Un par de golpes en la puerta me hicieron abrir los ojos casi de inmediato.
Un sobresalto invadió mi cuerpo cuando lo primero que vi fue una habitación desconocida, me senté sobre las sábanas y vi el rostro de Olive aparecer detrás de la pesada puerta de madera con una sonrisa tímida.
—Señorita Astley, el príncipe Luckyan ha pedido hablar con usted primero. Me ha pedido que la ayude a vestirse y la acompañe a su estudio — dijo con voz amable, me froté el rostro con ambas manos y asentí mientras salía rápidamente de la cama.
Con la ayuda de Olive —que insistió en quedarse y ayudarme a pesar de haberle dicho que podía asearme y vestirme sola— estuve lista en menos de diez minutos para hablar con el príncipe.
Caminamos a pasos rápidos por los pasillos largos del palacio real, subimos a la segunda planta por unas escaleras de mármol oscuro y alfombras de color granate y oro y pasamanos de madera de pino.
Mi corazón latía fuerte contra mi pecho y las palmas de mis manos se sentían frías y húmedas al mismo tiempo, las frote en repetidas ocasiones contra la falda del vestido azul que Olive había preparado para mí aquella mañana, pero a pesar de ello seguían sintiéndose de la misma manera.
El reloj anunció la hora con seis fuertes campanadas que causaron eco en los corredores y pasillos casi vacíos del palacio.
Vi al consejero Clifford salir de una de las puertas blancas talladas, cargando con rollos de pergamino viejo y algunas agendas de cuero negro.
—Ah, señorita Astley, buenos días. Luce mucho mejor esta mañana — dijo con una agradable sonrisa que iluminó su rostro.
—Buenos días, consejero Clifford — saludé con una pequeña reverencia.
Él miró la puerta blanca y suspiró.
—El príncipe no se encuentra del mejor humor esta mañana. Así que le aconsejo responder a todas sus preguntas solo cuando él así lo requiera. ¿Ha entendido? — preguntó, tragué notoriamente y asentí.
—Bien. Llame a la puerta con fuerza y espere a que el príncipe le diga que puede pasar. Vendré por usted una vez que el interrogatorio finalice — sonrió de nuevo, hice una rápida reverencia y junto a Olive se marcharon por el pasillo.
Me quedé de pie frente a aquella puerta con la respiración entrecortada y las manos temblorosas.
¿Qué significaba aquello de que el príncipe no se encontraba de buen humor?
Mis pensamientos e ideas comenzaron a naufragar en un mar de aguas caóticas y frías.
¿Y si el príncipe Luckyan no quería escucharme?
¿Y si toda la amabilidad que había demostrado ayer había desaparecido el día de hoy?
¿Y si el príncipe consideraba que yo estaba mintiendo y me envía a prisión y luego a la horca?
¿Y si....?
El sonido de la puerta al abrirse hizo que mis divagaciones se esfumaran con rapidez. El olor a madera y menta invadió cada poro de mi piel haciéndome sentir mucho más nerviosa.
Alcé la mirada y los ojos grises del príncipe Luckyan me miraron desde arriba.
Tragué.
—¿Qué hace ahí? La he estado esperando para hablar con usted, señorita Astley — dijo y su tono fue frío como el hielo.
—Lo lamento, Alteza — susurré e hice una torpe reverencia entre el espacio libre que quedaba entre él y yo.
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LA REPOSTERA & EL REY [LIBRO #1] [TERMINADO ✔️] EDITANDO.
Historische RomaneJosephine Astley había vivido una vida tranquila hasta que la guerra contra la nación enemiga Minsk estalló y los arrastró a su familia y a ella a una vida de pobreza, hambre, locura y muerte. Son los estragos y las cicatrices de la guerra lo lleva...