Sueños, pesadillas o...¿vivencias? 6 (planes)

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El castaño inhalo una gran cantidad de aire, llenado así sus pulmones, comenzó a toser, sus ojos se cristalizaron ligeramente, cuando su vista se aclaro, vio que sus amigos estaban alrededor de él, los ojos de ellos se encontraban inundados de lágrimas y sus rostros reflejaban alivio.

—...¿qué paso? —preguntó confundido.

—¡ESTÁS BIEN! —gritaron todos.

—¿Eh?, pues sí, sí estoy bien. ¿Paso algo? —estaba confundido.

—...kid, no sé como decirte esto, pero...estuviste como muerto por casi cuatro horas —contó Monkey King.

—Sí, era aterrador escuchar tu corazón comenzar a latir lentamente —completó Macaque.

—Pigsy casi se pone como loco al descubrir tu cuerpo con poca temperatura —hablo Tang.

—¡Cállate!, ¿¡tú como estarías si encuentras a alguien con quien habías estado hace unas horas hablando de esta manera!?, ¡ESTABA REALMENTE ASUSTADO! —gritó el demonio cerdo, quien se limpiaba las lágrimas de su rostro.

—Pero todo está bien. Sigo aquí, con ustedes y me siento, raramente, muy relajado y renovado.

—Se nota, tus ojeras disminuyeron notablemente —habló Mei, quien había estado callada, pues no quería que su voz se quebrara en media frase.

—¿En serio?, bueno, creo que sirvió de mucho esa "casi muerte".

—No juegues con eso —dijeron todos al unísono.

—Perdón, solo que es raro saber que casi muero...¿a eso se refería con "me excedí un poco con el tiempo"?se preguntó en un susurro, el cual, cierto mono de seis orejas escucho claramente.

—Kid, quiero hablar contigo a solas —le dijo el de pelaje oscuro, se veía serio.

Los demás lo vieron confundido, el castaño sabía que lo había escuchado, así que estaba nervioso por lo que el guerrero le dijera.

—...claro —respondió mientras se levantaba de su cama, tenía planeado ponerse ropa apropiada para salir a caminar.

—¿No vas a comer algo?.

—La verdad, no tengo hambre. Me siento extrañamente satisfecho.

—Pero...

—No te preocupes, Pigsy, le daré de comer después de que terminemos de hablar. Bien, nos vamos —sin más, abrió un portal debajo del menor y de Wukong—. Nos vemos —fue lo último que dijo para desaparecer.

—Esos tres no deben estar en nada bueno. Si solo se hubieran ido MK y Macaque me quedo tranquilo, pero se llevó a Wukong. Aquí hay gato encerrado.

—¿Crees que sea algún problema?.

—¿Conspiración?.

—Espero que no.

En otro lado, los tres que desaparecieron con anterioridad aparecieron sobre la montaña en donde MK veía las estrellas.

—¿Para que me trajiste a mi también? —preguntó el dios, un aroma llamó su atención, un aroma poco perceptible.

—Es tu sucesor, debes de estar aquí —respondió el de cicatriz, quien también había percibido ese aroma.

—Chicos, ¿qué ocurre? —preguntó el de ojos café—. Además, ¿por qué no me dejaste cambiarme?, tengo frío —se quejo el menor.

Los monos no le hacían caso, estaban más concentrados en encontrar ese aroma, sobre todo Macaque que, por alguna razón, ese aroma se le hacía familiar.

Monkie Kid: El Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora