18. Ultima llamada

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A partir de ahí las cosas solo parecieron empeorar. Pasaron unos días, en los cuales Jongho aprendió a hacer su trabajo, aunque se sentia demasiado extraño, no había visto a Yunho desde que este lo encontró en el cementerio y le preocupaba que algo hubiera pasado. 

Por otro lado Mingi comenzó a ir a verlo en cualquier hora del día, era una buena compañía que Jongho agradecía cuando al parecer sus amigos estaban tan extraños, desde la vez del cementerio todo parecía raro.  

Hongjoong se acercaba a él, pero siempre parecía incomodo, como si le estuviera mintiendo.

Se secó el sudor que caía por su frente, el trabajo era mucho más físico de lo que había sido ser periodista.

—Oh, hola —miró como un cuervo bajaba hasta posarse en la valla, cuando Mingi no podía ir a verlo mandaba a su cuervo— supongo que eso significa que es hora de volver.

El cuervo grazno moviendo sus alas.

—Ya casi acabo —le dijo— espérame un momento —ya ni siquiera se le hacía extraño hablar con el cuervo.

El cuervo decidió acomodarse en su hombro y Jongho suspiro antes de continuar con su trabajo.

—Ravn me estas despeinando —se quejo, pero el cuervo decidió ignorarlo.

Se apresuró a terminar sus tareas para no retener tanto tiempo al cuervo, pero era agradable tener un poco de compañía mientras todos parecían evitarlo.

Cuando paseaba con el cuervo por las calles del pueblo se daba cuenta de que nadie le dirigía la mirada, tampoco es que hubiera mucha gente a las horas en las que decidía volver a su hogar...

—Eres muy amable —acarició con cuidado las plumas del cuervo— pero debes volver con Mingi.

El cuervo comió unas semillas que Jongho le ofreció, al parecer, con mucho entusiasmo. Luego, el cuervo agitó sus alas y se posó en la cabeza de Jongho, despeinándolo por completo. A pesar de la situación extraña, Jongho se sentía cómodo con la presencia de Ravn y otros cuervos que había visto desde que Mingi se presentó ante él.

El cuervo se negó a irse, cosa que a Jongho le desconcertó, pero no pudo hacer nada cuando el cuervo pareció acomodarse dentro de su habitación, dejó escapar un suspiro, no sabía como cuidar a un cuervo tampoco estaba muy seguro de si Mingi estaría muy feliz de que Ravn se quedara su lado.

—Muy bien, pero solo por hoy —Jongho se rindió a la insistencia del cuervo— no creo que Wooyoung este emocionado de tener un animal en la casa. 

Jongho se centro en su proyecto hasta que se quedo dormido. Y Mingi formó una sonrisa cuando llegó su cuervo después de haber dejado a Jongho en su cama.

La noche se cernía sobre el pequeño pueblo como un manto de sombras, envolviendo cada callejuela y callejón en un silencio inquietante. La luna, un pálido espectro, apenas se atrevía a romper la densa oscuridad que se extendía por doquier. Las estrellas, tímidas y parpadeantes, parecían luchar por hacerse notar en el cielo velado.

—Muchas gracias por tu ayuda —Mingi acaricia las plumas de su cuervo y este se enorgullece de ser de ayuda, ambos estaban por entrar a su hogar cuando unas ramas tapan por completo la entrada. 

—Mingi, te pido que no hagas las cosas más difíciles.

—¿Qué cosas? —Mingi se voltea para encontrarse con Seonghwa.

El aire se volvió frio, ambos se miraron unos segundos creando mucha más tensión, Ravn se agito un poco, pero se quedo en los hombros de Ming. 

—Debes dejar de meterte en los asuntos humanos. No puedes seguir visitando a Jongho —la expresión de Seonghwa era seria denotando un poco de molestia, su mirada fija en Mingi. 

Death Or FaithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora