Entre dimensiones 9 (una larga historia)

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Al salir de aquel portal, vieron que se encontraban en un lugar muy conocido para ambos, más para MK.

—¿Flower Fruit Mountain?, ¿qué hacemos aquí?.

—Supongo que es donde esta el vínculo, la pregunta es: ¿en que tiempo estamos? Y ¿si estamos en un buen momento?.

—¿Tú que opinas?.

—La verdad no sé, es difícil saberlo...mis poderes siguen muy débiles, pero te puedo decir que hay tristeza...en toda la montaña.

—Ya veo...¿sabes?, me da gracia como va nuestro viaje. Al inicio no queríamos que nadie nos viera o interferir con la historia...pero ahora, los hemos estado ayudando, conviviendo con ellos...es interesante saber que, a pesar de nuestros esfuerzos por no causar tanto alboroto, terminamos haciéndolo.

—Generalmente no me pasa eso, no es que te culpe o algo así, pero pienso que, al ser tú un héroe, sientes la necesidad de ayudar a todos, yo soy más egoísta, por sí no lo has notado.

En ese momento, Yami comenzó a escuchar varias voces, dirigió su mirada a algunos árboles, ahí vio a varias almas de monitos, quienes hablaban rápidamente y a la vez, cosa que confundió a la chica.

—Oigan, tranquilos, no los entiendo. Uno a la vez, por favor.

—¿Almas? —preguntó MK, recibiendo un asentimiento por parte de su amiga.

Joven muerte, tiene que ayudarlo.

Nuestro príncipe está mal.

Nuestro rey está triste por eso.

—¿Pero que es "eso"? —preguntó sin entender nada, los monitos comenzaron a guiarla—. Supongo que me mostrarán.

MK rio por aquello, comenzandola a seguir, las almas de los monitos seguían hablando todos a la vez, lo único que lograba identificar era, "el príncipe está mal", "ayudelo", "nuestro rey está triste", "no es lo mismo". Entre varios comentarios similares, al llegar al hogar de Wukong, vieron que en el centro había una especie de cápsula, cosa que les llamó enormemente la atención a ambos, cuando la chica se acerco un poco más, sus ojos se abrieron por la sorpresa al poder verlo llorando cerca de la casa del mono de la mente.

—...MK...esto es muy grave.

—¿Por qué?.

—...ahí dentro...es-estas tú.

Los ojos del sucesor se abrieron con sorpresa, dio unos pasos hacia atrás, no quería ver en que estado se encontraba para estar ahí dentro y los monitos le pidieran ayuda a su amiga.

—Yo estoy... —no quería completar la frase, de solo pensar que vería su cuerpo sin vida ahí dentro, un escalofrío recorria su espalda.

—Para nada, estas en coma —trató de tranquilizarlo un poco, cosa que inesperadamente funciono muy bien-—. Esta...llorando, esta cerca de la casa de Wukong —comenzó a acercarse poco a poco.

El de ojos cafés se quedo en su lugar, le daba escalofríos estar tan cerca de esa cápsula, prefirió quedarse lo más lejos posible.

Cuando la sucesora estuvo lo suficientemente cerca, se sentó en las escaleras de la casa, veía atentamente al alma a su lado, quien al sentir su presencia, alzo la mirada, se veía notablemente cansado, asustado y confundido.

¿Joven...muerte? —preguntó tentativo, ella sólo asintió—. Ya...ya veo...¿es mi tiempo?.

—No, tú todavía tienes que seguir adelante.

Monkie Kid: El Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora