Al día siguiente, en mi momento libre me apresuré a mi habitación como parte de la seguridad del jeque y puse la tarjeta en todo tipo de luces hasta que di con la claridad de la tinta blanca escondida, pero había reaccionado a la caja de diferentes sustancias que me había dado Nestore en vez de la luz.
Apareció el nombre de Tetsuo Itō, CEO del grupo Mishutki junto con un número de teléfono personal.
Tomé mi segundo celular y registré el número antes de presionar el botón de llamada. Sonó dos veces antes de que contestara.
- Creo que tiene algo que me pertenece, señor Itō.- Hablé con seguridad a través del comunicador. Me senté en mi cama y junté mis tobillos escuchando una sonrisa con un pequeño resoplido de su parte.
- ¿Suele ser tan directa todo el tiempo, Jaela Leone?
- Veo que hizo su tarea.- Murmuré.
- Lo suficiente.- Respondió con calma y luego hizo una breve pausa.- Mis condolencias.
- Gracias.- Las acepté sintiendo mi pecho bajo una opresión.- Entonces, señor Itō, ¿Hay alguna razón por la que esté dispuesto a conversar conmigo? - Si no fuera esa su intención, sólo me hubiera robado.
- Mi hermano comenzó a investigar a Asam, una de las organizaciones terroristas entre los países del mediterráneo y murió en medio de ello.- Su voz era clara al otro lado de la línea y lo suficientemente seria para atraer toda mi atención.- Mi cuñada le pidió un favor a su mejor amigo para tomar esa investigación y vengar su muerte. ¿No te suena de algo?
- No.- Negué sin comprender a dónde quería llegar.
- Su mejor amigo era Giovani Leone.- Tetsuo dijo.- Ambos murieron tratando de desmantelar la organización después de descubrirla y varias asociaciones internacionales que ponían a ciertos países en línea de guerra, países en los que curiosamente están en esa situación bélica actualmente. ¿Sigue sin parecerle familiar?
Me puse de pie y observé a mi alrededor, inquieta.
- ¿Y qué es lo que propone, señor Itō? - Cuestioné.- ¿Por qué me ofrece esta información?
- Formemos una alianza, Leone.- Él dijo.- Usted puede conseguir información en ese lugar que yo no tengo y yo puedo ofrecerle todo lo que sé hasta el momento. Me he mantenido tranquilo esperando que Nestore se comunique conmigo, pero dada la situación en la que está, se tomará un tiempo en volver a nosotros. Así que la comunicación tiene que ser mucho más abierta entre ambos.
- ¿Nestore? ¿Sabe si está bien? - Apreté el teléfono en mis manos, nerviosa y preocupada de que algo grave le hubiera pasado.
- Está bien.- Él me respondió de regreso.- Volverá cuando resuelva sus asuntos.- Suspiré aliviada, escuchándolo continuar.- Habrá un evento en unas semanas en Dubai para el que está confirmada la presencia del jeque. Espero verla también ahí, Leone.
- ¿Asuntos diplomáticos? - Cuestioné curiosa y todavía más cuando escuché una silenciosa burla del otro lado del comunicador.
- Espero tenga una agradable tarde, Leone.- Él dijo, despidiéndose y después colgó dejándome confundida, pero no tenía tanto tiempo como para deliberar sus palabras. Apagué el teléfono y lo guardé de nuevo entre mis cosas en la habitación.
Era el que usaba para llamadas que no podían ser escuchadas por la central de inteligencia del sistema militar que tenía mi teléfono intervenido y por eso escondía un segundo que me había dado Nestore para este tipo de asuntos.
Alisé mi cama y me aseguré de que todo se viera como antes para darme la vuelta y salir de la habitación.
Caminé hacía la salida, encontrándome en la sala de estar a Beta y a Sigma viendo una película de romance en la televisión o más bien Beta, por que el segundo estaba dormido sobre el regazo del otro.
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Misión: Proteger al mujeriego. Contratiempos: Enamorarse. (III libro)
RomanceEl jeque Haidar Assim Ahmad era un mujeriego de cabeza a los pies, eso era algo que Jaela sabía con certeza desde que inició el trabajo de su guardaespaldas para pagar todas sus deudas ocasionadas por ella misma, después de haberse sumido en un prof...