Final.

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—¡Mirabel! —la voz de él me hizo retroceder un paso —. Por favor, Mirabel, vení conmigo —rogó Ivan con desesperación.

Giré mi cabeza para admirarlo por última vez.

Esta igual de lindo que siempre, pero sus ojos destilan terror y angustia.

Le regalé mi última sonrisa mientras negaba con la cabeza.

—Mirabel, por favor —susurró.

Noté como su labio inferior temblaba con desesperación. Eso me hizo dudar un segundo.

—¿Por qué? —balbucee —. ¿Por qué tengo que vivir? —elevé mi tono de voz.

—Porque yo te amo, porque si a vos te pasa algo me muero —confesó.

—¿Me amas? —dije sarcástica.

Si alguna vez me llego a amar como yo lo hice con él estoy segura que todo ese sentimiento se esfumó.

—Te amo con mi vida, Mirabel. —Se acercó unos pasos.

—No me mientas, Ivan. —Me reí sin gracia —. Ni siquiera podes confiar en mi ¿como me vas a amar?

—Me confundí —susurró —. Perdóname, por favor. —Apretó su pecho como si el corazón le ardiera.

Observé sus ojos que demuestran que es verdad. Me transmiten amor. El amor más puro y real que alguna vez sentí.

¿Eso es suficiente?

—Me lastimaste. —Solloce.

—Ya sé y te juro que nunca me lo voy a perdonar —aseguró —. Vos sos mi todo, Mirabel y si te queres ir yo me voy con vos, no te voy a volver a dejar nunca más. —Dio unos pasos hacia mi.

¿Él se va conmigo?

¿Entonces que yo me vaya no le hace bien a todos?

—Te amo, mi vida —susurró extendiendo su mano para que la agarre.

Es una invitación a su muerte o a mi vida.

La observé sintiendo una nueva oportunidad florecer.

¿Me merezco otra oportunidad?

Levanté la mirada hasta sus ojos.

Ivan esta sufriendo por mi culpa.

Bajé del borde con la vista nublada por las lágrimas.

No puedo irme sin él y no quiero que se vaya conmigo.

—Yo también te amo, Ivan. —Sus brazos me rodearon antes de que mis piernas fallen —. Te amo. —Solloce soltando todo desde lo profundo de mi corazón.

Colocó una de sus manos detrás de mi cabeza y la acercó a su pecho.

Sus sollozos también se escuchaban con claridad.

—Te amo —repitió sin dejarme ir —. Te voy a amar toda mi vida y no voy a dejar que nada malo te pase, Mirabel —prometió.

Días después.

Miré mi reflejo con dudas en mi interior.

¿Está bien lo que hice?

Carlos y Cristina le hicieron un contra juicio a mis papás y yo los ayudé.

Fui cómplice en arruinarle las vidas a las personas que me trajeron al mundo.

¿Eso esta bien?

—Mirabel —el susurró grave de Ivan inundó mis oídos.

Miré como su reflejo aparecía en el espejo y me rodeaba con sus brazos por la espalda.

Lleva puerto un traje oscuro que le queda hermoso.

Besó mi nuca dándome escalofríos.

—Te amo —recordó en voz baja.

—Yo también —susurré —. Estas muy lindo. —Di media vuelta para admirar mejor su vestimenta arreglada.

Extendí mi mano y delinee con mis dedos el cuello del saco.

Ivan sonrió y beso mi mano.

—Vos estas hermosa. —Volvió a abrazarme.

Tengo puesto un vestido bordo que me regaló Cristina.

—Tus papás nos están esperando —recordé agarrandolo de la mano.

Salimos del baño y bajamos las escaleras hasta la sala de estar.

—¡Ay, que hermosos! —Cristina corrió hasta nosotros y nos abrazó.

Tuvimos una cena perfecta.

Los días anteriores pudimos hablar de todo lo que pasó y nadie le guarda rencor a nadie.

Los únicos que tuvieron la culpa ya están pagando el precio.

Cinco minutos antes de que sean las doce en punto salimos al balcón para brindar.

Una puntada inundó mi pecho cuando pude visualizar mi casa vacía.

Mi vida dio un vuelco este año.

Sentí un roce en mi mejilla llamando mi atención.

Centré mi mirada en Ivan.

—Mirabel... —susurró con sus ojos brillosos reflejando muchas emociones.

Yo asentí entendiendo todo lo que me quería decir.

Sonreí y sentí las lágrimas brotar de mis ojos.

Ivan acercó su rostro y me besó con amor.

Me beso con ansias de un futuro juntos.

—Siempre vamos a estar juntos —se escuchó que dijo Carlos antes de unirse al abrazo junto a Cristina —. Nosotros somos familia —aseguró haciendome llorar más.

Con la melodía suave de la música y los fuegos artificiales de fondo, nos abrazamos con fuerza, sellando un compromiso silencioso de avanzar juntos.

Encontré mi lugar en el mundo y no pienso perderlo.

Voy a aprender de mis errores para que no se repitan.

Quiero seguir adelante.

Abismo; Spreen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora