Otro sucesor 5 (adoptada)

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Mientras el grupo de tres caminaba tranquilamente hacia la casa del Gran Sabio, el mono de pelaje dorado estaba entrando en crisis, pues ya se había enterado de lo que había sucedido en las afueras de Megapolis.

—¿¡Pero como es posible que no sepan donde esta!?, ¿¡sabes lo que significa!?, ¡MK esta en peligro!.

—Lo sé, pero ponerte de esa manera no ayudará a encontrarla más rápido. Lo único que podemos hacer es estar atentos ante cualquier posible amenaza por parte de Qiong a MK —trataba de tranquilizarlo el domador de sombras, aunque en sus adentros se encontraba de la misma manera que el dios frente a él.

—...tienes razón, pero me procura que lo vuelva a molestar. Apenas se está recuperando de aquella experiencia, no quiero que recaiga, era muy doloroso verlo temblar, llorar y gritar por las noches. No quiero que se repita aquello —el dios mantenía su cola quieta, demostrando así su tristeza y preocupación.

—Hey, no pasará, podemos mantenerlo seguro ahora que conocemos la identidad de esa acosadora —trató de tranquilizarlo el de pelaje oscuro, sus seis orejas se movieron ligeramente al escuchar ruidos provenientes de fuera de la cascada—. Seguiremos hablando después, tenemos compañía.

—Cierto, ya casi es la hora del entrenamiento de MK. Ya debe haber llegado —habló un tanto pensativo el mono de la mente.

—...aunque, escucho algo raro, como si vinieran dos MK's...y Yami —rodó los ojos un tanto fastidiado por aquel nombre, Wukong hizo lo mismo.

Antes de que pudieran decir algo, escucharon pasos acercarse a su lugar, ambos monos trataron de poner su mejor cara ante la no muy grata presencia de la chica. Su fastidio se convirtió en confusión al ver a dos chicos, vestidos de diferente manera y a la única chica vestidas con la ropa habitual del sucesor.

—¿Qué paso?.

—¿Desde cuando hay dos MK's?, ¿es uno de tus clones, bud? —preguntó el de pelaje dorado.

Se ven increíbles —soltó con emoción el de ropas antiguas, sus ojos brillaban de emoción y asombro—. Yami, se ven mucho mejor de lo que imagine.

—Que bueno que pienses eso —tenía una leve sonrisa en su rostro.

—Chicos, como ven, tenemos una situación interesante. Y no, no es uno de mis clones, es otro yo.

Ambos monos demostraban su incredulidad ante aquellas palabras.

—Se que mi vida no es exactamente "normal", pero esto...

—Supera complemente mis expectativas de rareza.

—¿En serio?, yo creí que ya estarían acostumbrados a esto. Digo, literalmente han vivido por mucho tiempo, se me hace casi imposible imaginar que no presenciaran algo así —soltó en un tono juguetón Yami.

—¿Tú que haces aquí? —preguntó con un leve gruñido el de pelaje dorado.

—Oh, nada, solo quería que MK los pudiera ver, antes de que regrese a su dimensión. ¿Algún problema, mi primate amigo?.

—No soy tú amigo.

Yami —le llamo Sol, la chica solo lo vio de reojo, suspiro.

—Como sea, venía a eso y a disculparme por lo que dije. Supongo que solo quería mi espacio, ya sabes, pensar las cosas en un ambiente más tranquilo y solitario. Lo que trato de decir es que lamento lo que dije, fue un acto muy patético de mi parte el querer manipularte con tus antiguos amigos y compañeros, pero era la única manera de que me dejaran ir.

Wukong la veía atentamente, parecía arrepentida en cierta forma, claro que él tampoco había actuado muy bien al mantenerla en aquel lugar, siendo ella misma quien le había pedido que la dejara ir.

Monkie Kid: El Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora