Capítulo 20

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Cap. 20

El momento se había vuelto tenso. Las mujeres no eran esposas, pero ambas sentían un amor y estaban dispuestas a defender lo que estaba naciendo entre ellas.

- Hola Camila, déjame decirte que Valentina es mi esposa y por muchas razones te quiero lejos de esa mujer. Tu tiempo al lado de esa mujer terminó. Esa mujer es mía. Esa última palabra le costó un mundo a Juliana, porqué ¿Realmente era Valentina de ella?

- Eres una recién llegada a su vida, no la conoces como yo. Dijo la prepotente Camila

- Te sorprenderías lo que conozco de esa mujer. Y no es algo que te piense contar porque tú y yo no somos amigas. Esa mujer es la mujer más increíble de este mundo y si tengo que hacer cualquier cosa para que sea feliz lo haré y una de las cosas es que te quiero lejos de mi mujer.

- Tu mujer, Valentina no es mujer de nadie. Ella tiene mujer. Siempre lo demostró.

Juliana sonrió y le dijo - Valentina si es mi mujer. Fíjate cómo las cosas cambian. Y si te vuelvo a ver cerca de ella llamaré a seguridad para que te haga pasar una vergüenza. Dijo eso Juliana y se fue al lado de su esposa, quien durante la noche no dejó de admirar la belleza de Juliana tenían semanas sin estar juntas y casi que se habían adaptado a estarlo. Juliana se acercó a Valentina por detrás cruzó sus manos por su cintura y le susurró al oído.

- ¿Podemos irnos ya? Valentina sintió una corriente por todo su cuerpo que olvidó con quien hablaba en ese momento. Se giró y miró sus labios y sonrió.

- Me van a tener que disculpar tengo que irme. Dijo Valentina dejando a todos allí hablando. Se despidió y tomó a su castaña de la mano y la entrelazó saliendo del lugar a máxima velocidad.

Llegaron a la casa y Valentina tomó a la castaña. Antes de entrar en la casa y la besó apasionadamente. Valentina necesitaba de su castaña y Juliana necesitaba de su rubia.

- ¿Vamos arriba? Preguntó Valentina

- Si, pero también quiero hacerte mía. Le dijo una Juliana dispuesta a todo por doblegar el orgullo de la mujer.

Valentina sonrió y asintió y subieron a la habitación que tantos secretos les estaba guardando.

Valentina tenía tantas ganas de estar con Juliana que la ropa desapareció de sus cuerpos en segundos. Valentina ya no quería estar con nadie más y Juliana disfrutaba eso.

- Me gusta cada parte de ti, toda tú eres hermosa. Me excitas hasta con ropa. Decía la rubia a la castaña.

- Eso es lo que más me encanta de ti, que podemos entendernos y que te gusto. Valentina sonrió y la aprisionó a su cuerpo.

- Juliana quiero que hagas algo por mí.

- Lo que me pidas, confío en ti. Esas palabras que decía la morena estaban saliendo de su corazón, estaban viviendo un momento muy íntimo.

- Quiero que te toques donde yo diga y cómo yo te lo pida. Dijo Valentina mirando con deseo a Juliana, besó sus labios y mordió el labio inferior.

- Dime que tengo que hacer. Le dijo Juliana a Valentina.

- Siéntate en esa silla. Le dijo Valentina y esta hizo caso a la rubia y se sentó en la silla - Moja tu dedo con tu lengua. Juliana sonrió y chupó su dedo como le decía Valentina - Ahora moja tus pezones. Juliana hizo lo que Valentina le pedía - Imagina que es mi lengua. Juliana miraba a los ojos de Valentina ella estaba también sumergida en el deseo - Muerde tu labio inferior, y pasa tu mano por el centro de tu cuerpo. Baja despacio y toca tu clítoris, masajéalo, sube tu dedo índice, arriba y abajo, mírame. Juliana la miraba y mientras hacia lo que Valentina le pedía y ella se le ocurrió una petición

- Valentina acércate, ven quiero verte más cerca, tócate los pechos. Me encantan tus pechos Valentina.

- ¿Te gusta así como lo hago? Preguntó Valentina y ella asintió

- Ahora introduce tu dedo medio dentro poco a poco, me estás volviendo loca de solo verte, eres increíblemente hermosa. Decía Valentina

- Valentina siéntate sobre mí mientras me penetro, te quiero encima de mí, quiero que me beses. Dijo Juliana y esta se sentó encima de ella. Y con sus piernas abiertas sobre ella Juliana se penetraba y estás se besaban, Juliana sacó su dedo y tocó las posaderas de Valentina y mamaba los pechos de Valentina ya que los tenía a su altura, subió los besos por el cuello y por la barbilla, mordió levemente la barbilla Juliana tomó el control y penetró con sus dedos a Valentina haciéndola gemir sobre sí.

- Juliana me encantas. Decía en sus gemidos y Juliana seguía penetrando hasta hacer que Valentina quisiera más, así que bajo de Juliana y la levantó la tomó por detrás las posaderas de Juliana estaban en el centro de Valentina y esta acostó a la morena en la cama subiéndose encima de sus posaderas comenzó un baile muy sensual donde el centro de Valentina se restregaba con las posaderas de la mérenla y esta metía la mano por el centro de Juliana quien estaba gimiendo de placer.

- Hazme tuya Valentina, soy tuya. Gritaba Juliana

Las chicas presionaban sus cuerpos más y más hasta que el encorvado de la morena le indicaba que estaba llegando y la presión que sentía Valentina en sus dedos.

Mordió la espalda, de la morena y sacó los dedos dentro de Juliana y esta tomó y se giró para darle más placer a Valentina, la volteó y Valentina quedó en la cama

- Quiero comerte Valentina. Dijo la morena quien abrió las piernas de la mujer y con su lengua le dio placer hasta gritar su nombre y maldecir lo maravillosa que era Juliana.

Esa noche despertaba en las mujeres cada día la pasión de estar juntas aumentó la pasión, aumentó el nivel de intimidad y confianza en pedirse las cosas que deseaban.

Los orgasmos que cada una despertaron fue solo un abreboca de lo que cada una deseaba pedirse.

Después de quedarse dormidas, Juliana despertó esa noche de pasión miró la hora ya casi era el amanecer y Valentina estaba dormida. La observó, mientras tomaba su ropa para salir

"Me gustas tanto, ay Valentina estoy tan enamorada de ti, no debía. Ya no puedo seguir o no podré parar" eran los pensamientos de Juliana así que tomó sus cosas y se fue a su habitación a pensar en todo lo que estaba pasando.

Valentina por su parte al amanecer tenía una sonrisa enorme, los orgasmos la habían dejado sin fuerza así que se dio una ducha y se fue a su habitación, se vistió y bajo a desayunar.

- Buenos días hermanita. Dijo Valentina a Aida

- Buenos días Vale, pensé que te habías ido con Juliana

- ¿A dónde? ¿Dónde está mi esposa? Preguntó Valentina

- Creo que dijo que se sentía mal. Fue al centro un rato.

Valentina se preocupó y le ordenó a Antonio que la llevase con su esposa.

- Pero Valentina tienes práctica

- Primero llévame con mi esposa

Así fueron al centro donde la morena no se encontraba. Valentina no le quedó de otra que activar el GPS que le tenía a su teléfono para saber de su mujer quien se encontraba en el hospital...

Nota:

- Hola buenas noches 💤 espero les guste este capítulo y se lo disfruten. Cada vez están más emocionadas por estos capítulos y se los agradezco un abrazo 🥰

A veces es mejor escribir y olvidar los problemas por eso me pierdo en las letras.

Infierno EncapsuladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora