Monkie Kid: El Efecto Mariposa

Me agrada

Los condenados comenzaron a alejarse, mientras que Qiong gritaba por clemencia hacia su persona, sus gritos al igual que ellos, se fueron desvaneciendo poco a poco hasta que finalmente dejaron de escucharse. Todo quedo sumido en un silencio muy incómodo, nadie hacia nada, estaban sorprendidos y algo asustados por lo que acababan de ver.

Por su parte, Yami se acerco a los árboles que anteriormente había derrumbado Wukong, acercó su mano a ellos, estos comenzaron a perder el color verde de sus hojas, hasta que finalmente murieron, la azabache retiro su mano, abriendo y cerrandola repetidamente la mano.

—"Esta forma de recuperar energía...es muy útil" —pensó la sucesora con genuino asombro.

Antes de que pudiera hacer alguna otra cosa, sintió un peso repentino en su espalda.

—¡Eso fue fantástico!. Eres realmente increíble —gritó Mei sobre la azabache.

—¿Oh?, ¿gracias? —preguntó dudosa, no creía que algo de lo que ella hacía fuera increíble para los demás, sus ojos habían vuelto a ser color ámbar.

—¿Quién eres?, no importa, ahora serás mi amiga. Tú, Red Boy y yo buscaremos una cura para MK. Seremos sus héroes ahora —hablaba emocionada sin soltar a la chica.

—¡Mei!, deja de molestar a...ella —habló dudoso Pigsy.

—Nop, ahora la educare como a Red Boy, así ambos serán buenos.

—¿Educar?, no soy un perro o algo así.

—¡¿COMO A MÍ!?. ¡NO SOY UNA MASCOTA! —gritó el pelirrojo mientras estaba en llamas.

Los adultos veían atentamente la escena frente a ellos, los tres adolescentes estaban montando todo un espectáculo, Mei se aferraba con todas sus fuerzas a Yami, quien trataba de soltarse a toda costa de la chica, sin obtener resultado alguno, y Red Son seguía expresando su inconformidad por la forma en que "se hizo bueno".

—Esa niña realmente es increíble y fuerte —habló con asombro Wukong, su cola se meneaba con emoción, no se esperaba que aquella chica tuviera una faceta como esa.

—Es realmente intimidante y parece que se preocupa por los que quiere —habló de igual manera Macaque, quien también movía su cola, aunque de manera más calmada a la del dios.

—Me agrada —soltaron ambos monos místicos, dándose una rápida mirada de asombro, para seguidamente apartar su mirada y soltar un leve gruñido.

—¿"Agradar"?, literalmente, acaba de matar a alguien frente a nuestros ojos y dreno toda la vida de esos árboles. Es alguien de temer —soltó Pigsy con miedo.

—Pero debes de admitir, que fue fantástico —Tang dio su comentario mientras escribía con mayor entusiasmo en su libro.

—¿Quién en su sano juicio tomaría el asesinato como algo "fantástico"?.

—¿Alguien que ha matado o a alguien que le gusta escribir?, puede tomarlo de inspiración para su libro. Es obvio —habló con obiedad el demonio negro.

Pigsy soltó un muy largo suspiro, habia olvidado que en ese momento estaba en compañía de seres que habían matado alguna vez y de su loco amigo amante de los cuentos y escritos. Dirigió su mirada a la chica que lloraba, se acerco a ella.

—El señorito Chengen se pondrá muy triste. Los señores me despedirán, la diosa Shing Mo dejara de velar por mí...todo ha terminado. No, no ha terminado, seguiré con las enseñanzas de la diosa, aún sí me destierra de la familia.