Monkie Kid: El Efecto Mariposa

No tengo objeción

Pigsy y Sandy estaban haciendo y repartiendo la comida con ayuda de las demás personas, al terminar de repartir la comida, respiraron con tranquilidad al saber que todos habían comido como era debido.

—Disculpen, ¿cómo se enteraron de esto? —preguntó una mujer de cabello oscuro, ojos cafés y labios rosados.

—Oh, mi amigo, aquí presente, nos llamo para que lo ayudaramos.

—Ustedes y esos niños son personas realmente buenas, honestamente, me sorprende que sigan existido personas que hacen cosas sin esperar nada a cambio.

—¿Qué quiere decir?.

—Vera, hemos tenido experiencias realmente malas con personas que dicen hacer esto por amabilidad, pero son mentiras, ¿han visto esos videos donde personas "de buen corazón" limpian playas, regalan comida o visitan orfanatos o cosas así?.

—Sí, mi buena amiga nos ha enseñado varios videos de esos —contestó Sandy con una sonrisa.

—Pues muy pocos lo hacen de buena voluntad, muchos solo lo hacen para obtener mayor fama o reconocimiento. Se de una historia, de muchas generaciones atrás, que hay un ser que no tiene tanta fe en los vivos y otro que si la tiene.

—¿Cómo que "en los vivos"?.

—Se dice que ese ser puede ver a los muertos y las almas de los vivos, solo con eso sabe si alguien es bueno o malo, mientras que el otro confía muy fácilmente en los demás.

—Eso seguramente es solo una historia —habló Pigsy con seguridad.

—¡Mamá!, ¡mamá!.

—¿Chengen?, ¿qué ocurre cariño?.

—El Gran Sabio dice que Qiong no volverá, el sucesor sufrió por ella y sus tratos con un demonio negro azulado, mi prima esta con él y con el sujeto tragón, también la historia es verdadera. Ven, mi prima quiere contarte lo que la diosa le dijo —habló con rapidez el menor, su madre a penas pudo entender sus palabras, aun así se veía confundida.

—Espera, tranquilo, respira y guíame a donde quieres guiarme.

El menor tomó de la mano a su progenitora, con apuro la alejó del lugar.

—Nos vemos después —a penas pudo despedirse del demonio cerdo y el gran hombre.

—...¿menciono a Monkey King? —preguntó el chef con intranquilidad en su tono de voz.

—Así es —dio una sonrisa tranquila.

—¿Y que hacemos aquí parados?, vamos con ellos —Pigsy tomó a su gran amigo para comenzar a perseguir a madre e hijo.

Al llegar al destino, vieron que Tang estaba ahí, platicando animadamente con la señora y el niño, a la vez que el demonio negro azulado y la otra chica hablaban con Wukong.

—¿Pero que paso aquí? —Pigsy estaba confundido, después de una rápida explicación, tanto él como Sandy, entendieron todo—. Entiendo, todos ustedes son los descendientes de la diosa Shing Mo.

—Así es, lamento el comportamiento de mi hija, aunque, por lo que dicen, ella ya no se encuentra entre nosotros ni en el Diyu. Nuestra antecesora le contó todo a mi sobrina, yo misma me encargaré de que la familia se entere, ¿hay algo que podamos hacer para compensar aquella falta de respeto hacia usted, su hijo y el Gran Sabio?.

—Creo que no hay nada que puedan hacer, después de todo, mi hijo ya está a salvo.

—Yo no entiendo nada de lo que está pasando —habló Sandy muy confundido por la situación.