Control

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La llegada de Amari junto a su familia fue un alivio para todos. Aunque se encontraba un poco deshidratada, su bienestar general nos tranquilizó. Sin embargo, lo que sucedió a continuación nos dejó perplejos.

Amari se acercó rápidamente hacia la camilla donde Vladimir yacía. Sus palabras, llenas de determinación y afecto, nos tomaron por sorpresa. Mientras Luna, su madre, intentaba apartarla, ella se negó rotundamente. Expresó su deseo de quedarse junto a Vladimir, asegurándole que había estado esperando por él.

Me sentí desconcertada al presenciar esa interacción. Era evidente que Amari sentía algo más que un cariño “fraterno” hacia Vladimir. Sus palabras y su actitud revelaban un interés romántico, algo que iba más allá de la relación que Vladimir consideraba entre ellos. Estaba segura de que no eran solo ideas mías, pues su madre se mostraba desconcertada también. Sentí una punzada de celos mientras veía la cercanía entre ambos.

Intervine en ese momento, separando a Amari de Vladimir con la excusa de que necesitaba descansar y recuperarse. Traté de disimular mi propio conflicto interno, asegurándole a Amari que él estaría bien y que había otros asuntos que debíamos atender.

—Amari, entiendo que quieras estar con él, pero ahora necesitamos dejarlo descansar. Asegurémonos de que se recupere por completo y luego podrán pasar tiempo juntos —le dije, tratando de controlar mis propias emociones.

—Pero tú estabas aquí, ¿no? Yo puedo quedarme con él ahora y estaré al pendiente de todo. Yo estoy bien. 

Vladimir me miró fijamente, como si quisiera decir algo.

—Ella necesita que la revisen—alegó Vladimir, despertando ciertas dudas en todos.

—¿Hay algo que deban revisar en mi hija? —cuestionó Doce.

Robert se metió a la conversación, poniendo sus dos manos sobre los hombros de Amari.

—Será una examinación indolora y ligera. No tienes que preocuparte por nada. De hecho, todos aquí deben ser examinados. Además, Vladimir debe descansar. Debe recuperarse de la cirugía.

Amari me miró con cierta decepción en sus ojos, pero accedió a alejarse de la camilla. La observé alejarse con Luna, Robert y su padre, tratando de encontrar una manera de lidiar con mis propios sentimientos. Sabía que debía ser fuerte y centrarme en el bienestar de Vladimir y en la misión que teníamos por delante, pero la mirada que vi en ella en ese momento hacia Vladimir, no me gustó para nada.

—¿Hay algo que deba saber? —le pregunté a Vladimir.

Su dedo índice se elevó lentamente, señalando su frente y entrecerró los ojos.

—Acaba con esa mierda que está en su cabeza de una puta vez.

—¿Hablas de ella?

—Ahora. Antes de que se salga de control y suceda lo mismo que conmigo.

Ahí fue que capté la razón detrás de sus acciones. En medio de su transformación, él pudo haber visto que ella estaba en peligro porque el parásito aún persistía en su cerebro y por eso hizo todo esto. Por eso fue por ella, la llevó a un lugar apartado, lejos de todos, para que no sufriera alguna estimulación que pudiera reactivar el parásito y este se regenerara por completo, tomando el control de su cuerpo.  

Encadenados IV •Tetralogía Mortal• [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora