Capítulo 30

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Cap. 30

Las palabras de Tessa habían retumbando en Juliana "¿Yo era tan tonta que nunca me di cuenta en las señales? Estaba tan enamorada de Vanessa que nunca preste atención a que era una maldita desgraciada. El amor es ciego y ahora estoy enamorada de Valentina. Ella desde el principio me ha pedido las cosas a la fuerza, pero no voy a engañar a nadie con eso, porque todo lo he aceptado, esa mujer me trae de cabeza" Los pensamientos de Juliana divagaban, ese día llegó a casa y estaba dispuesta a resolver las cosas con Valentina, pero la inmadurez a veces nos hace hacer cosas de las que tarde o temprano nos arrepentimos.

- Buenas noches. Dijo Omar al entrar Juliana

- Buenas noches. Ambas mujeres se miraron y la conversación tendría que ser entre ellas y no con Omar, a veces los terceros ayudan a empeorar las cosas.

- Juliana ¿Podemos hablar? Dijo la jugadora de baloncesto

- Yo soy el que hablare contigo, no te puedes ir de la casa y debes mantener el teatro por dos meses más y ya después haces con tu vida lo que quieras. Firmaste un contrato, y debes cumplir o tendrás una demanda que en tu vida podrás pagar.

- ¿Recurres a este imbécil para resolver nuestras diferencias? te hace la más ruda y al final vas detrás de tu representante. No puedo creer que después de todo lo que hemos vivido, me hagas esto Valentina.

- Juliana hablemos amor. Solo necesito que me escuches.

- Pues habla con tu representante, nada me obliga a permanecer en tu habitación. Me quedare por los dos meses que faltan y después me iré. Dijo Juliana alejándose de la rubia.

- No fue lo mejor, no debiste decir eso. Expreso Valentina a Omar

- Pues te ayude a que se quede por dos meses el resto lo debes hacer tú.

- ¿Cómo me ayudaste? Juliana me odia más, piensa que la quiero obligar a quedarse. No puedo perder a mi princesa. Decía la mujer derrotada, sentada en el sillón.

- ¿Quién eres y que hiciste con Valentina? Decía Omar burlándose

- Esa mujer me hizo volver a enamorarme, me hizo una brujería, no sé, pero no la quiero perder. ¿Cuán difícil es dejarme hablar y explicarle?

- Estas consumiendo un poco de tu propio veneno ¿Cuándo has dejado que la gente te explique algo?

- Ya déjame en paz...

Esa noche Valentina le tocó dormir sola de nuevo, deseando tener a su lado a la morena que se había convertido en el amor de su vida. La rubia tenía un camino por recorrer, le tocaba conquistar a la morena. Esta vez no se trataba de sexo, esta vez Valentina tendría que usar sus talentos escondidos para enamorar a su Juliana.

La mañana siguiente, Juliana recibió un ramo de tulipanes. Juliana los recibió y los llevó a su nariz y después se dirigió a Martha.

- Martha, buenos días. Ten son para ti. Entregándole los tulipanes, ante la mirada de su esposa. La rubia no tenía mucha paciencia así que el mal genio regresó a la casa de la jugadora.

- Juliana ¿Vas a desayunar conmigo? Pregunto Valentina

- No, iré a correr un rato, pero que te aproveche. Dijo la morena alejándose de su rubia. La rubia tenía todo menos paciencia, pero amaba a esa mujer y haría lo que fuera por ella.

Los días comenzaron a pasar y los tulipanes estaban inundando la habitación de Martha quien le tocaba aceptar las flores que Juliana le entregaba.

Infierno EncapsuladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora