Aceptación 3 (mírame cuando lo digas...)

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En la madrugada, el mono de la mente se despertó, sintiéndose extrañamente muy relajado, se levantó de donde estaba y se dirigió a la ventana, viendo lo que quedaba de la noche.

—¿Qué tienes? —preguntó el guerrero mientras se acercaba a él, bostezo al estar a su lado.

—Tuve ese sueño otra vez.

—¿Dónde alguien te llama? —el dios asintió—. ¿Qué te dijo esta vez?.

—Ella dijo: "¿Conoces a una chica de cabello negro y ojos ámbar?". Eso fue lo que dijo, y, la única persona que conozco con esa descripción, es Yami.

—¿Qué significará? —ambos meditaron aquello por unos momentos, el domador de sombras chasqueo los dedos—. ¿Recuerdas que Yami estableció contacto con MK?, ¿qué tal sí es algo como eso?.

—Puede ser, pero, ¿quién la estaría buscando?, solo sabemos de los "traidores" que la buscan con desesperación y...su hermana, ¿crees que sea ella?.

—Puede ser, pero no estamos seguros, mientras no le "respondas" supongo que todo está bien —el dios aparto la mirada rápidamente—. Le respondiste, ¿no?

—Puede ser, solo dije su nombre, no fue nada.

—Esperemos que "no sea nada" —ambos no dijeron nada más, simplemente, se hicieron compañía el uno al otro.

El sonido de las respiraciones lentas y continuas de los menores era lo único que llevaba el lugar.

El sol salió y los pájaros comenzaron a cantar, los adolescentes se despertaron finalmente, los cuatro se estiraron, algunos más dieron algunos bostezos. Macaque y Wukong los veían desde la puerta, cuando los menores dirigieron sus miradas a la puerta, los monos los invitaron a seguirlos para así desayunar, todos seguían en batas, sin importarles eso, los siguieron.

Algunos fueron a los baños para hacer sus necesitas y otros fueron directamente a desayunar, no sin antes lavarse las manos y la cara para así despertar mejor. Ya en la mesa, todos comenzaron a platicar con tranquilidad, los varones se veían notablemente confundidos por la cercanía que ahora tenían las únicas chicas en la mesa, tanto así que a la sucesora le importaba poco que la dragona la tomara de las manos, la abrazara por los hombros o cualquier gesto de una gran confianza.

—Veo que ustedes dos se llevan muy bien -habló Wukong, su cola se movia de un lado a otro con curiosidad.

—El tiempo de chicas fue realmente relajante, es bueno tener a otra chica en la pandilla —habló Mei con emoción, MK y Yami se vieron momentáneamente, ellos dos sabían que eso no podría ser posible.

—Verás, Mei...

—Por lo menos...hasta que decida dejarnos, es emocionante poder disfrutar estos momentos contigo. Hasta que decidas dejarnos, yo disfrutaré al máximo tu presencia —sin perdida de tiempo, la abrazo fuertemente, demasiado para el gusto de la de ojos ámbar.

—Yo también, pero, por favor, deja de apretar tanto.

—Oh, lo siento —aflojó su agarre sin soltarla—. Solo, déjame así unos momentos más, por favor.

Yami se relajo en su lugar, con duda, abrazo a la dragona.

"Pero que emotivo momento" —pensaron los varones.

Minutos después, ambas se separaron y el día continuó con normalidad, todos se habían cambiado a sus ropas habituales, excepto Yami, quien no encontraba la ropa con la que había llegado.

—La metí a lavar, no te puedes poner ropa sucia estando limpia —habló Macaque sin importancia mientras leía.

—¿Qué me voy a poner?, ya casi nos vamos, los demás si pudieron traer ropa a parte de la que traían, porque, bueno, ellos viven aquí, pensé que me dejarías usar la que traía.

Monkie Kid: El Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora