Monkie Kid: El Efecto Mariposa

Sangre de diosa

Por su parte, Wukong y Red Son habían llegado a Megapolis, la ciudad se había vuelto inesperadamente un completo caos desde que los demonios verdaderamente malos se habían enterado de la ausencia del sucesor y de todos sus amigos, ahora, sumando la inesperada aparición de esos seres con cadenas que querían hacer daño y los otros seres que trataban de proteger a la gente, toda la ciudad era una zona de guerra.

—Esto está peor de lo que creí.

—Ni lo digas. Todo ha cambiado desde que el chico de los fideos dejo de estar activo.

Una moto blanca con verde llegó hasta ellos, de esta bajo cierta chica dragón que ambos conocían muy bien.

—¡Chicos!, al fin llegan, hemos estado resistiendo lo más que hemos podido, ¿por qué tardaron tanto? —les preguntó Mei, a sus espaldas se estacionó aquel carro de fiesta que solían utilizar para vender en la calle.

—Esto es una maldita locura, hay demonios y muertos por todas partes —. Pigsy estaba muy alterado.

—Sorprendentemente, esos fantasmas pueden sufrir daños —habló con sorpresa Tang, quien estaba documentando todo para que, si es que MK despertaba, contarle al menor cada detalle de todo lo que había estado pasando durante su ausencia.

—Entendido, ¡Oigan, muertos y demonios! —les llamo Wukong, logrando así que a quienes llamo le prestaran atención—. Es hora de que su ancestro y querido abuelo, Sun Wukong, les enseñe buenos modales— tomó entre sus manos aquel bastón de extremos dorados, seguidamente se lanzó a la batalla.

Todos los demás siguieron su ejemplo, repartiendo golpes por aquí y por allá, querían liberar toda aquella frustración e impotencia que habían estado sintiendo desde hace mucho tiempo, cuando tenían a la gran mayoría derrotados, de entre las sombras salió cierto mono de pelaje oscuro, quien, gracias a su buena audición, se pudo enterar de todo lo que estaba pasando y de quien fue el causante del estado tan lamentable de MK.

Al ver de quien se trataba pararon, momentáneamente, su ataque conjunto. Todos, a excepción de Red Son y Wukong, se veían confundidos por aquella repentina aparición de Macaque con un demonio negro azulado completamente amarrado.

—Encontré al causante de todo este maldito desastre con MK —habló con aparente desinterés hacia la situación, aunque era más que claro que estaba ansioso por obtener una respuesta, el constante movimiento de su cola delataba la frustración que sentía.

Todos lo vieron atentamente, en sus ojos se podía ver que pedían, no, exigían una respuesta a lo que había hecho.

—Quiero que sepan que fue por un encargo.

—¡¿ENCARGO?! —gritaron todos, a la vez que comenzaban a reclamarle por aquello, Macaque solo frunció el ceño mientras se tapaba las orejas, odiaba su buena audición.

—¿Quién te ordenó ese "encargo"? —indagó Wukong.

—Bueno...fue más bien venganza. La parte del trato no se llevó según lo acordado, por lo tanto, yo no entregaría mi trabajo sin recibir aquello que me prometieron, lo que le hice al sucesor fue más una advertencia.

—¡LITERALMENTE CASI LO MANDAS AL OTRO MUNDO! —gritó Red Son envuelto en llamas.

—¿Casi?, que raro, estoy seguro de que fue una dosis letal —habló pensativo, para seguidamente tragar saliva al ver los rostros de los demás— ...es bueno saber que no fue así.

—¿Qué te prometieron? —preguntó esta vez Pigsy.

—Sangre de diosa.

—...¿de diosa?, ¿en serio crees que un mortal encontraria algo así en este mundo terrenal? —Wukong se veía sorprendido por la ingenuidad o poca capacidad de pensar del sujeto frente a él.

—Me dijo que era descendiente de la diosa Shing Mo. Me contó que su familia ha estado siguiendo las enseñanzas que la diosa les transmite, lastimosamente, parece que fui engañado.

