Bienvenida al club

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En el bosque cercano a Megapolis, se encontraban dos chicas, una complemente enojada mientras que la otra trataba de tranquilizarla.

Maldito demonio, no se puede confiar en ellos, no cumplen con la parte de los tratos y yo, como estúpida, creí que si la cumpliría —haciando uso de su arco, disparo a un pequeño pájaro, que cayó al pasto, la chica sonrió un poco.

Señorita Qiong, debería dejar la cacería. Es algo cruel teniendo en cuenta las enseñanzas de... —la chica cerró la boca, la rubia ahora le apuntaba a ella.

Cierra la boca, no estás aquí para hablar conmigo o darme consejos, solo estas aquí para darme mis flechas e ir a conseguir más si es necesario. No necesito tus tontos sentimentalismos, si vuelves a hablar, está flecha tendrá tu nombre, ¿quedo claro? —la joven asintió nervisa—. Bien...sí les dices a mis padres que hice un trato con un demonio, ya sabes lo que pasará —le dio la espalda, volviendo a apuntar a algún otro animal indefenso.

La chica suspiro, sabía muy bien que aquella rubia hablaba muy en serio, después de todo, había realizado aquel pacto con el último de los demonios negros azulados.

"Diosa Shing Mo, protéjame de esta mujer y proteja al sucesor, donde sea que esté" —pedia por ella y por el sucesor, aunque hace un tiempo atrás no hacia acto de presencia para salvar la ciudad, deseaba, con todas sus fuerzas, que estuviera en una especie de entrenamiento, lejos del peligro que lo acechaba.

Algo alejada de ellas, apareció cierto grupo que buscaba a la causante de todos los males de MK, al ver la forma en que actuaba, los inmortales supieron enseguida que ella no era descendiente de la diosa Shing Mo.

¿Esa rubia es la descendiente de la diosa?, parece más un demonio que nada...sin ofender —habló rápidamente Tang al ver los rostros poco amables de los demás.

Ella es peor que un demonio, nosotros tenemos principios, no solemos meternos con seres que no pueden defenderse —respondió el demonio negro azulado.

Pero ustedes atacan a los humanos, nosotros no podemos defendernos en su contra, somos indefensos.

¿Indefensos?, ¿eso es lo que tú crees?, ¿qué ser "indefenso" haría experimentos con animales?, ¿haría daño a los demás o incluso mataría a su propia familia?. Seremos demonios, pero no todos hacemos eso, por lo menos en la actualidad, las cosas ya no son como antes, nosotros nos adaptamos pero, ¿qué hay de ustedes?, no importa cuanto tiempo pase, siempre habrá personas que les interesará el dinero o cualquier otra cosa material antes que un ser vivo. En mi humilde opinión, ustedes son peores que demonios.

Todo quedo en silencio por unos segundos, aquel demonio negro azulado había dicho una verdad muy grande, ¿cómo podían defenderse si lo que dijo era más que cierto?, ¿quienes son los verdaderos demonios en ese sentido?.

Ya los traje, ahora, ¿qué le harán?, ¿qué me harán?.

Ya lo veremos —contestó de manera pensativa el mono de piedra, el demonio no dijo nada.

Señorita Qiong...¿para qué es el frasco en su cintura?.

¿Qué te interesa?, te dije que no hablaras —veía con fastidio a la chica, quien sólo bajo nuevamente la mirada, la rubia rodó los ojos—. Es un amuleto creado a partir de sangre de demonio, hace que los demonios me tengan respeto y hagan todo lo que quiero.

¿Dónde...?.

El mercado negro, había muchos amuletos creados a partir de demonios, además de que algunos eran vendidos al mejor postor y había muchos demonios disecados, ya sabes, para que los más sádicos y "valientes" presumieran su gran valentía al conseguirlos.

Monkie Kid: El Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora