—Me asustaste, estúpido —me quejé mientras me volvía a sentar.
—Cada vez me lastimas más —informó.
—Discúlpame. —Volví a acomodarme al lado de él mirando la tele —. ¿Podes elegir una película? —pedí al borde del colapso.
—Dame. —Me quitó el control bruscamente.
—Tene cuidado, eh —amenace.
—Mira que no lo ves más a Pelusa, no te hagas la piola —contraataco.
—Con eso no se jode —susurré herida —. Uh, peliculón —dije cuando puso la primera del hombre araña.
—A ver si con esto cerras un poco el orto —rogó.
—Viste que sos un forro —acusé.
Sentí como apoyo su cabeza en mi hombro.
—Voy a dormir —avisó dándome escalofríos.
—Dormi tranqui —susurré.
Quince minutos después de que empiece la película pude escuchar su respiración tranquila y apaciguada. Además de que su cuerpo pesa más.
Con disimulo lo miré.
Sus pestañas largas, su piel lisa y blanca, sus labios rosaditos, sus rulitos... absolutamente todo lo hacen ver como un ángel caído del cielo.
¿Estará cómodo?
—Ivan... —susurré —. ¿Por qué no te acostas bien? —pedí en el mismo tono.
No hubo movimiento alguno de su parte.
—Acostate conmigo —susurró.
—¿Si? —pregunté con vergüenza.
Él levantó su cabeza adormilado y me miró con sus ojos entrecerrados.
—Si. —Asintió.
Suspiré rendida.
—Bueno —acepté.
Ivan no tardó mucho en estirarse en toda mi cama. Yo también me acosté al lado de él.
Compartimos tiempo juntos todos los días y no sé nada de él. Las preguntas triviales siempre me parecieron una estupidez, pero ahora desearía hacérselas a Ivan y obtener una respuesta.
—Ivan —lo llamé vacilante.
—¿Mm? —respondió con sus ojos cerrados.
—¿A vos qué te gusta? —susurré.
Su entrecejo se frunció y abrió sus ojos para mirarme.
—¿A qué te referis? —consultó con su voz ronca.
—¿Cómo a qué me refiero? —Esta vez yo fruncí el ceño.
—Me gustan muchas cosas, Mirabel —dijo tranquilo.
—¿Y qué es lo que te gusta más? —Levanté una ceja.
Él estudio mi cara y se relamio los labios como suele hacerlo con frecuencia.
—Los jueguitos —finalizó volviendo a cerrar los ojos.
—A mi me gusta el lol —dije emocionada.
—No, ese es una poronga —se quejó.
—Ah —dije desilusionada.
Nunca voy a encontrar a alguien que comparta mi pasión por el lol.
—Pero si queres podemos jugar —propuso a regañadientes.
—¿Si? ¿Posta? —por la felicidad mi voz se volvió más aguda.
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Abismo; Spreen
FanfictionMirabel ingresa a una escuela de ricos donde se convierte en la burla de todos por el simple hecho de ser diferente. Aunque su actitud no permite que la pasen por encima, un día estas burlas se salen de control y la persona que ella menos espera ilu...