—¿La diosa Shing Mo?, sabía que tenia descendencia aquí, pero no pensé que serían capaces de hacer tratos con demonios-comentó sorprendido Macaque.

—Yo tampoco lo creía al inicio, pero me contó muchas cosas que solo un verdadero descendiente de los dioses sabría, así que acepte el trato.

—¿En qué consistía ese trato? —preguntó Mei.

—Fácil, hacer que el sucesor se enamorara perdidamente de ella, y ella me pagaría con toda la sangre de diosa que quisiera.

—¿Para qué necesitarías sangre de dioses? —los monos místicos se veían especialmente interesados en la respuesta que daría aquel demonio.

—...me siento solo...encontré un viejo libro que dice que la sangre de los dioses puede traer a los muertos a la vida...aunque sea solo por unos días. Antes había demonios que podían traerlos a la vida sin necesidad de sangre de los dioses, solo ocupaban el recuerdo y un ancla para mantenerlos en la tierra por un corto periodo de tiempo, pero todos se extinguieron hace muchos siglos. Soy el último de mi especie...pensé que, al hacer este trato, podría ver nuevamente a mi familia... —soltó una risa sin gracia, las lágrimas comenzaron a caer libremente por su rostro— ...fui un ingenuo, no importa cuanto lo intente o que haga...los muertos no regresan a la vida. Hagan lo que quieran conmigo, ya no me importa, solo estoy aquí viviendo de tontas historias viejas e inciertas.

—¿Qué hacemos con él?.

Los seres fantasmagóricos se fueron desvaneciendo poco a poco, al igual que las almas que trataban de proteger a los vivos, los héroes respiraron tranquilos. Ahora, su único problema era aquel demonio.

—Oye, ¿quién fue la chica con la que hiciste el trato? —preguntó el mono de la mente.

—Su nombre no lo dijo, solo se su apariencia, era rubia de cabello rizado, piel como la porcelana y ojos azules. Presumida, mimada y caprichosa, me atrevo a decir que hasta obsesionada con el sucesor, además de ladrona, me robo un recipiente de plata.

—¿Por que piensas que esta obsesionada con él?-preguntó Mei, Wukong se quedó pensativo con respecto a la mención de ese recipiente de plata.

—¿Es una broma?, le pedí una foto del sucesor y, ¿qué obtuve?, dos, escucharon, dos bolsas de fotos del sucesor. Sus palabras fueron: "no sabia que fotos te servirían, así que te traje algo de mi pequeña colección personal. Si necesitas más, pide cuanto quieras". Literalmente sentí pena por el sucesor al ver aquella obsesión por él.

—Y, aún así, decidiste seguir adelante con el trato.

—...lamento haber hecho lo que hice... pero, si dicen que esta vivo, tal vez despierte.

—Por favor, no nos des esperanzas.

Todos guardaron silencio, ambos monos místicos y Red Son se mordieron la lengua, querían decir que tal vez aquella posibilidad era posible, pero si no era verdad, solo habrían alimentado la esperanza de todos ellos para después caer en la terrible realidad, y eso no era algo justo para nadie.

—...se donde vive —se atrevió a hablar aquel demonio negro azulado al ver los rostros de decepción de todos, si el decirles donde vive les traería algo de consuelo, se los diría, después de todo, no era como que le importara lo que le hicieran, ella había jugado con sus esperanzas de volver a ver a su familia y le había robado, y él en venganza lastimo no sólo a la chica, sino también a personas que no merecían sufrir aquel dolor de la pérdida—. Además, estamos de suerte, me enteré que le gusta ir al bosque a cazar, y hoy salió de cacería para, "aliviar su perdida".

—¿No se supone que la diosa esta en contra de eso?.

—Sorpresa, a ella le encanta eso —habló con ironía el demonio.

—Comienzo a creer que no es una descendiente de aquella diosa —habló Wukong algo pensativo—. Como sea, guianos hacia aquella maldita.

—Con mucho gusto.

El demonio negro se puso en pie con algo de dificultad, todos comenzaron a seguirlo.