La mejor opción

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Los tres siguieron en su pequeña burbuja, ignorando así a la chica, suspiró con pesadez, quería irse de ahí, sentía que sobraba en aquel lugar, además el rastreador que le puso a ese traidor albino había estado en movimiento constante desde hace unas horas, le llamaba la atención que estaba en las afueras de Megapolis, ¿por qué estaría ahí?, ¿había algo en aquel lugar que llamara su atención?.

Joven muerte, ¿se entero de que pasó en las afueras de Megapolis?.

—Se que se quemo el hospital psiquiátrico "Home" y que la acosadora escapo. Aun así, ¿qué tiene de importante? —susurro, aun así fue lo suficientemente claro para cierto mono de seis orejas, quien, sin despegar toda su atención de MK y Wukong, la vigilaba, aunque su vigilancia había bajado de intensidad justo después de que vio lo bien que se llevaba con los cachorros y los sucesores, por lo tanto no había puesto la suficiente atención a la anterior revelación de la chica al sucesor.

Creemos que ella tiene algo que ver con los traidores.

—¿Por qué creen eso?.

Uno de los pacientes que acaban de morir se lo dijeron a algunas aves que murieron y ellas a nosotros, dijeron que había estado recibiendo visitas constantes de un albino con tatuaje de explosión atómica.

—¡¿QUÉ?! —gritó sin querer, llamando así la atención de los tres varones— ...perdón, me tengo que ir.

—No hasta que me digas, ¿cómo sabes lo del accidente a las afueras de Megapolis?, ¿tienes algo que ver? —indagó el domador de sombras, el de bandana roja no entendía a que se refería.

—¿Yo?, para nada, no quiero lastimar a nadie. Esa es la verdad, yo no tuve nada que ver con eso.

—Entonces, ¿cómo lo sabes? —preguntó esta vez el mono de pelaje dorado.

—Creo que ya deberías imaginarte que no soy del todo "normal" después de lo que vieron en la madrugada.

—Cierto, cierto. ¿Quién eres realmente?.

Yami se mordió la legua, no quería seguir discutiendo, quería irse y dejar todo por la paz, pero ellos no la dejarían, menos el héroe quien ya estaba ideando posibles estrategias para detenerla.

—Es muerte —soltó MK, los tres lo vieron atentamente—. O por lo menos conoce a vida y muerte. Confío en ella, en que no nos hará nada, es buena —concluyó con una sonrisa, el corazón de la azabache se ablando una vez más ante aquellas palabras llenas de sinceridad y seguridad.

Wukong soltó una carcajada, cosa que los confundió.

—¿Ella es muerte?, ¿qué me dices del dios Yama?, son los reyes del inframundo. Si hubiera una mujer con el título de "muerte" apuesto que sería más grande, no de su edad.

—El dios Yama solo es un ayudante, muerte no necesita un libro para llevar un control de todos los muertos, eso es ridículo. Sólo mira lo que pasa por borrar el nombre de alguien en ese libro, obtiene inmortalidad —soltó con algo de diversión.

—¿Qué insinúas?.

—Nada, solo digo la verdad, monito de piedra —se alzó de hombros, era muy fácil sacar de sus casillas al dios, se veía divertida.

—Déjala, le estas dando lo que quiere. Eso es más que obvio —le aconsejo el de cicatriz.

—Sí, hazle caso a Macaque, él es más observador que tú —lo siguió molestando.

—Ahora sí —soltó mientras daba unos pasos hacia ella, quien no retrocedió, pues MK se interpuso entre ambos.

—Por favor, no peleen. Yami, se nota que te gusta molestar a los demás —era más un comentario de diversión que de reclamo.

Monkie Kid: El Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora