Observé cómo Vladimir se enfrentaba valientemente a los guardias y científicos que se interponían en su camino. Era impresionante ver cómo hacía uso de su fuerza y agilidad sobrehumanas para luchar contra ellos, derribándolos uno a uno. Era una visión aterradora y fascinante al mismo tiempo.
Mientras tanto, Luna, habiéndose liberado del agarre de Vladimir, se unió a él en la lucha. Ambos sabían que tenían enemigos en común y si unían sus fuerzas, podrían salir victoriosos.
Observé la escena por un momento, asegurándome de que tenían todo bajo control. Los guardias y científicos estaban luchando por su vida, pero no parecían ser rivales para la ferocidad de Vladimir y Luna. Sabía que era mi momento de actuar.
Decidí regresar al interior del laboratorio en busca de los demás infectados. Sabía que estaban dispersos en diferentes pisos y cuartos, sometidos a experimentos y pruebas inhumanas. No podía permitir que sufrieran más.
Avancé cautelosamente por los pasillos, evitando a los guardias que aún patrullaban el lugar. Mi objetivo era encontrar a Robert, el responsable de todo esto, el hombre que me había contratado para cazar y capturar a los infectados. Debía enfrentarlo para encontrar una manera de liberar a los demás.
Continué avanzando por los laberintos del laboratorio, siguiendo mi instinto y buscando cualquier pista que me llevara a él. Finalmente, llegué a una puerta metálica con un letrero que decía "Área de Control Central". Sabía que ahí encontraría lo que buscaba.
Abrí la puerta con cuidado y entré en la habitación. Me encontré con un amplio espacio lleno de pantallas, equipos y luces parpadeantes. En el centro de la habitación, estaba Robert, un hombre de mediana edad con ojos fríos y una sonrisa retorcida en el rostro. Estaba de pie frente a la pantalla, absorto en su trabajo. Su mirada estaba fija en los monitores, completamente ajeno a mi presencia. Observé su figura alta y delgada, sus manos moviéndose rápidamente sobre el teclado. Era hora de confrontarlo.
Me acerqué sin hacer ruido, aprovechando mi entrenamiento en sigilo para acercarme lo más posible. No podía permitirme ningún error, ya que sabía que Robert era hábil y probablemente estaba armado.
Cuando estuve lo suficientemente cerca, salté hacia adelante y lo sujeté por detrás, interponiendo mi antebrazo por su cuello. Podía sentir su sorpresa y lucha por liberarse, pero mi agarre era firme.
—Tienes más vidas que un gato, Vincent.
Pude ver el miedo en sus ojos mientras luchaba por liberarse de mi agarre. Sin embargo, no me permití titubear. Debía encontrar la tarjeta de acceso y desactivar el protocolo de seguridad.
Con una mano sosteniendo a Robert, comencé a buscar en sus bolsillos en busca de la tarjeta. Después de unos momentos de búsqueda frenética, mis dedos finalmente encontraron el objeto que había estado buscando. Saqué la tarjeta de acceso triunfalmente y la sostuve frente a mí.
—¿Realmente crees que voy a permitir que los saques de aquí?
—No permitiré que continúes con tus atrocidades. Ellos merecen su libertad y yo me aseguraré de que la tengan—respondí, con voz firme y decidida.
—Ninguno de ellos, ni siquiera tú, podrá salir de aquí.
—Ya lo veremos.
Mi atención se centró en el monitor de la computadora, donde aún se mostraba una ventana abierta con un documento titulado "Antídoto". Mi corazón latió con fuerza mientras leía rápidamente el contenido. Era la fórmula para un antídoto potencial contra el virus que nos ha estado afectando durante tanto tiempo.
—¿Así que esto es lo que hacías?
En la pantalla, pude ver claramente lo que había estado trabajando frenéticamente para eliminar. Era la información clara sobre la existencia de un antídoto contra el virus y detalles sobre los involucrados en toda esta pesadilla.
ESTÁS LEYENDO
Encadenados IV •Tetralogía Mortal• [✓]
RomantikEn su ardua lucha por mantener en secreto sus identidades, sobre todo, el peligroso y misterioso virus que llevan en su sistema, con tal de llevar una vida normal en la sociedad, al final, tuvieron que asumir la derrota tras ser capturados. Dicen q...