41 Final

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Aquella chica de cabello pelirrojo había despertado recientemente tallando sus ojos demasiadas veces, buscando con desesperación a Bill que no se encontraba en ningún lado, tapo su cuerpo desnudo con ayuda de las sabanas adentrándose sobre el baño dandose una ducha corta para finalmente salir y ponerse uno más de sus vestidos rojos que le encantaba. Tomo su teléfono entre sus manos buscando algún mensaje, pero no vio ni una sola notificación que fuera de él. Arrugó su frente sin entender porque se había ido sin avisar.
Le resto importancia, se dispuso a peinar su sedosa cabellera roja seguido de colocar un poco de rubor sobre sus mejillas, un poco de rimel en sus pestañas y por último colocando lápiz labial rojo sobre sus carnosos labios. Se observó en el espejo buscando alguna imperfección y cuándo porfin se sersioro que todo estaba bien con su rostro, sonrió sastifecha.
Coloco una de la tantas zapatillas bajas que tenía guardadas tomando su bolso saliendo de aquel enorme departamento que habia comprado hace unos años.
Al entrar a su auto esbozó una gran sonrisa.

—. He tomando la decisión correcta, lo sé —musito para ella misma sonriendo de felicidad achinando sus ojos apretando con fuerza el volante del auto.

No importaba lo que se venía en el camino después de decirles a ambos gemelos de la decisión que había tomado, quería decirles cuanto antes o sus nervios comenzarían a notarse, en otras partes su corazón aún estaba dolido por la confrontación con su hermano Georg, sabía que lo vería llegando poniendo sus pies sobre su casa.
Tomó tanto valor para adentrar la llave sobre el auto  haciendo rugir el motor así comenzando su viaje hacia su segunda casa, tardaría llegar aproximadamente como una hora, aprovecho de algún semaforo en rojo para tomar su teléfono, pulsando el nombre de Tanny, quería marcarle y contarle todo lo que había pasado ayer con Tom antes de la tragedia y sobre como la cuido Bill llevándola a casa cargada como si fuera una princesa, pero lo raro estaba en que aquella pelinegra no respondia ni una sola de sus llamadas, sentía una opresión sobre su corazón como si algo malo pasara pero ella creía que se debía por el pleito entre su hermano, se tranquilizó ella misma suspirando miles de veces sacando la ansiedad que anhelaba salir de ella en la pimera oportunidad que tuviera.
Condujo pasando miles de semáforos edificios, personas hasta empezar dar con simples árboles enormes con pasto sobre ellos, todo comenzaba a tornarse de pequeñas casas muy separadas situadas sobre el campo.
Sentía tanta paz cada que venía por estos rumbos la hacían sentir tan tranquila sin obligaciones detras de ella, el viento chocaba contra su rostro revolviendo mechas de su cabello, gritaba eufóricamente sintiendo la adrenalina, sabía perfectamente que nadie la escucharía, y como lo sabía? perdió su mirada por el retrovisor donde atrás de ella no había nadie, era la única en aquella carretera de campo que no era muy reconocida.
Al llegar parqueo su auto donde siempre, bajando de él feliz, quería ver a todos incluyendo a Georg a pesar de estar molestos pero no le importa después de todo eran hermanos y tenían que reconciliarse.
El sonido de su teléfono se hizo presente rebuscando con prisas sobre su bolso anhelando que fuera alguno de los chicos pero al ver el nombre de la pantalla se había desanimado.

Hola josua perdón ahora no puedo atenderte, tengo que hacer algo importante —apresuró a responderle.

No Madd tienes que regresar en cuanto an...

Colgó la llamada restandole importancia sin darle la oportunidad de Josua de poder hablar, era costumbre que Josua solo le marcará para cosas del trabajo y eso era lo menos que necesitaba hacerse cargo en estos momentos, su mente solo divagaba llegar hacia los chicos y abrazarlos con tanta fuerza para finalmente hablar con los gemelos y decirles su decisión final. Se sentía con un gran valor que nadie podia hacerla cambiar de opinión.

Abrió la puerta con sus llaves de repuesto adentrándose todo estaba en un gran silencio, no se escuchaban sus voces de ninguno pensó talvez que habían salido, fijo su vista en el reloj de la pared marcaban exactamente las 2:30 y cuando estaba dispuesta a sentarse sobre el sillón a esperarlos, una voz la distrajo.

First Love(Tom Y Bill Kaulitz) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora