se equivocaba. 

Una risa nerviosa escapó de sus labios.

—Deben ser errores... —susurró, pero no podía ignorar el creciente nudo de temor en su estómago.

El miedo se adueñaba de él. Mientras revisaba, las sombras parecían cobrar vida propia, revelándose en detalles que sus ojos no habían percibido.

Masajeándose los ojos cansados, Jongho vio cómo la luz dejó de provenir solo de la vela, expandiéndose de manera misteriosa.

Su estómago rugió, los pasos resonaron y, en un instante, apagó la cámara.

—Hace tanto frío aquí —Wooyoung se quejó, viendo su aliento formar nubes blancas en el aire.

—Te acostumbrarás —respondió Jongho, forzando una sonrisa mientras encendía la estufa.

Aunque intentaba disimularlo, también sentía el frío penetrante, acompañado de un inexplicable escalofrío.

Una inquietud latente.

—Hasta luego, no te esfuerces mucho. Si necesitas algo...

—Lo sé, no te preocupes. Estaré bien —Wooyoung se puso de pie para guardar los platos.

Jongho detuvo sus acciones, vacilante.

¿Estará bien dejarlo así?

Le sonrió antes de partir, dejando a un extraño viviendo bajo su techo, sabiendo que el misterio y lo desconocido habían encontrado un hogar.

«Me estoy volviendo loco», se murmuró a sí mismo, intentando alejar esos pensamientos mientras caminaba.

Inmerso en sus cavilaciones, sabía que, desde su llegada a Crestdale, lo inexplicable se había vuelto su compañero constante, convirtiéndose así en un extraño él mismo.

Si alguien le hubiera anticipado que compartiría su hogar con un desconocido, habría reído. Si le hubieran adelantado que sus sentimientos se enredarían con los de un chico dulce como Yunho, se habría sentido absurdo.

Pero esa era su realidad ahora, y esa realidad lo desconcertaba. Sabía que Yunho actuaba con naturalidad, igual con todos, y a pesar de eso, las mariposas revoloteaban en su estómago cada vez que lo veía.

Death Or FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora